HAZ EL BIEN SIN MIRAR A QUIEN

Hace algunos años, mi esposo, nuestra hija pequeña y yo salimos hacer unas comprar, se hizo un poco tarde, y al regresar al carro y echarlo andar, no quiso prender. Hicimos cuanto pudimos, pero el vehículo no respondió. Tratamos de prenderlo empujado, pero nada. Descansamos un rato y pensamos en qué íbamos hacer.

En ese momento aparecieron unos jovencitos y preguntaron si necesitábamos ayuda: -Sí, les dije inmediatamente y les agradecí.

Con su ayuda y la de otro señor que se sumó al grupo, el vehículo por fin arrancó.

Ya más tranquilos, nos subimos al carro, y nuestra pequeña hija nos comentó:
-Mami, mientras ustedes empujaban yo pensaba que necesitábamos ayuda, lo que llaman en la escuela un “buen samaritano”, y justo aparecieron esos jovencitos y el señor.

Meses antes de ese incidente, nuestras hijas estaban por comenzar un nuevo año escolar, compartimos la emoción, alegría y nerviosismo que significaba iniciar en una escuela nueva, aunque ellas estaban un poco preocupadas por esa nueva integración con nuevos amigos, yo confiaba en que todo iba a estar más que bien.

Una tarde, al regresar de la escuela, nos contaron que durante uno de los recreos se habían aproximado a una niñita que lloraba porque otro compañero, sin querer, la había hecho tropezar y caer, se acercaron a ella, la ayudaron, la animaron, jugaron un rato con ella e hicieron que dejara de llorar, también nos contaron, que sin fijarse una de las maestras estaba observando todo, ella fue las que les habló sobre ser un Buen Samaritano: -Todos necesitamos un buen samaritano, y ustedes lo han sido con esa niñita; esas fueron las palabras de aquella maestra.

Es muy reconfortante ver como aún existen los buenos samaritanos para darnos una mano cuando vivimos alguna situación difícil.

Invito a todo aquel que lea este Post a ser un Buen Samaritano, y haciendo la diferencia en la vida de su prójimo. Seguramente no podremos cambiar el mundo, pero sí podemos ser agentes multiplicadores de bondad que han la diferencia en la vida de otro ser humano.

Nunca se sabe cuándo alguien pueda ser ese Buen Samaritano contigo, y allí es cuando decimos:

“Haz el bien sin mirar a quien”.