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Hola a todos amigos steemianos, el día de hoy les presento la parte final de la historia de Anne y John, una pareja que coincidió en el amor, en circunstancias de modo y lugar, muy adversas, pero impulsados por la fuerza de ese sentimiento, pelean por su objetivo en común, atravesando diversas pruebas, a fin de acortar la distancia que los separa.

Lean amigos, esta última parte a ver si este amor logra alcanzar, su preciado objetivo.

Comienza el desenlace

Luego de los terribles acontecimientos ocurridos en el penal, donde purga John su condena, en el que se desencadenó un motín entre los internos allí confinados, mismo que alcanzó proporciones insospechadas, al arrojar un trágico saldo rojo, con decenas de fallecidos y heridos de considerable gravedad.

En los pasillos de emergencias del hospital de la localidad, reina el caos, el dolor y la incertidumbre. A los heridos los invade el pánico, un frío de muerte envuelve sus cuerpos de pie a cabeza, lo que acrecienta más intensamente, el dolor de las heridas físicas, en un caos de confusión mental y emocional, a la que se suma la incertidumbre, de no saber si saldrán airosos de este episodio nefasto.

La noticia de lo acontecido, se difunde de inmediato hacia los exteriores, a través de los medios de difusión masiva, alcanzando los oídos de Anne. Quien es presa de una vorágine de confusión y duda, al ser expulsada de la visita, sin recibir mayor explicación; salvo que la misma fue suspendida, hasta nuevo aviso.

Anne, se vale de la ventaja de trabajar para la institución judicial, obteniendo información de primera mano, sobre el estado y destino de los afectados, dando rápidamente con el paradero de John. Por lo corre fugaz, al encuentro del motivo de su angustia

Ante la gravedad de las heridas, John es operado de emergencia, al igual que varios de sus compañeros, mientras que otros, corrieron con peor suerte.

Lo trasladan a una habitación para su recuperación, donde lo espera Anne, ansiosa, angustiada, dolorosamente enamorada...

John aún inconsciente y famélico, con el dolor que lo lleva al espacio etéreo y lo tira de vuelta al suelo terreno, al tiempo que es trasladado sobre una rustica y fría camilla hasta una habitación, en la que permanecerá mientras se restablece de su convalecencia.

Anne lo recibe entre llanto y euforia, en una mescolanza de emociones; encarnando, por un lado, el dolor de su bien amado, y por otro, internaliza la jubilosa alegría, ante la grata oportunidad de coincidir con su hombre, aún en las peores circunstancias.

Un enfermero huraño y tosco con unas ojeras enormes como las de un mapache avejentado, casi avienta el cuerpo de John sobre la cama, que aún luce somnoliento a consecuencia de los efectos de la anestesia.

El mapache, perdón, el enfermero, le entrega al guardia custodio, una bolsa de plástico con las pertenencias de John, la braga grisácea, matizada con la sangre seca, rojinegra y las zapatillas salpicadas, con el mismo material del contenido violento.

El guardia se la entrega a Anne, presumiendo que ella es familiar del paciente, quien la recibe con abnegación y atesoramiento, a la vez que dirige toda su atención al enfermo, aunque éste no se percata de su presencia, pues se encuentra en un limbo que debilita progresivamente su existencia.

Transcurren los días en el sanatorio, convertido en un escenario romántico para los enamorados que no pierden oportunidad para demostrar abiertamente su afecto, con la presencia de testigos silenciosos, cómplices y cooperantes.

Le llega el momento a John, de retornar a su habitual vida de prisionero, una vez recuperado de su salud, gracias a los amorosos cuidados de Anne, que aceleraron en gran medida, su sanación como un bálsamo milagroso.

John se dispone de buena gana al regreso, porque sabe que le queda poco tiempo como recluso, ya que Anne, ha gestionado conversaciones ante organizaciones de los derechos humanos, y otras diversas instituciones, que brindan apoyo a los prisioneros que como John, lo requieren.

Peticiones que han sido escuchadas y gestionadas satisfactoriamente, como respuesta al enorme esfuerzo ejecutado por Anne, con tal de ver fuera de las rejas, a la razón de sus anhelos, demostrando la más grande expresión de amor, más de lo que cualquier palabra pudiera medir.

John es liberado, con medida de excarcelación plena y total, llevándolo fervoroso y seguro a los brazos de Anne, quien lo espera para embarcarse juntos, en una vida plena y sencilla. Donde lograrán descifrar la complejidad de su relación, retornando a una concepción del amor más simple y genuino.

Como corceles de otoño, reposan sentados en el patio trasero de la casa de Anne, donde cada tarde se acomodan, en compañía del huraño gato gris y de las diminutas florecillas del jardín, acostumbrados ya a la presencia de John, alzan sus manitas jubilosas, cada vez que él los impronta con su cálida presencia.

John, recita el poema que le escribió a Anne, ese que no pudo entregarle aquel terrible día, pero que llegó a manos de chica, cuando recibió sus pertenencias en el hospital.

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Despliegan una y otra vez el origami gaviota, echando a volar, sus más frugales emociones, pobladas de los más puros y sosegados sentimientos de amor.

Fin de la Historia

Así culmina amigos la historia de John y Anne, demostrando que aún en las situaciones más adversas, el sentimiento del amor, puede librar la más cruenta de las batallas, resultando victoriosos, a pesar de las dificultades.

Les dejo el link de los capítulos anteriores, anímense a leer la historia desde su inicio.

https://steemit.com/decomoescrbir/@sincroniadivina/amor-en-el-inframundo-primera-parte-h1
https://steemit.com/cervantes/@sincroniadivina/amor-de-inframundo-segunda-parte-el-encuentro
https://steemit.com/cervantes/@sincroniadivina/amor-en-el-inframundo-tercera-parte-el-amor-a-plenitud
https://steemit.com/cervantes/@sincroniadivina/amor-de-inframundo-segunda-de-la-tercera-parte-el-amor-sustituto-de-la-libertad
https://steemit.com/cervantes/@sincroniadivina/amor-en-el-inframundo-cuarta-parte-la-razon-de-mis-anhelos
https://steemit.com/cervantes/@sincroniadivina/amor-en-el-inframundo-quinta-parte-un-giro-de-reves

Infinitas gracias por su amable atención. Reciban mis abrazos fraternos.