Negrito es un gato de 4 años que
rescatamos en los alrededores de unos apartamentos. Nuestra motivación inicial era totalmente interesada.
Necesitábamos un cazador de ratones. Ya habíamos tenido otros gatos, hembras, con resultados traumáticos, especialmente en época de celos. Todas ellas se habían comportado de modo estereotípicamente felino (indiferentes) y terminaron desapareciendo sin dejar rastro.
Negrito ha sido criado con todo el amor y mimos que hemos podido (y que él se deje dar), especialmente después de percatarnos que no tiene planes de cazar ningún ratón para nosotros.
Pero igual los ratones se fueron. Supongo que se asustaron ante esta criatura con pinta de pantera que luce como que no le aguanta nada a nadie.
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Como a la mayoría de los gatos,
a Negrito le encanta comer y dormir. Pero, creo que ama trepar y caminar por los techos más que cualqueir otroa cosa. Su radar de comida está bastante desarrollado. Puede estar a cuadras de la casa, y sentir (oler?) cuando hay movimiento en la cocina. Más fascinante aun,
parece haber desarrollado algun radar para detectar cuando yo estoy llegando a casa.
Mi suegra me dice que cuando yo estoy trabajando el gato desaparece a deambula sigiloso buscando un lugar para dormir donde no lo molesten los perros. Cuando ella nota que él “se activa” o llega corriendo por los techos, ella sabe que estoy cerca de la casa. Hasta ahora esa teoría no le ha fallado nunca.
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Me conmovió que durante los días que estuve ausente atendiendo lo concerniente al funeral de mi sobrina,
Negrito llegó a casa el jueves buscando cena, no me vio y se fue.
Regresó el viernes, anunciándose con maullidos desesperados, no me vio y de nuevo se marchó con maullidos de protesta
. Volvió en la noche, pero no le aceptó comida a nadie. Mi esposa me dijo que lucía desconcertado y casi que le hablaba en lenguaje humano. Me dijo que casi podia oirlo preguntar, “donde está?”
Por los dos dias siguientes, Negrito no regresó. Probablemente asumió
que me había unido a la Diáspora. El lunes sí vino, pero se reusó a bajar del techo. Eso sí, aceptó un poco de leche en polvo (una cara delicia hoy día). No estaba de humor para el pan (su comida no-cárnica favorita).
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Yo regresé a casa el martes, después de sortear algunos inconvenientes en Caracas. Mi esposa notó la agitación de Negrito unos minutos antes que yo llegara y decidió documentar sus movimientos. Este fue el resultado.
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Pueden ver su lengua anticipando alguna delicia él estaba seguro que le había traído.
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De nuevo, debe tener algún poder extra sensorial porque efectivamente le había traído a él y a los perros unas deliciosas sobras de Tinaquillo. Ojo, carne en vara no debería llamarse sobras.
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Sin embargo, el condenado gato no se mostró más amoroso que su acostumbrado yo antipático.
. Se limitó a exigir su parte desesperadamente, arañando mis piernas como un demente, y luego se fue a reposar la comida con mi esposa.
Si eso no es un gato malagradecido, no sé qué es.
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Las fotografías fueron tomadas por Manuela Vargas (futura miembro de esta comunidad) con un teléfono Moto G 3 (5 MP Camera 2592х1944 pixels) y modificadas en imgur.com
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Hola, @hlezama. Me gustó mucho tu historia. A veces los animales se muestran más humanos que los mismos humanos y llegan a sorprendernos con eso.
Cuando yo era adolescente tuve un gato llamado Blackie -ya te imaginarás la razón del nombre- y llegué a quererlo más que a mí misma. Al final, el muy condenado se fue por lo techos en busca de gatas en celo. Lloré a mares pero lo recuerdo con cariño.
Ya ves. Que bueno que te haya gustado la historia. Son un reto al amor desiteresado. Sabemos q lo haran, pero igual los queremos
Así son los gatos. Negrito es digno ejemplar de su especie y raza, ¡ja, ja, ja!
Me encantó este post. No dudes que te ama. Es más, ese gato te adora, @hlezama ♥
Jajaja. Por lo menos adora que lo alimente. Esta tarde me pasó requisa. Creo que ya aprendió a abrir el cierre del morral. El olor a pan ayudó. Gracias por comentar. Me alegra que te haya gustado
Hermoso y muy caprichoso ese gatito. Se hace querer y obviamente te ama a ti más que a ningún otro miembro de tu familia. Los mininos son un encanto.
Ya lo creo. Gracias por la visita. Ya contaré sobre los perros, los que le quitan la paz y tranquilidad al pobre negrito.