Compostela-Negreira (El camino de Santiago por etapas)
Hola, República Steemit.
La verdad que como para probarme y ver como respondía mi cuerpo, me reté a hacer el tramo del Camino de Santiago que va desde Compostela hasta Fisterra.
Es una prolongación lógica del camino para quien viniendo además de tierra adentro quería ver no sólo donde el mundo termina (Finis Terrae, Fisterra), sino también ver el mar.
Para mi era ver que pasaba, como lo llevaba de bien, si los pies terminarían enteros (que descubrí que no), pasar un rato conmigo mismo en un lugar sin distracciones...
Pues el camino a Fisterra comienza, como no podría ser de otra manera, en la propia catedral de Compostela. Cuando llegué allí, tras dejar mi BlaBlaCar, a eso de las 9:30 ya había formada una larga cola para ver el recién restaurado pórtico de la Gloria.
Esta foto la he puesto en steepshot y no la repito ahora para que no me cope la portada... y porque además, (imprecación) la app me la recortó ... lo cual me ha chinchado bastante.
Sales de Compostela y de pronto se terminan las casas agrupadas. Ya durante 22 kms no encontrarás más que casas solitarias y algún pequeñ núcleo rural, todos ellos muy bien cuidados y conservados.
A partir de aqui no nos abandonarán los mojones. Cada poca distancia y en los cruces nos encontraremos una de estas piedras marcandonos la dirección y la distancia. Es un trabajo hecho a conciencia y que valoriza a toda Galicia como lugar de paseo y caminata.
Como os comento, el recorrido es mixto (entre cultivos, bosque explotado, robledales...) me entretuve fotografiando este puente para disfrutar un rato del calorcillo que la caminata impuso.
Al llegar al lugar de Aguapesada, encontraremos otro puente romano. Este servía para sortear el arroyo "Rego dos Pasos", y las autoridades de Patrimonio de la Xunta de Galicia lo tienen un tanto abandonado como podeis ver con piedras faltantes.
Otrora este puente fué lugar de paso obligado para dirigirse desde la costa hacia Compostela.
En los momentos en los que el camino se hace más llevadero, asocié la calzada, un lugar de partida y un lugar último de llegada (que será el lugar donde al fin te detienes) con la vida como sendero con principio y fin.
De este tramo de camino, la parte que más me gustó fué el "Puente de PonteMaceiras". Construido sobre un puente anterior sobre el río Tambre, alrededor del año 1300 tiene 5 arcos, del cual el central ya apunta ojiva, como buena obra de transición hacia el gótico.
Está acompañado de leyendas, entre las que destaca que ...
... escapando los discípulos de Santiago con los restos mortales de este, y en busca de un lugar donde darle sepultura, eran perseguidos por los romanos. Cuando estos pasaban por el puente, la intervención divina hizo que este se viniese abajo, permitiendo así que los discípulos llevasen el cuerpo el apóstol hasta donde hoy, se dice, está enterrado.
Vale la pena en este lugar detenerse en los viejos molinos de piedra. Lamentablemente sin movimiento ni uso, estos artilugios eran, no hace muchos años, elementos fundamentales en las economías rurales gallegas, siendo además elementos del procomún, donde la propiedad estaba compartida al igual que los tiempos de uso. El agujero de la parte superior estaba destinado a la alimentación del grano que salía en forma de harina por el risco debajo de la muela.
También en Pontemaceiras encontrarás nada más cruzar el puente (si vas cara Fisterra) una casa blasonada con un escudo en muy buen estado de conservación pero sobre el que no pude encontrar documentación.
Continué caminado hacia Negreira calculando la molestia de los pies, pensando en qué calzado hubiese sido el adecuado o si para otra tendré que hacerme con unas botas para caminar... pero sobre todo maldiciendo la mochila que de mañana había llenado de "por si acasos".
Ya en Negreira descansé un rato pensando si hacer 10 km más para llegar al siguiente albergue y hacer más llevadera la travesía del siguiente día o buscar donde dormir, ya que el Albergue municipal se anunciaba como Completo.
Sin haber todavía tomado una decisión, me levanté y tomé la mochila. Andando balbuceante y casi errático unos cuantos pasos determiné que no quería seguir andando durante dos días más por la sencilla razón que no iba a disfrutarlo e (insisto) la mochila estaba destrozandome la espalda.
Tal vez este paseo me anime a hacer rutas de un día, recopilar imágenes y lugares del patrimonio gallego... tal vez. Por lo de pronto, en camino, dentro o fuera de "el camino".
Saludos y muchas gracias por la compañía.