¡Ya extrañaba el Debate Cervantil!

Respecto al tema, vamos para allá:

¿Realmente vale la pena ejercer el voto?

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Esa interrogante es algo que no puede responderse con un "sí" o un "no" simplemente. Pienso que, como todo lo que es importante en la vida, depende del contexto, además del lugar y el momento donde, en este caso, haya que ejercer el derecho al voto.

Para comenzar a preguntarse si vale la pena votar, primero hay que pensar «¿La democracia funciona?» ya que solo bajo este sistema, el Republicano, las personas comunes, en calidad de votantes, pueden elegir libre y directamente al candidato que quieran que les represente.

¿Suena muy bonito, no? pues no lo es tanto. Si bien, a mi parecer, el modelo de República es el más optimo para la sociedad actual, este tiene sus fallas y le acechan horrores de película, siendo el peor de estos el malvado populismo y sus partidarios, que venden la democracia como algo perfecto cuando no está ni cerca de serlo.

Aquí viene el motivo del personaje de mi imagen, que creo que muchos conoceran: Hugo Chávez, el rey de los populistas (después de Fidel, claro está). Si quieren conocer los fallos de la democracia, solo tienen que ver el caso de mi país, Venezuela, y apreciar como un exmilitar, que fue encarcelado en 1994 por un intento de golpe de estado y posteriormente indultado, se postuló para las elecciones presidenciales de 1998 y, a base de populismo, se apoderó de todos los poderes republicanos y se atornilló en el poder hasta el día de su muerte, dejando a Venezuela la peor crisis de su historia que empeora cada día tras día. ¿La democracia funcionó en este caso? No. Simplemente, por mencionar algo, no se puede decir que un sistema que permitiese a un expresidiario ser presidente funciona.

El apoderamiento de Chávez, conocido como Comandante Supremo por su seguidores, sobre los grandes poderes republicanos llevó a Venezuela, entre muchas desgracias, a un modo de corrupción muy particular: corrupción en el sistema electoral. A tal punto que que la desconfianza de la población para con los poderes públicos condujo a una abstención de más del 64% en la pasadas elecciones presidenciales, en las que Nicolás Maduro, el sucesor de Chávez en la batuta del poder populista, resultó "reelecto" con el porcentaje de abstención más alto de la historia en este tipo de citas en Venezuela. Entonces, en casos como este, ¿Vale la pena votar? Muchos dirían que no, yo incluido.

En resumen, la democracia funciona a medias, es el mejor sistema que tenemos, pero hace falta pulirla (y mucho), en pocas palabras: la democracia está sobrevalorada pero puede mejorar. A su vez ejercer el derecho al voto también puede ser una acción sobrevalorada, algo que, en muchos casos, no vale la pena. Sin embargo, en un sistema de poderes descentralizados donde, al menos, los políticos defiendan sus intereses, votar puede encaminar el destino de una nación/región/ciudad a un futuro mejor.