Bajo la seducción de Río de Janeiro – I Parte
No es solamente su exuberante entorno natural, con montañas, bosques y playas, Río de Janeiro posee además un ritmo y una vibra de sus habitantes que te transmiten algo así como un frenesí.
Sí, la Cidade Maravilhosa (Ciudad Maravillosa), como también se le llama, es una seductora infalible, sin duda el lugar de Brasil que todos quieren conocer, ya sea por su mundialmente famoso Carnaval o por la fantasía tropical que representa.
Después de estar en Ceará, Pernambuco y Bahía, el estado de Río de Janeiro fue mi siguiente destino en Brasil, al que llegué un soleado día. No tenía habitación reservada, así que desde un teléfono público en el aeropuerto de Galeâo llamé a un hostal de la zona de Copacabana que aparecía en mi guía para preguntar si había disponibilidad. Me dijeron que sí y tomé un taxi hasta allá, algo caro el servicio pero no quería perder tiempo, ya era mediodía.
Me registré en una habitación compartida en el hostal y de una vez con mapa en mano me fui a conocer los alrededores de Copacabana y por supuesto, su playa, que quedaba a cinco cuadras de mi alojamiento. Ya eran como las tres de la tarde, así que anduve explorando la zona el resto del día.
Aunque es una playa urbana, con todos los males que eso pueda significar, Copacabana, con sus 4,5 km de extensión junto a la playa de Leme, es muy bella. Arena blanca, el color azul profundo de sus aguas, un entorno animado con sus Postos (kioskos) y Botecos (bares) al aire libre, gente jugando fútbol, la arquitectura art decó de varias edificaciones que la rodean, mucho verdor, vendedores playeros y la mezcla de visitantes locales y foráneos, son cosas que le dan carácter vibrante a este lugar.
Para mi segundo día en Río de Janeiro planifiqué ir primero a ¡Ipanema!, quizá la playa más famosa de Brasil.
Hice una pausa en el camino porque me topé con el Mercadillo hippy que se monta los domingos en una plaza de la zona. Hay artesanías, ropa y otros interesantes objetos a buen precio.
Seguí hacia la costa y de repente tuve ante mí la playa de Ipanema. Fue como una ensoñación. El día estaba totalmente despejado, el mar brillaba y se percibía en el ambiente la alegría de la gente que disfrutaba su tiempo libre: unos se ejercitaban, otros nadaban, algunos tomaban agua de coco… caminando por la acera de ondas blancas y negras que la rodea me sentí como la Garota de Ipanema, la célebre canción bossa nova de los años sesenta con música de Antonio Carlos Jobim y letra de Vinicius de Moraes.
Ipanema, al igual que Copacabana y otras playas urbanas que quedan cerca, son de aguas frías con corrientes fuertes, lo comprobé cuando una ola me revolcó, de hecho esta palabra indígena significa “aguas peligrosas o malas”, por eso no es recomendable alejarse mucho de la orilla.
Además de los Postos que están en la playa identificados por números y que sirven también para saber quiénes frecuentan cada área (gente fitness, bohemios, LGBT, deportistas, familias, etc), la zona cuenta con muchos cafés, bares y restaurantes que le dan un toque particular. Desde hace años esta playa y su vecina Leblón han sido frecuentadas por artistas e intelectuales.
En el extremo donde Ipanema limita con Copacabana, está la Pedra do Arpoador, una enorme roca que es como un mirador y en esa zona de la playa se practica surf.
Durante el tiempo que pasé aquí me dio la impresión de que en Río de Janeiro la gente no trabaja, sólo disfruta jajaja… obviamente no es cierto, pero el ambiente de Ipanema me hizo pensar eso.
El siguiente lugar que visité ese día fue el Jardín Botánico, de verdad muy hermoso y relajante, con enormes palmeras, el árbol Pau-Brasil, colección de cactus, plantas insectívoras, Orquideario, Bromeliario, colección de plantas medicinales, jardín de rosas, nenúfares, monos...
Al salir del Jardín me fui caminando por la Av. Borges de Medeiros, la cual rodea una parte de la Lagoa Rodrigo de Freites, una laguna de agua salada que cuenta con muchos atractivos, entre ellos una ciclovía y camino peatonal de poco más de 7 km, barquitos que se pueden alquilar para pasear, kioskos con comidas y bebidas y ocasionalmente otras actividades como música en vivo.
