Una pequeña historia de amor (Parte I)
¿Cuántas veces lo hemos dado todo en una relación? Sin pedir nada a cambio más que sonrisas y miradas de anhelo, sentir una conexión y un deseo inquebrantable de ese amor tan querido.
Tenia la ilusión de compartir mi vida a su lado, con Andrew, era todo lo que quería. Lo conocí en el colegio, era mayor que yo, muy guapo con su sonrisa perfecta, su piel bronceada, y su mirada... Ay su mirada... que me hacía suspirar y ponía a retumbar fuerte mi corazón, cada vez que lo veía no podía evitar sentir todo esto. Nunca tuve el valor de hablarle por mi cuenta, hasta que un día en la cafetería coincidimos en la misma mesa para comer. Lo vi y me sonroje, el me vio y con su mirada tan picara y dulce a la vez empezó a conversar conmigo.
No lo podía creer, yo estaba en automático, porque estaba perdida! Perdida en su mirar, en sus lunares, en cada rizo de su cabello, y su voz tan profunda era melodía para mis oídos. Tanto me perdí que noté que ya no respondía a la conversación, el solo me miraba, y le pareció graciosa mi distracción. Ya había sonado la campana para entrar a clases, quería morirme sentía que había perdido la oportunidad de conocerlo, me dijo: "Tengo que entrar a clases, nos vemos luego, fue un placer". Yo algo triste me despido de él. Me doy vuelta y camino para ir hacia mi salón, hasta que sentí una mano cálida sujetando la mía frenándome, volteo, y era el dándome un beso en la mejilla y entregándome un papel con su número de teléfono, me mira a los ojos, se sonríe y se va. Mientras que yo me quedé allí congelada, sentía que se detuvo el tiempo y que y que yo flotaba.
FUENTE
Mientras lo veía alejarse, algo dentro de mi sabía que ahí era el comienzo de nuestra historia. Después de ese día empezamos a hablar a diario, en el colegio nos sentábamos juntos a comer, hablamos de todo y nos divertimos mucho, había un intercambio de mirada entre nosotros, miradas de deseo, de intriga, yo lo miraba a los labios y quería besarlo, porque mientras más lo conocía mas me gustaba, más quería estar con el, era un chico increíble. Un día ya saliendo de clases, llega a mi salón, yo estaba lista para irme a casa, pero el estaba allí y me llamó, voy hacia donde está y lo noto distinto, algo impaciente, lo saludo y veo que no me mira a los ojos como acostumbra, noto que tiene una flor en su mano y me la entrega, seguido de decirme: "Quieres salir conmigo?". En ese momento mi corazón estaba imparable, latía muy fuerte, el chico que tanto me gustaba me había invitado a salir, y sin perder ni un segundo le dije que sí! "Si quiero salir contigo", le dije, y vi como él suspiró y su mirada volvió en si. Me dejó la dirección donde nos encontraríamos en la noche, me confesó que estaba ansioso de verme, y yo con una simple mirada le di a entender que también ansiaba verlo mas tarde.