Cuando se me pregunta por algún hobby, entonces podría decirse que tengo muchos. Me gustan los vídeo juegos, los deportes, las pláticas profundas, la música, la reflexión en los lugares solitarios, el silencio en ciertos espacios y un poco los memes. Para no extenderme tanto, pienso que soy alguien que le encuentra gracia a todo; el destino es agraciado y un encanto para mí vivirlo. Sin embargo, hoy vengo a hablarles de aquel hobby al que le tengo más cariño; al que expulsa penas y contagia alegrías: La escritura.

Podría incluso torcer un poco los conceptos y decir que mi hobby favorito es estar vivo; digo, lo disfruto, pero creo que todos los participantes del concurso lo están (que por favor nadie diga lo contrario), así que no sería válido. En cambio, tomaré aquel detalle del universo que me permite expresar mis vivencias y ocurrencias por medio de las letras: La escritura (ya ven que tanto la disfruto que su nombre entre párrafos repito :P).

Bueno, debería ser sencillo de describir, los escritos nacen de las ocurrencias y emociones, pero robaré las palabras que una vez alguien me dijo: «Todo lo que sale del corazón es producto de sensaciones sublimes que suelen ser difíciles de explicar»; sin embargo, lo intentaré. Como describí anteriormente, soy una persona que le encuentra cierto encanto a todo, una persona muy receptiva, que le roba al viento alguna emoción y los suspiros no alcanzan para liberarlo todo. Soy amante de la vida y el potencial de las personas, creador de sueños y entusiasta de mis emociones; simplemente, soy humano, un simple mortal más en el camino que se dedica a mirar el universo y cuestionarse muchas cosas, diseñar sus perspectivas y expresar sus emociones. Por eso se me hace tan gratificante la escritura, porque al menos para mí, escribir es dejar algún retrato de la vida que logré percibir.

Siempre he sido amante de la idea de dejar una huella en el corazón de los rostros que en el camino me encuentre. Para mí servir al mundo es tocar los corazones, y si por medio de las letras puedo al menos contagiar emociones, quiero labrar poco a poco mi camino, y si en este cuerpo se me permite, serviré a la humanidad lo más que pueda.

Creo que el hobby llegó a mi vida y terminé cogiéndole cariño. Siempre he sido una persona muy creativa, con una mente capaz de crear mil escenarios en un minuto y perderse una tarde entera haciendo ello, pero siempre se me han dado terribles las artes plásticas, las manualidades, o cualquier cosa que pudiese hacerse con las manos; mi letra a mano también es algo bastante complejo de entender. A pesar de ser una persona muy creativa, no utilizaba ningún medio además de la palabra para plasmar mis ocurrencias; los niños usan mucho los dibujos, yo ni siquiera eso tenía (aunque un par de garabatos en una hoja igual me hacían feliz).

Cuando cursaba el sexto año de la primaria, mi profesora de curso mandó a hacer un análisis de diversos libros de un autor llamado Alfonso Lara castilla. El libro que en mi caso tocó analizar fue: La búsqueda.

La verdad no recuerdo mucho de libro, pero estuve todo el año escolar, acompañado de para ese entonces mi libreta color amarillo (no tengo imagen, imaginen una libretita decorada) en la cuál iba anotando el análisis de los capítulos que iba leyendo.

De chico solía ser una persona bastante enamoradiza, para ese entonces me gustaba una chica y entre el análisis, ponía como líneas aparte algún poema tonto hacia ella. Al final entregué el proyecto, conservé el cuaderno, y podría decirse que empecé a cogerle el gusto a escribir. Recuerdo en un par de ocasiones seguí escribiendo canciones y algún poema sin tener la más mínima idea de cómo se escribía una canción o un poema, pero me divertía plasmando los dilemas de un niño de 11 años. Podría decirse que esa fue la introducción a mi hobbie, y a partir de allí persistió entre los años. ¡Mujeres, siempre llenando de gracia a la existencia de este ser!

Mencioné hace un poco que empecé desde los 11 años, pero no era una actividad muy recurrente. Recuerdo haber escrito desde allí, sólo un par de cosas y de forma muy ocasional. No fue sino hasta aproximadamente los 17 años que recuerdo haberlo tomado con algo más de ahínco. Empecé a recopilar las cosas que escribía, me creé un documento en word llamado: Notas, en donde empecé a escribir y almacenarlo todo allí. Le ponía un número a cada escrito para guardarlo. Actualmente tengo allí guardados hasta el 124, pero son muchos más los que tengo guardados en distintos documentos; pero como siempre digo, ¡hay que conservar las raíces!, así que me siento orgulloso de aquel que fue el inicio de todo lo que vino después.

