Ulog#3 / El primer día del resto de mi vida

Feliz y bendecido día amigos steemians. Les deseo el mejor de los días, cada día.

A ver si esto funciona, la verdad estoy comenzando esta publicación sin tener un esquema mental de lo que voy a escribir. Sólo tengo el título, que es el aspecto resaltante de mi día.

El primer día del resto de mi vida es un evento que no deja de suceder, porque la verdad es que cada vez que se cierra un ciclo, empieza uno nuevo, y el instante en el que ocurre ese punto de inflexión, inicia ese primer día (cuando entramos a la universidad, cuando empezamos a trabajar, cuando nos casamos, cuando nos convertimos en madres...), que en todo caso está lleno de retos, emociones, temores, espectativas, sueños, ilusiones...

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Atendiendo a la gentil invitación del estimado amigo @surpassingoogle, a compartir nuestras experiencias de la vida cotidiana, como si fuéramos una "celebridad verdadera", con la acotación especial de que él es nuestro fan #1, les comparto en esta entrada mi Ulog#3. Si quisieren conocer más acerca de esta iniciativa pueden leer su post aquí.

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Mi manera de despertar fue con las manitos de mi hijo de 6 años diciéndome: mami, ¿te falta mucho para levantarte?, debido a la rutina, normalmente soy yo quien lo despierta para que desayune. Con ese sólo momento sabía que el día era diferente.

Le preparé la comida que me pidió, sin prisa, disfruté junto a él el desayuno. Le dije que me acompañara a realizar algunas tareas del hogar, y entre cantar, conversar y ordenar, se nos hizo la hora de almuerzo, cocinamos (el siempre quiere hacer todo, jajaja), le serví su plato y cuando estuvo listo para ir al colegio (su turno es en las tardes) me dijo:

-¿Mami me puedo quedar contigo?
-No mi amor, ya tendremos mucho tiempo para estar juntos cada mañana.
En seguida replicó:
-¿ni porque es la semana de mi cumpleños?.
-No mi vida, el colegio es para tu bién y es tu deber ir.

Después de un gran abrazo subió a su transporte escolar y con tanto amor en su mirada se despedía de mí a través de la ventana. Una parte de mí siempre está con él.

Luego esperé en casa a mi esposo e hija (que estudia en el turno de la mañana), almorzamos compartiendo una amena conversación. Entonces llevé a mi matica de felicidad ( así le digo a mi hija por su alegría) a sus actividades musicales de la tarde y en el camino íbamos en una guerra de cambio de emisoras de radio, jajaja. Ella siempre tan fuerte y decidida, tiene 9 años, pero a veces siento que es más sabia que yo.

Mientras la esperaba, busqué un sitio tranquilo, y comencé a escribir esta entrada (yo y mi mala costumbre de no desperdiciar el tiempo). Mis publicaciones, hasta ahora, son producto de la suma de pequeños espacios de tiempo "disponible", en los que cuento con la compañía de mi teléfono, al que agradezco mi modesta, pero satisfactoria trayectoria en esta plataforma.

Luego de su rutina musical, nos fuimos a casa, donde ya mi esposo nos esperaba y aguardamos a que llegara mi hijito en su transporte. Entre tanto, preparé una merienda para ellos, ya que seguidamente tenemos que, casi literalmente, correr a la clase de Karate de mis tesoros.

Durante su entrenamiento, mi amado esposo y yo aprovechamos de caminar, es una práctica que además de ser saludable, nos libera del estrés y en ese tiempo solemos disfrutar de una buena conversación, al aire libre, en compañía de la naturaleza ¿qué mejor escenario?

Llegamos a casa, ya de noche, con la cena de por medio. Pero el día aún no termina.

Todos nos damos un baño, en este día hijos me solicitaron un masaje en sus piernitas, porque las tenían adoloridas, lo que para mí es todo un placer... ver sus caritas de gusto, mientras se lo doy, no tiene precio.

Otra actividad nocturna es la lectura, es un buen hábito que mi esposo con mucho amor, dedicación y constancia ha inculcado a nuestros hijos. Y con tan buen resultado que mi brillante hija suele leer un libro tras otro en sus ratos libres. Muchas veces mientras yo estoy inspirada respondiendo algunos comentarios aquí en mi teléfono, ella está a mi lado, concentrada en su lectura, la observo y me siento tan orgullosa... también pienso que soy un mal ejemplo, jajaja.

Y finalmente llega la hora de dormir, todos agotados, pero felices, satisfechos del paso avanzado ese día, entre abrazos y sonrisas, y de forma intempestiva, de pronto mis hijos sólo dejan de hablar, por más que lo intentaron el sueño los venció.

Me acuesto a "dormir" y es entonces cuando normalmente me dedico con más tranquilidad a leer publicaciones, comentarios y a escribir (como verán, en relación a las redes sociales, sólo tengo tiempo para Steemit, y de broma). Me dejo atrapar por la inspiración que me regala el silencio y la paz nocturna para crear y luego caer rendida, feliz e inmensamente agradecida por cada momento vivido.

Si sumamos lo que tenemos, es más de lo que creemos que nos falta, eso debería bastarnos para ser felices.

Y eso fue todo por hoy apreciados lectores, gracias por acompañarme en este camino.