Finaliza el año escolar, ¿Vacaciones o Migración?

Finaliza el año escolar, esto significa un nuevo logro en la formación educativa de nuestros niños y jóvenes. Desde los diplomas que indican el cambio de nivel en la educación inicial, hasta los títulos de educación superior son recibidos con alegría en muchas familias. Sin embargo en Venezuela, para muchos hogares, esta culminación de año escolar tiene un sabor agridulce, porque también significa el momento que se había estado esperando para la partida, bien sea de la familia completa o de alguno de sus integrantes.

Creo que esta fecha representa un punto muy alto en el flujo del fenómeno migratorio que nos está afectando. Algunos tienen su plan migratorio bien estructurado con su destino, objetivo y sustentación. Otros son víctimas de la desesperación y lo único que parecen tener claro, es que tienen que salir a buscar en otros países, el modo de vida digno, que por los momentos no se puede tener en el nuestro.

Uno de esos tantos casos es el de Diana, mi sobrina y excelente estudiante universitaria, quien agobiada por la situación económica, tuvo que congelar el semestre en la universidad y este fin de semana me pedía una opinión sobre las alternativas de emigrar o permanecer en nuestro país. Les confieso que nunca me había sentido tan impotente por no tener una repuesta clara que pueda servir de consejo para un ser querido. Siempre he pensado que nuestro país tiene todo lo necesario para ser el mejor del mundo. Igualmente pienso que en los momentos de crisis económica de una sociedad, es cuando aparecen muchas necesidades que pueden ser aprovechadas por nuestros jóvenes para desarrollar alguna actividad económica o emprendimiento acorde con sus aptitudes, que le genere algún ingreso que permita su permanencia en nuestro país.

Aun mantengo la defensa de la opción de permanencia en nuestro suelo, al menos eso quisiera para todos, pero reconozco que cada día que pasa, esa opción se hace más difícil y empiezo a entender mejor a todos nuestros compatriotas, que agobiados por la tragedia que estamos pasando, han decidido traspasar nuestras fronteras en búsqueda de un futuro mejor para ellos y sus familiares que permanezcan en nuestro país.

Considero que la decisión de emigrar o permanecer en nuestro país debe ser completamente personal. En estas condiciones, por más que quisiera, no puedo pedirle a alguien que se quede, como tampoco puedo auparlo a marcharse.

Cualquiera sea la decisión, esta tiene su propia dosis de incertidumbre. Si es cierto, que enfrentar la terrible situación de nuestro país es una tarea muy difícil, también es cierto, que llegar a un país extraño como inmigrante no es nada fácil, son muchas las vicisitudes que hay que enfrentar para tratar de salir adelante. En cuanto a las ventajas de quedarse en Venezuela, esto significa tener la facilidad de estar en casa propia, moverse en un terreno conocido, seguir disfrutando de todas las maravillas que tenemos, compartir con gente de nuestras mismas costumbres y lo más importante, el apoyo que representa la cercanía de los seres queridos, tanto amigos como familiares.

Pensando en las ventajas de emigrar, y a modo de aliviar la pena que significa ver partir a tantos de nuestros jóvenes, pienso, que además de sus posibles alivios económicos, viajar a otros países y conocer otras culturas, le aportará a estos muchachos muchos conocimientos, diferentes perspectivas, distintas maneras de enfrentar y resolver situaciones, que luego, a su regreso nos serán muy útiles para la reconstrucción de nuestro país, que aunque, por más oscuro que se vea el panorama, no dudo que está más cerca de lo que parece.

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