¿Si aprendo cada día?, siempre se aprende algo cada día; lo más gratificante para mí es tener todo almacenado y lograr ver el progreso tanto a nivel literario, como a nivel personal que he tenido con los años. Mis escritos suelen reflejar una parte de mí, así que quedan grabadas las etapas e ideales que fui teniendo durante mi vida y la forma de narrar que estaba a mi alcance en ese momento.

Lo amo por muchas cosas. Soy una persona ocurrente, que detesta lo rutinario y le gusta darle elocuencia incluso hasta algo tan simple como pedir la hora. Escribir no es sólo hacer grandes obras, me gusta incluso entre las pláticas ocasionales con la gente, dejar un poco de mis ideas y ordenarlas con palabras que enamoren al lector. Amo la forma en la que de algo aparentemente simple puedan surgir cosas maravillosas, sólo se necesita una perspectiva distinta y un par de palabras ordenadas.

¿Amarlo por ser bueno?, no lo sé. Creo que nunca me considero bueno ni malo haciéndolo, sólo me divierto y siento ansias por hacerlo cada vez mejor.

¿Me quita el estrés?, me produce mucha calma, sí. Soy una persona que calla tanto como lo que escribe; podría decirse que las palabras que calla mi alma las grita entre letras. Soy una persona poco conflictiva, y mantengo la calma la mayor parte del tiempo, siempre es útil encontrar un medio para drenarlo todo; aunque me guste la Geología, no soy una roca.

¿Un reto?, todo puede ser un reto bajo qué ojos se miren. Yo lo llevo conmigo, me divierte hacerlo y mejorar en el camino. Creo que el único reto es extender el tiempo de mi cuerpo para alcanzar el punto hasta el que quiero llegar. Aquel lugar, donde por fin mire las historias de mi vida y de mis letras y decir: Lo logré.

En mi mente siempre hay muchas cosas.

—¡Entonces puede eso ayudarte a escribir!— dijo una voz invisible mientras escribía lo anterior.

Sí, podría ser, y al mismo tiempo podría perjudicarme un poco. Enfocarme es en ocasiones una tarea un tanto ardua de completar, principalmente porque divago mucho y me distraigo con facilidad. Sin embargo, cuando me desenfoco de todo pensamiento, creo que es el alma lo que termina hablando y mi cuerpo sólo le deja narrar lo que desee. Pienso muchas cosas, las almaceno en algún lugar y empiezo a transcribir. Es probable, aunque contradictorio suene, que mientras escribo tal vez piense muchas cosas y al mismo tiempo piense en nada.

Si divago un poco en la pregunta, podría decir que todos comparten conmigo, y más que todos, todo comparte conmigo a la hora de escribir. Escribo sobre mis vivencias, sobre mi alrededor, incluso sobre aquello que imagino o sobre lo que jamás llegué a vivir. Escribo sobre mis sueños, sobre mis presentes amores, sobre el susurro del viento a mis temores, sobre lo que el vecino decidió contarme. Todos forman parte de mi vida, así que retrato lo que alcanzo a vivir y sentir para luego exponerlo hacia todos.

En un sentido más literal, es algo que hago por mí mismo, salvo unas muy contadas ocasiones en donde terminé escribiendo en conjunto con alguien. Disfruto más de recibir opiniones y de amoldar las ideas a mi propio gusto. ¿Lo comparto con alguien?, ¡me encanta compartirlo con la gente! Me gustan las opiniones, las percepciones, incluso me gustan las reacciones exageradas y los comentarios pasivos. Me gusta compartir mis ideas, me gusta exponer mi perspectiva, me gusta darle ese toque de poesía a la rutina. Me gusta compartir por la razón que expuse un par de párrafos más arriba: Me gusta sentir que toco el alma de las personas; me divierto creando contenido, pero me encanta cuando alguien más lo disfrutó.

La verdad, no sé qué delimita la franja del camino en donde se deja de ser un principiante, pero algo tengo seguro, estoy bastante lejos de ser un experto. Seré neutral y me consideraré un aficionado. La verdad, me veo como un principiante por la cantidad de temas que todavía no domino, y a la vez como un aficionado por la cantidad de tiempo y cosas que he escrito. ¡Soy un principiante con gran afición a lo que hace que espera convertirse en experto algún dia!

