Reflexiones: Meditando en el recorrido por la vida

Meditando en cómo resulta la vida, me inspire a escribir estas líneas, algunos sentimientos nos invaden cuando somos capaces de detenernos a reflexionar y buscar entre las vivencias de otras personas algunas enseñanzas que pudieran ayudarnos a cambiar a veces nuestra manera de ver a las personas.

En una oportunidad escuche una frase en una película que me llamó mucho la atención, “si quieres conocer a una persona solo tienes que detenerte a mirarla”, pero que verdaderamente implica esto, será que debemos solo mirar y nada más.

Por supuesto que no, cuando nos dedicamos a observar a otra persona lo hacemos con la intención de conocer sus sentimientos, actitudes, su forma de tratar y hasta de reaccionar antes las emociones y circunstancias que se le presentan, es algo más profundo que nos permitirá saber de primera mano sobre esa persona, sin referencia, suposiciones, rumores o malas intenciones.

A veces cometemos el error de juzgar a las personas de manera ligera y por las apariencias, pero a muchos nos toca reconocer después lo equivocados que estábamos, pero es precisamente el beneficio que obtendremos si nos dedicamos a descubrir por nosotros mismo su verdadera esencia.

Suele suceder que en ocasiones nos creamos una mala imagen de alguien sin darle el derecho a preguntarle o a defenderse, simplemente decidimos tildarlo como persona no grata antes nuestros ojos. De esa manera nos quitamos la oportunidad de socializar y de tener la oportunidad de disfrutar de las virtudes de ella.

Tengo la experiencia de mi madre quien en su primer día de trabajo en una empresa, al momento de ser presentada por uno de los socios al resto del personal, se enfrentó a la antipatía contundente de la esposa del otro socio quien la vio de entrada como una rival.

Sin embargo, dada a que la primera impresión no fue buena ella se desanimó un poco, pero posteriormente se dio la tarea de hacerse conocer por cada uno de ellos, ganándose su respeto y admiración, por su forma de ser y por lo responsable y competente que era en el trabajo.

El resultado fue que ella y la esposa de su socio, no solo se llevaron bien sino que llegó hacer buenas amigas, una vez que se dieron la oportunidad de saber cada una de la otra, descubrieron que tenían muchas cosas en común y que hacían un excelente equipo de trabajo.

Así como esta experiencia tenemos muchas que contar, pero a veces nos cuesta un poco darnos la oportunidad de conocer y que nos conozcan bien, pensando que no es necesario ampliar nuestro círculo de amistades y conocidos, pero no sabemos las vueltas que dará la vida y quizás esa persona que una vez ignoramos o ni siquiera no preocupamos por ver, resulta que luego nos salva la vida de forma sorpresiva.

Cuando por circunstancia de la vida nos encontramos que necesitamos el favor de otros es cuando verdaderamente apreciamos el valor incalculable de las demás personas, que tienen la mejor disposición de tendernos la mano a veces sin conocernos, pero que seguramente por vivencias propias entiende lo bien que se siente que alguien te de la ayuda que necesitas.

A veces escuchamos que los amigos es mejor tesoro que una persona puede tener, en concordancia con estas palabras debemos preocuparnos por afianzar cada vez más este lazo que nos sabemos cuándo lo podemos necesitar. Tener una mejor actitud para ser accesible para los demás y convertirnos en ocasiones en esa tabla de salvación que otros esperan encontrar.



Son muchas las cosas que yo pudiera contar, de esas personas que con sus actos me han demostrado lo afortunado que soy, de tenerlos en mi vida y poder contar con su apoyo y cariño sincero. A todos ellos le expreso mi agradecimiento y mi confirmación que mientras la vida me lo permita estaré allí para lo que me necesiten.



Aprovechemos cada oportunidad para dar y ser feliz, para brindar consuelo, consejos y apoyo a quienes de forma humilde esperan y quieren recibirlo. No olvidemos nunca que de los malos momentos siempre habrá un motivo para recordar o sonreír, por un gesto o algo que recibimos sin ni siquiera pedir. Seamos agradecidos y usemos la empatía para ayudar y comprender a otros.



Que nuestro recorrido por el túnel oscuro nos convierta en esa luz para los demás.

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