Orígen de los nombres de las esquinas de Caracas

in #travel6 years ago

En Caracas, la capital de Venezuela, sus esquinas tienen nombres muy peculiares. Detrás de estos nombres se encuentran muchas historias y leyendas de una Caracas antigua que no queremos que desaparezca. Es por ello que hoy les voy a describir brevemente la historia que está detrás de esos singulares nombres.


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Fuente: http://caracas-antesahora.blogspot.com/2008/03/evolucin-histrica-de-caracas.html


Esquina de Socorro: Su nombre viene porque allí se encontraba un puesto de socorro o ayuda.

Esquina de Miracielos: Se cuenta que, en 1696, se desató una peste terrible en Caracas. Como no encontraban la forma de curarla y estaba acabando con la población, acudieron a Dios para rogarle el cese de la peste y sacaron en procesión la imagen del Nazareno por las calles, en medio de oraciones. Al pasar por una esquina donde había un árbol de limón, la cruz del Nazareno lo tropezó y en la corona de espinas se enredaron varias ramas, cayendo gran cantidad de limones al suelo. La gente tomó los limones como señal del cielo e hicieron limonada. Muchos se curaron y cesó la peste. Desde entonces esa esquina se le llamó esquina de Miracielos y al árbol, lo llamaron el Limonero del Señor, tal como lo retratara Andrés Eloy Blanco en su poema “El Limonero del Señor”.

Esquina de Angelitos: Cuenta la leyenda que el presidente Páez se encontraba con una mujer ajena y mandaba a sus militares a que le avisaran por si venía alguna persona. Estos guardias los llamaban angelitos.

Esquina de Maderero: Se llamó así por voz popular. En ese sitio existió un gran depósito de maderas y el viejo Teatro de Maderero, un lugar que se hizo popular por la representación de obras que se dieron a conocer con el nombre de “Los Jerusalenes”. Por lo demás, la esquina de Maderero ha sido un sitio donde siempre han existido grandes depósitos de madera, aserraderos y carpinterías.

Esquina de Padre Sierra: Su nombre viene de la época de la colonia, en honor de Don Joseph de Sierra, capellán de las monjas Concepciones, quien vivió en este lugar en 1766.

Esquina de Marrón: Allí estableció su domicilio don Lorenzo Marrón, caraqueño que se codeaba con la gente más distinguida durante la primera mitad del siglo XVIII. Sin embargo, su aposento no fue la razón real por la que se dio a conocer este lugar como Esquina de Marrón, sino la belleza de sus hijas, a las que cariñosamente llegaron a apodar “Las Marrones”.

Esquina de Sociedad: A principios del siglo XIX, se encontraba en el lugar una casona que fue sede de la Sociedad Patriótica en 1811.

Esquina del Carmen: Una vieja costumbre adoptada por las familias de la Caracas de los techos rojos, era la de encomendar su hogar a un santo patrón. Una de las pocas casas que se conserva según esta tradición en la ciudad, es en la esquina del Carmen, con su nicho y su imagen de la virgen de los escapularios.

Esquina de Las Monjas: En el siglo 17 hubo una viuda rica que dedicó su vida y fortuna a la iglesia. En el espacio donde hoy se encuentra el Capitolio Nacional, había una casa de dos pisos que funcionó como el Convento de Santa Clara. La señora viuda, sus cuatro hijas, tres sobrinas y dos jóvenes más tomaron allí los votos como monjas.

Esquina del Chorro: El nombre viene por Don Agustín Perez, él tenía un negocio donde preparaba la mejor bebida de piña y papelón y tenía un sistema de despacho único que al escuchar el sonido del centavo al caer en una alcancía, despachaba el jugo por un tubo que daba hacia la calle sin necesidad de abrir la puerta.

Esquina de Zamuro: El dueño de la carnicería "El Zamuro", expendio comercial ubicado en esta zona, se hizo popular gracias a la singular forma que tenía para anunciar que había matado nuevos cerdos: cada vez que lo hacía, disparaba algunos cohetes al aire.

Esquina de Pelota: Como una contribución del pueblo vasco en los tiempos de la Compañía Guipuzcoana, se establecieron en el lugar las primeras instalaciones deportivas conocidas en la historia de Caracas. Desde entonces, se llamó el lugar “La Calle de la Pelota” y luego, hasta nuestros días, la Esquina de Pelota.

