No te quejes tanto

Todos sabemos que la vida es un conjunto de eventos de los cuales algunos son favorecedores y otros, no tanto. Esto es debido a que, somos seres sociales y vivimos rodeados de personas con las que nos relacionamos y compartimos ciertas vivencias. Pero no todas las personas pensamos de la misma manera o tenemos los mismos intereses. Donde algo que beneficie a unos puede ser perjudicial, o poco beneficioso, para otros. Y es en esas ocasiones desfavorable donde asumimos, consciente o inconscientemente, ciertas actitudes, y una de ella es la queja.

En relación a lo anterior te cuento que, hace algunos años atrás estaba conversando con mi maestra espiritual quien es una persona a la que aprecio mucho y a la cual considero una gran amiga. En esa conversación ella me sugirió hacer algo y en base a ello yo le di una respuesta. La verdad es que yo no recuerdo el tema del cual hablamos pero lo que si me impactó fueron las palabras que ella me dijo al finalizar la conversación, siendo éstas las siguientes:

Esas palabras las sentí como un disparo al corazón, me sentí ofendida y pensé en lo desconsiderada que fue mi amiga al decírmelas. La critiqué por no entenderme y no darme la razón y, fue tanta mi molestia que, desde ese día tuve diálogos internos donde me explicaba a mi misma el porqué yo me quejaba tanto, es decir que en mis diálogo yo me estaba justificando.

Pero al pasar el tiempo y en conversaciones casuales que yo tuve con otras personas pude darme cuenta que sí, sí me quejaba mucho, y viendo que eso no me traía nada bueno decidí cambiar esa actitud.

Ahora bien, debemos tener claro que en algún momento de nuestras vida vamos a quejarnos por alguna circunstancia que no nos agrade, la cuestión está en qué vamos a hacer con ella, cuál es la actitud que vamos a tomar frente a esa situación. Y es que la queja la podemos utilizar de dos formas distintas, una de ella es que nos desahoguemos mientras nos quejamos y, una vez hecho esto, nos motivemos a seguir adelante con la intensión de lograr nuestros objetivos. La otra forma consiste en que, nos enganchemos en la queja de tal manera que formemos un círculo vicioso que no arrastre a caer en la negatividad, el desánimo, la desmotivación, y la apatía.

Por otra parte, es bien sabido que la queja es la ausencia de la gratitud porque al quejarnos nos enfocamos en la carencia de, y eso nos hace sentir un poco (o muy) frustrados. En cambio al agradecer, nos enfocamos en la abundancia, en lo que tenemos, en lo que hemos logrado, y eso nos da una sensación de alegría, paz y prosperidad que emocionalmente nos beneficia. Así pues que tenemos tres opciones, nos quejamos para deshogarnos, nos quejamos para justificarnos y evadir responsabilidades o NO nos quejamos y somos agradecidos.

De nosotros depende la elección del camino a seguir.