Relato erótico: Agitado despertar.

in #venezuela7 years ago (edited)
Ella dormía plácidamente, aún era de madrugada, inconscientemente comenzó a contonear sus caderas al ritmo del instinto. Su compañero, que también dormía, sintió entre sueños el leve movimiento del apetitoso trasero de ella en su pelvis, la dejó hacer mientras su erección crecía a una velocidad formidable. Se dio cuenta que ella dormía pero esa erección era tan potente que comenzaba a lastimarle; decidió entonces actuar, después de todo ella era la culpable…

Se quitó el bóxer que comenzaba a humedecer, recostó su miembro en las nalgas de ella y comenzó a bombear sutilmente, notó que su entrepierna estaba caliente. Ella comenzó a gemir un poco aún en sueños. Estaba desnuda, como acostumbraba a dormir.

Alargó su mano al sexo de ella… sintió cómo comenzaba a mojarse, los dedos quedaron impregnados de ese delicioso néctar que ella estaba expulsando por él –Qué rico…- pensó.

Alentado, pasó un poco de esos jugos hacia el clítoris para hacer movimientos circulares. Sus gemidos se intensificaban, ella se estaba despertando un poco confundida, no era la primera vez que sucedía. Presionaba con más fuerza ese delicioso y húmedo botón mientras su erección palpitaba, moría de deseo por penetrarla pero quería excitarla hasta que perdiera la cordura por el deseo de sentir placer dentro de ella.
Alargó un dedo y prácticamente se le resbaló dentro de ella, metió dos y los empujaba causando unos gemidos más intensos, ella estaba enloqueciendo, sus caderas se meneaban descontroladas, su trasero se empujaba contra la erección… -Ahhh, por favor- y supo que estaba rogando, ya podía hablarle sucio. Se acercó a su oído y en susurros comenzó:

-¡Qué perra eres! Me paraste ese güevo para que te lo clavara ¿verdad? ¡Qué zorra! Me despertaste porque la tenías aguada… No te puedes aguantar porque lo que te gusta es que te cojan como la perra sucia que eres.
Ella enloquecía tras cada palabra, sus gemidos eran súplicas y con su excitación chorreaba los dedos de su compañero.

–Ya que te atreves a interrumpir mi sueño como la misma puta golosa que eres te voy a castigar metiéndote de un solo tirón esta verga que tanto te gusta, pero esa cuca está tan babosa que seguro no te va a doler… Pero antes te lo vas a comer como si fuera un helado muy rico… Ven… Abre esa boca, venga, abre más que yo sé que te cabe completo.

-Está más grande de lo normal.- Murmuró ella entre gemidos y relamidas.

-No te me hagas la santa ahorita, no te quejabas cuando te estabas mamando dos pingos e’ güevos la semana pasada… Así que traga perrita, traga si quieres que te lo clave en donde te estás tocando.
No había terminado de hablar cuando esa rica lengua terminó de empapar su pene de saliva, sintió que tenía la boca tibia y resultó excitante. Palpitaba dentro de esa boca. Soltó un suspiro, sacó y metió dos veces más para amoldar la cavidad a su pene… ¡Después dio duro! ¡Se la estaba cogiendo por la boca! Ella lo engullía con dedicación mientras acariciaba sus testículos, sus gemidos se ahogaban… Se babeó un poco pero no le importaba, lo estaba disfrutando. En un momento lo metió *garganta profunda provocando arcadas en ella, arcadas que estimulaban el glande… No cabía en sí… Quería acabarle en la boca pero quería más hacerla gritar.

-Eso, ya, ya, tragona, no te lo vayas a devorar todo, lo mamas bien rico, como toda una profesional ¡te viera tu madre, zorra ¡ Ahora ponte en 4… Eso, buena chica, así me gusta tenerte, sumisa… Te lo enterraré hasta el fondo, puedes gritar todo lo que quieras, grita como la cerda que eres. Abre las piernas…

Esperó unos instantes para crear expectación y, sin avisar, lo empujó hasta sus entrañas. Le entró completo y in mayores esfuerzos, sus fluidos empaparon el miembro en el acto. El gemido que a ella se le escapó retumbaba en la habitación… ¡Cuántas sensaciones! La penetraba con fuerza y velocidad. Parecía una bestia desalmada.

-¡Aaahhh! ¡Aaaahhh! ¡Ahh, sí! ¡Sí, sí! ¡Dale así, mi amor! ¿Clávamelo como tú sabes que me gusta! ¡Aaahhh, aaahhh! Mira cómo me tienes… como una cachorra. Eres mi macho, el que me coge como me gustaaahh ¡AAAHHH! Por Dios…

Sus gritos eran música para sus oídos… Los jugos salían desesperados de su vagina. Le daba fuertes nalgadas, ella disfrutaba cada una; templó sus largos cabellos, sabía que eso la excitaba muchísimo. En pocos segundos ella convulsionó con un orgasmo traído desde el mismísimo ardor del infierno; su vagina se contraía fuertemente alrededor de su pene erecto haciéndole sentir el placer que había causado en ella… No pudo más… Iba a explotar… Soltó un gruñido, empujó violento hasta el fondo y lo sacó a tiempo para echar toda la leche espesa y caliente en la espalda sudorosa de la zorra que estaba medio desmayada por la sensación que acababa de experimentar.

Se recostó un momento para disfrutar de esa resaca divina del orgasmo y al cabo de unos minutos dijo:

-Buenos días, amor, ahora me iré a bañar, si cuando regrese aún estás acostada, te volveré a coger… pero por el culo. Si no quieres que lleguemos tarde al trabajo, en breve te irás a bañar conmigo.

Le dio un beso cariñoso en los cabellos alborotados y se fue andando con incertidumbre…

Arlem V. S.

Sort:  

Buen aporte, pero recuerda usar la etiqueta NSFW para las publicaciones que incluyen material con descripcion de sexo explicito

Ups! Está bien, lo tendré en cuenta, gracias.

Muy interesante jajaja. Es lo primero que abrí stalkeandote y me parece interesante. Saludos.

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