Concurso: Cuéntanos tu Historia- El tren de mi vida

in #theunion7 years ago (edited)

Steemit no deja de sorprenderme. Cada día surge una nueva idea, un nuevo concurso, un nuevo reto. Yo trato de participar en los que siento que puedo aportar lo mejor de mí. En esta oportunidad la orquesta suena al ritmo de @steiker1 con patrocinio del proyecto @theunion.

Y la tarea huele a recuerdos y a satisfacciones. He aquí mi versión de cómo, en este nuevo mundo, la palabra se viste de amistad y poesía.


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El tren de mi vida nunca estuvo tan mal estacionado, en este andén no soñó pasar ni una sola noche.

Luego de tantos años jubilado, en la época de mi vida en que me imaginaba reposado y dedicado a la escritura, me encontraba trabajando como Coordinador de un Mega-gimnasio: máquinas para musculación y cardiovascular, escaladoras, bicicletas de spinning, bailoterapia, aerobics, salsa casino, entrenadores personalizados, traseros de silicón...


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Una ruta mal remunerada y aburrida, pero sobre todo, sin tiempo para poder rodar sobre el carril de las cosas que me gustan hacer: escribir, tallar, actuar.

La presencia de Rubi Guerra en la recepción del gimnasio me sorprendió, aunque sé que es dado a largas caminatas, y que en la juventud hizo algo de artes marciales, no lo imaginaba inscribiéndose en el gimnasio.

En nuestra última conversación telefónica le había comentado de mi precaria situación económica, y del desagrado que tenía con el trabajo del gimnasio.


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En quince minutos, más o menos, me contó de Steemit.

Rubi Guerra puede contarte Las mil y una noches, Los hermanos Karamazov, en Busca del tiempo perdido; cualquier cosa, en quince minutos: Su calma vertiginosa, el dominio del lenguaje, gesticulación elegante y su mirada inteligente le dan esa posibilidad.

Mi respuesta fue precisa. Muy a lo Carlos Acosta:

Mi hermano, o tú te volviste loco, o te fumaste una lumpia— le dije a punto de reír.

—Le puse una mano en el hombro y continúe diciendo en tono irónico:

—¿Así que me leerán, me relacionaré con otros escritores, podré escribir a mis anchas y además podré ganar dinero? No, ese embuste no es verdad.

Como era casi medio día, Rubi me invitó a almorzar (allí sí me preocupé, porque nosotros teníamos muchos años que no podíamos comer en la calle, y no por falta de tiempo, sino por asuntos estrictamente financieros).

—El hombre anda en algo raro—pensé.

Entre almuerzo y café me quedó claro la ruta de Steemit.

Ah, Rubi pagó la cuenta (el monto fue mi sueldo de un mes).

Al día siguiente entregué mi carta de renuncia en el gimnasio.

Camino a casa sentía que mi ciudad volvía a ser la misma, el tren había cambiado de andén.


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Aún no cumplo un mes que recibí mi inmensa clave de Steemit, y ya las ventanas de mi casa dejan entrar una luz nueva, mi mesa de escribir está desempolvada, mi formón de sacar punta al lápiz está bien amolado, las hojas de reciclaje entraron a escena, un idioma nuevo se habla en la casa:

Post, reestemear, steemit, steem-pays, steem-power, monedero, concurso, poesía, @..., upvote...

Y a mí que me gusta siempre estar cantando, sobre todo esa hermosa canción que dice:

“Dime, wo-o-o, dime, aquí en mis brazos”. La sigo cantando pero le cambié la letra. Ahora suena así: “Steemit, wo-o-o, Steemit, aquí en tus brazos”.

Mi compañera y yo vivimos a diario a Steemit; aunque ella aún trabaja como profesora en la Universidad, yo me dedico por entero a esta estación del tren.

Bueno, casi por entero, porque estoy aprendiendo a tocar guitarra, ayudo en las tareas del hogar, sobre todo en la cocina, de la cual soy el chef principal, atiendo a mis padres y tallo alguna pieza de madera.

Estación a estación, cuento a cuento, concurso a concurso, voto a voto, comentario a comentario, hurgando y hurgando en la red, el tren de mi vida ha venido obteniendo satisfacciones económicas en Steemit; pero sobre todo, cuando me detengo a contemplar lo que estoy viviendo, me abrazo con nuevas relaciones, amigos que te aman en la distancia, narradores, poetas, músicos, estudiosos, bailadores, jóvenes, adultos, pájaros, estrellas…

El tren de mi vida está en el andén que le gusta, las luces están encendidas, los vagones están llenos de amor, y yo, al volante, con mi compañera de copiloto; nuestra casa viaja con nosotros y mi lápiz canta de nuevo en el papel.


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Si deseas participar en el Concurso: Cuéntanos tu Historia. No lo dudes ni un segundo. Dale click aquí y deja volar tu imaginación.

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Qué bueno tu relato. Lleno de cotidianidad, simpatía y frescura. Me gustó mucho.
Gracias por compartirlo.
Saludos.

Sí, @sandracabrera, trato en la vida de mantener una actitud positiva. Te invito a mi tren

Me encantó tu post, @acostacazorla. Muy positivo y tu voz muy optimista, te auguro muchas cosas buenas en esta estación, seguro que sí. Saludos.

Gracias, @aurodivys, te tengo un puestico en un vagón. Te invito a dar un paseo. Saludos

Excelente su post, lleno de mucha inspiración sin duda y el buen humor característico del venezolano. Tiene mi voto, además, lo sigo por su buen contenido. Muchos éxitos, saludos desde Maracaibo :D

@genesisademonte, sus palabras son un aliciente para mí, además al leer Maracaibo se me vienen hermosísimos recuerdos: un sol esplendoroso, repique dectambor y güiro, San Benito, el Saladillo y la Chinita.
Espero seguir en contacto contigo.
Te invito a mi tren.

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