La verdad, a lo largo de los años escribí y escribí sin detenerme realmente a aprender y mejorar, no de forma seria, sólo un par de dudas que me surgían cuando quería innovar. Creo que mi paso de ser principiante a empezar a ser aficionado llegó gracias a steemit. La cantidad de información que encontré, la cantidad de recepción que llegué a tener, y los avances que siento he realizado gracias a esto han sido enormes, pero nada en comparación a lo que mi ambición necesita para sentirse satisfecho. De todos modos, los primeros pasos son importantes.

La verdad, admito con vergüenza que no he sido un gran lector. Es cierto que me encanta escribir, pero lo hice de forma muy empírica durante mucho tiempo, y la cantidad de libros que en mi vida he leído no llegan a ser tantos. Sin embargo, desde que inicié en steemit, algo se encendió. No sé si fue el interactuar con tantos artistas, el escuchar acerca de tantos libros, o el tener que leer tantas publicaciones, pero le empecé a coger cariño, y hoy en día, leo bastante más.

Me dispuse en enero de este año a fortalecer bastante más la lectura; a fin de cuentas, sin lectura no nace un buen escritor, y me he dado cuenta lo necesario que es. Son muchos los libros, incluso muchos clásicos que todavía no han llegado a mis ojos, pero este año decidido a empezar a desarrollar el hábito y aprovechando que me iba unos días de mi ciudad, agarré algún libro de la biblioteca en mi hogar y terminé leyendo uno llamado «City» de un autor llamado Alessandro Baricco; y aunque desconozco cuántos lo conocen, reconozco cuánto me conozco; por ello, aunque existan miles de obras más ingeniosas y elocuentes, se me hizo muy entretenido lo absurdo de sus diálogos y lo profundo en sus ideas.

Definirlo como un trabajo, creo que por los momentos sigue siendo más un hobby que un trabajo. Todavía no vivo de él, y más allá de steemit, no lo uso como medio de ingreso. Sin embargo, cada día se vuelve más y más parte de mi rutina. Estudiarlo, conocerlo mejor, conocer del mundo y explorar entre los anaqueles de la vida algún destello de información que tenga para mí. No es un trabajo estrictamente hablando, pero sí parte constante de mis días, y cada vez una parte más grande.

Tal vez se convierta en un trabajo cuando dibuje las trazas de algún camino invisible a través del cuál mi arte decida transcurrir.

Alien: Saludos, humano.

Johann: ¡Otra voz invisible!

Alien: (Anotando) Los humanos disponen de habla pero no de sensores de calor

Johann: (al voltear) Cool, un alien. Mi nombre es Johann. Le estaba platicando a los steemians acerca de mi hobby, la escritura.

Alien: ¿Qué es la escritura?

Johann: Compañero, esto se pondrá interesante.

Johann: No es muy complicado, y aprovechando que hablas español, se hace bastante más sencillo. Escribir para mí puede ser muchas cosas. Dejar que la elocuencia del alma se adueñe de nuestro cuerpo para escribir en un lenguaje; dejar que las palabras se entrelacen de forma juguetona, retratar las eternas percepciones del mundo y del universo, o simplemente, describir lo que escribir significa para algún curioso Alien.

Alien: Suena interesante. ¿Qué necesitas para escribir?

Johann: Tal vez sólo necesitas una idea y algo de voluntad. Te daré un ejemplo y verás lo divertido que puede ser. Utilizaré mis palabras favoritas del castellano y haré una frase con ellas.

• Efímero: Existen tantos instantes efímeros entre nuestra aparente eternidad.

• Inefable: Los humanos difícilmente se entienden, así que tal vez por eso la palabra tiene su gracia; describe lo que no se puede describir.

• Grácil: Todo lo grácil tiene su encanto, casi tan delicado que sólo debe ser admirado.

• Ténue: ¡Las imágenes de mi mente pueden ser tan tenues que hay que describirlas de forma fugaz!

• Fugaz: El tiempo cuando lo disfruto.

Johann: Ahora sólo construimos la frase:

«Resulta inefable la descripción de aquellos hechos; la eternidad en los efímeros sucesos del destino. Tan grácil como la vida, tan tenue como un recuerdo, fue tan fugaz y ahora distante aquel instante que nos consumió».

Alien: ¡Maravilloso!, no sabía que los humanos tenían cosas tan entretenidas.

Johann: Sí, bueno, somos gente cool, no nos esclavicen.