Capítulo 1.- Comienza el viaje hacia el desierto de Erg Chebbi...

Mi padre, Josep María, y yo, Joel, cargados de energía, salíamos la mañana del día 3 de junio de 2019 en vuelo directo rumbo a la ciudad de Marrakech (Marruecos).

Habíamos planificado que después de abandonar el aeropuerto nuestro guía, Ali, nos recogiera y desde allí iniciar la ruta que nos debía llevar a nuestro destino más deseado: el desierto de Erg Chebbi, en Merzouga, cerca de la frontera con Argelia.

Después del laborioso y largo protocolo de control de las maletas y de rellenar sendos formularios para la policía, salimos del Aeropuerto de Menara y nos encontramos con Ali.
Empezaba nuestro viaje.

A medida que nos alejábamos de Marrakech, el paisaje paulatinamente fue cambiando. Poco a poco nos adentrábamos en la zona amplia del Alto Atlas, a más de 1400 m. de altitud.

Los pueblos bereberes diseminados en el ancho paisaje fueron sucediéndose. Vistas panorámicas y bellos paisajes como el de Aid Barka, eran parada obligatoria.

Más adelante hicimos otras pausas para descubrir y admirar nuevos paisajes.

Ya en el Valle de Ounila, descubrimos como conviven la aridez del suelo yermo y la frondosa vegetación, junto al río. Esta técnica, junto con el sistema de riego, fue una de las muchas aplicaciones que los árabes nos legaron. Todavía hoy se utiliza en la Península Ibérica.

El viaje a través de Marruecos había comenzado.

El Viajero