Mi tercer día en Río de Janeiro lo comencé temprano tomando un autobús hasta la zona de Urca, donde queda el teleférico de Pâo de Açúcar (Pan de Azúcar), también un lugar icónico que no hay que perderse, con vistas espectaculares de la ciudad. Afortunadamente el cielo estaba totalmente despejado, por lo que el paseo prometía…
Este sistema de dos teleféricos fue inaugurado en 1912 y se desplaza primero al Morro de Urca, de 220 metros, y luego a la otra montaña cercana, el Pan de Azúcar, a 396 metros.
Desde Morro de Urca se ve la espectacular Bahía de Guanabara, las playas de Botafogo y Flamengo, Praia Vermelha… todos paisajes que reafirman por qué Río de Janeiro es considerada como una de las ciudades más bellas del mundo.
En esta estación hay restaurante, tienda de souvenirs, parque infantil, helipuerto y hasta un teatro al aire libre.
Al continuar el ascenso al Pan de Azúcar con el segundo teleférico, no sabes qué mirar primero al llegar, si la vista hacia Copacabana, el mar o más allá al Cristo Redentor, es una sobredosis de belleza.
Como si las visiones hermosas no hubiesen sido suficientes, mi siguiente parada del día fue ir a ver algunas obras del famoso arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, uno de los más influyentes de la arquitectura moderna.
Para eso fui rumbo al centro, a tomar el ferry en la Praça XV de Novembro hacia Niterói, una ciudad que queda al este de Río.
Al llegar al terminal se encuentra cerca el Teatro Popular de Niterói, una bellísima estructura que sólo pude ver desde afuera ya que estaba cerrado el acceso al público…
La otra obra que quería ver de este arquitecto en Niterói era el Museo de Arte Contemporáneo. Pregunté y tomé un autobús para allá, no quedaba muy lejos del terminal de ferrys.
Si en fotos se veía como una nave extraterrestre, en vivo y directo la visión de este edificio te hace sentir en otro planeta.
Su estructura curvilínea es una de las cosas que admiro de Oscar Niemeyer, su creatividad no se limitaba a las líneas rectas que solemos ver en la mayoría de las construcciones. Lamentablemente las salas de exposición estaban cerradas al público, por lo que los que lo visitamos ese día sólo pudimos estar en sus áreas abiertas.
Para finalizar mi tercer día en Río, de regreso al hostal me encontré cerca de la playa de Copacabana con un concierto de varios artistas en el que me quedé un par de horas.
Aunque recomiendan estar alerta porque de noche esa zona no es muy segura, no me pareció peligroso y al salir del evento me fui tranquila al metro.
Continuará…
Fotos propias hechas con una cámara digital Sony Cyber Shot 7.2 mp
I have picked your post for my daily voting initiative! Keep it up and Steem on!
Thank you very much! :)
Congratulations @sofathana! You have completed the following achievement on the Steem blockchain and have been rewarded with new badge(s) :
You can view your badges on your Steem Board and compare to others on the Steem Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
tons of awesome pics! Brazil seems so fun. Love the sand carving. Thanks for sharing!
Thank you for your comment and support!
I would love to visit Rio, Copacabana and Ipanema ~ all stuff of movies and songs... :)
Yes! You have to go!
Oye, de seguro alli te puedes encontrar con el pájaro carnestolendo. jajaja!!
Las obras en la arena quedaron muy hermosas, Las playas irresistibles y la imagen donde sale el pan de azúcar fue mi favorita. saludos!
Voy a la panadería a comprar un pan de azúcar... :V!
Jejeje ¡seguro que ese pájaro vive en Río! Gracias por pasar por acá, que disfrutes tu pancito :)
¡Muchas gracias por el apoyo!
Thank you!!
Very beautiful photos!
Thank you for your support!
Ciertamente me asombra la escasa peligrosidad que comentas. Unos amigos fueron asaltados. Lo importante será ser prudente y no meterse en barrios raros... imagino.
Me gusta mucho tu viaje.
Un saludo 😊
Posted using Partiko iOS