"EL VIEJO PESCADOR Y EL DELFÍN" POR: IRMA PULIDO
08/08/2008
Una mañana, muy temprano, como era su costumbre, un viejo pescador salió al mar con su red. Estando ya en la playa oyó unos chillidos muy agudos. El anciano trató de localizar de dónde provenían esos chillidos y los sigue. En eso ve un delfín enredado en un pedazo de plástico muy largo. Se le había enrollado en todo su cuerpo. El viejo pescador le habla:
-No te preocupes, amiguito. Quitaré ese plástico de tu cuerpo para que quedes libre.
El delfín le habla al viejo diciéndole:
-Yo sé que me quieres librar de esto para luego matarme y comerme ¿Verdad que es así?
-Amiguito ¿Cómo es que puedes hablar? No, no te mataré y mucho menos te comería. Dime ¿Cómo es que puedes hablar?
El delfín le dice:
- No pertenezco a este océano, Vengo de muy lejos y me perdí y no se dónde estoy.
El pescador se da cuenta que se trata de un ejemplar muy joven. Lo extraño es que ¿Cómo era posible que pudiera hablar?
Mientras el viejo le quitaba el plástico de encima notó que tenía una pequeña herida en su aleta y le preguntó:
- ¿Cómo te hiciste esa herida? Está infectada. Yo te curaré y te prometo que en mi pequeño bote te alejaré de aquí hasta donde yo pueda para que tú logres irte por donde viniste. No te preocupes, no te haré daño. No acostumbro hacerle daño a los animales y mucho menos se lo haría a un ejemplar tan dulce y bello como tú.
Así que el pescador curó con unas hierbas y vendó la aleta del delfín dejándole el vendaje un poco flojo para que se le pudiera zafar sin problemas. Así el viejo pescador, como pudo, navegó lejos de la playa con el propósito de que el delfín pudiera encontrarse con su familia. Al llegar el viejo hasta donde pudo le dice al delfín:
-Amiguito, hasta aquí puedo acompañarte. Mi bote es pequeño y el mar muy traicionero. Espero te pongas bien de esa herida. No se si algún día volveremos a vernos pero te juro que te quiero como si te conociera desde hace tiempo.
El pescador se despide muy triste y el delfín se sumerge en el mar. Al llegar el pescador a la playa ve en la orilla muchas perlas, unas negras y otras blancas. El viejo, al ver aquello, se asombra y piensa:
“¿De dónde saldrían esas perlas? ¡Son muchas y sólo se consiguen en lo más profundo del mar! Y son difíciles de encontrar. A menos que se le hayan quedado a alguien. Debo averiguar. No quiero meterme en problemas”
En eso, un chillido se oye en el agua. Era el delfín en compañía de otro y le habla al pescador diciéndole:
- Viejo amigo, esas perlas son tuyas. Es un regalo. Te lo mereces. Eres pobre y de buen corazón. Véndelas y te servirán de mucho. Y gracias por ayudarme a encontrarme con mi familia, Sin tu ayuda no hubiese podido lograrlo ya que estaba indefenso con ese plástico encima. Nos volveremos a ver
El viejo pescador no supo qué decir. El delfín y su acompañante desaparecieron en el mar y el pescador quedó muy complacido con el tesoro que aquel le dejara.
No arrojes basura ni mucho menos bolsas ni pedazos de plástico a mares o ríos. Dañan nuestras especies acuáticas. Cuidemos nuestra Naturaleza.
NOTA: Este cuento me ha brindado muchas satisfacciones: Ha sido dramatizado en dos oportunidades. Una, en el colegio de una de mis nietas en España y otra en la Biblioteca Pública Ezequiel Zamora en Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela.
La ilustración fue dibujada por mi con grafito sobre papel y coloreada con creyones. Gracias a @yujomar que tomó la foto con su tlf. Samsung.
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