Esquina del Conde: ¿Quién se imaginaría que Caracas recibiría también en su seno a miembros de la nobleza? En la Esquina del Conde, pasó. Allí, llegaron a vivir dos condes: ellos fueron Don Fernando Ignacio de Ascanio (Conde de La Granja) y Don Antonio Pacheco (Conde San Javier).

Esquina de Pajaritos: En el lugar había una zanja y los pajaritos venían a beber agua allí. No más explicaciones al respecto.

Esquina de Romualda: Cerca del puente Catuche para el año 1824, existía la pulpería de la Sra. Romualda Rubí, quien todos conocían por Ña Romualda.

Esquina de Carmelitas: En el año de 1725, vivía en una casona, situada al sur de la iglesia de Altagracia, doña Melchora Josefa de Ponte y Aguirre, quien para aquella fecha solicitó y logró del Rey, convertir su morada en un convento dedicado a las “Carmelitas Descalzas de Santa Teresa”.

Esquina El Peligro: Para el siglo XIX estas esquinas era un campo abierto con algunas chozas, donde por la noche los delincuentes robaban a los inocentes transeúntes.

Esquina Pele el Ojo: Un bodeguero instaló su negocio en el lugar a una cuadra de la "Esquina de Peligro" y lo llamó Pele el ojo a peligro.

Esquina de Veroes: Era el lugar donde tenían su hogar los hermanos vascos Francisco y Pedro “de Verois” por los días de la Compañía Guipuzcoana. El uso de este apellido vasco se modificó con el tiempo para transformarse en Veroes.

Esquina de Peláez: La familia Peláez habitó, según parece evidente, entre las esquinas de Llaguno y Cuartel Viejo, sector que recibía a mediados del siglo XVIII el nombre de cuadra de Peláez en la que la pareja poseía un amplio solar para esparcimiento de su numerosa familia. El matriarcalismo caraqueño hizo que por largos años la esquina se llamara de “las Pélaez” feminismo repetido en muchas esquinas de la ciudad por notoriedad de sus mujeres, como fue el caso de Doña María del Carmen Peláez y Hurtado, quien se casó con Don Esteban Ponte y Blanco, Caballero de la Orden de Alcántara.

Esquina del Muerto: Durante la guerra de los cinco, en las calles de Caracas, la mayoría de los heridos morían por falta de atención. Al terminar las batallas, los camilleros pasaban para recoger a los muertos. ¡Vaya sorpresa que se llevó este camillero! Un muerto se levantó y le dijo: “No. No me lleven a la tumba. Todavía estoy vivo.” Pasado el incidente, la gente relata la historia contando: “esta es la esquina donde se levantó el muerto.”

Esquina de Coliseo: Alrededor del año 1820, funcionó allí el Teatro Coliseo y la esquina que anteriormente se había dado a conocer como “Las Sanavrias” cambia su nombre a Esquina de Coliseo.

Esquina de Cristo al revés: Se comenta que, en esta esquina, vivía un zapatero que cosía tan artísticamente tanto las zapatillas de tacón Luis XV como las botas de los soldados. Luego que un colega se instaló a pocas casas, el primer zapatero colocó de cabeza a un Cristo para presionarlo a que le alejara al competidor.

Esquina El Guanábano: Otra esquina sin tanto cuento. Su nombre se debe al árbol de guanábana que en aquel sitio prestaba su acogedora sombra.

Esquina de Cervecería: Allí antiguamente estaba localizada la fábrica de Cerveza Caracas, principal patrocinante del equipo fundado en 1942 llamado Cervecería Caracas B.B.C., y que hoy en día se le conoce como Leones del Caracas B.B.C.

Esquina de San Pablo: En esta esquina funcionaron la antigua iglesia de San Pablo y el hospital del mismo nombre. En algún momento, este también fue una cárcel. En este sitio exactamente, se halla hoy el Teatro Municipal. La iglesia de San Pablo fue derrumbada por Guzmán Blanco, quien consideró digno del espíritu progresista, demoler el pequeño templo que hoy sería una joya de nuestra arquitectura colonial, para levantar un fastuoso teatro que prestara vigor a la cultura caraqueña.

Esquina de Las Ánimas: Para el siglo XIX, surgió una leyenda, que cuando la oscuridad llegaba al sitio se podía escuchar un coro de voces fúnebres. Unos curiosos salieron a la calle para descubrir quienes eran los cantores y se encontraron con sombras con túnicas blancas, que tenían hachas encendidas, y dijeron que eran ánimas del Purgatorio.

Esquina de Santa Capilla: En el lugar hubo una ermita hecha por indígenas y en ésta, se realizó la primera misa en toda Caracas. La ermita fue reestructurada por Guzmán Blanco quien, aunque no era muy devoto de la religión, si lo era de la arquitectura francesa. Quizá por eso es la única iglesia que tiene en su fachada al diablo.

Esquina de San Jacinto: Otra esquina de ubicación. En ésta, se estableció el Convento de San Jacinto, construido en el siglo 16.

Esquina de Traposos: En esta esquina nació el primer negocio de ropavejeros de este lado de la capital. La esquina de Traposos colinda por el norte con la mismísima Casa Natal de El Libertador, Simón Bolívar. En la esquina vivía una familia aristócrata que se había venido a menos, al punto que la comunidad le envió varios bultos de ropas viejas para que se cubrieran los cuerpos y, al saciarse de esta ropa, comenzaron a venderla y la gente comenzó a llamarle “Los Traposos”.

Esquina de la Bolsa: En esta esquina vivía la bisnieta de Don Diego de Boiza, quien fuera gobernador de la Provincia de Venezuela para el año 1542. El nombre de la esquina, en este caso, es una descomposición lingüística de “Boiza” que, con el tiempo, se transformó en “Bolsa”. También se dice que, en esa esquina, un tal Barón de Corvaia instaló un negocio de préstamo de dinero con tal fama que el Presidente Guzmán y los políticos de la época, le visitaban frecuentemente para sus operaciones bursátiles. La oficina obtuvo entonces el nombre de la “Bolsa de Caracas”.

Esquina de San Francisco: Toma su nombre gracias a la iglesia de San Francisco, que se edificó en 1593.

Esquina de la Torre: La Catedral de Caracas no tuvo torre sino alrededor de los cien años de su fundación. Anteriormente, las campanas colgaban de unos horcones de madera que servían de campanil. El reloj de la torre fue puesto en su sitio, durante la administración del presidente Juan Pablo Rojas Paúl. Seis relojes le precedieron en la Catedral; mientras más antiguos más modestos e imperfectos. Las campanas actuales son más nuevas que el reloj; cuando vinieron de España en la primera década del siglo, se colocaron en los ocho arcos que ocupaban las anteriores, las cuales fueron vendidas para su fundición, excepto una que se llamaba “La Concepción”. Esta esquina fue el punto más activo de la capital. A su alrededor se hicieron hoteles, negocios mercantiles y cafés, todos de gran fama y animación.

Esquina de las Gradillas: Su nombre se debe a que allí existían unas gradillas o gradas, para bajar a la Plaza de Armas o Plaza Mayor de la Colonia.

Esquina de las Madrices: Fue llamada así en recuerdo de las bellas hijas del Capitán Domingo Rodríguez de la Madriz.

Esquina Las Monjas: En el siglo XVII, hubo una viuda rica que dedicó su vida y fortuna a la Iglesia. En lo que hoy es el Capitolio, había una casa de dos pisos la cual convirtió en el Convento de Santa Clara, la viuda, sus cuatro hijas, tres sobrinas y dos jóvenes, tomaron los votos como monjas.


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Fuente: http://guiaccs.com/caracas-a-traves-de-sus-planos/


Acá no están todas, pero con estas nos podemos dar un paseo por la historia caraqueña narrada desde los nombres que con los años fueron tomando sus diferentes esquinas.

Espero que lo hayan disfrutado.

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Muy buena la información siempre me llamo la atención los nombres de algunas esquinas. @jam29

Generalmente no conocemos la historia en los nombres de las calles, avenidas, urbanizaciones ni el de las ciudades donde vivimos. Es un pequeño aporte. Gracias por tu apoyo.

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