50 rayos de luz en mi camino - Edición # 2 | Literatura - "El Principito" (1943)
El Principito es una obra escrita por el francés Antoine Saint-Exupéry entre los años 1936 y 1942.
A través de estas líneas le voy a rendir un homenaje, no solamente al libro, reconocido por muchos seres humanos como uno de sus predilectos, sino también a la influencia e importancia que ha tenido en mi vida, a la que ha proporcionado muchos instantes de ese estado mágico que llamamos felicidad durante estos primeros 50 años.
Logotipo de la serie 50 rayos de luz en mi camino diseñado por @mjcarvajalp
Corría el año 1984, y yo transitaba, al menos tres veces por semana, con el ritmo acelerado de un adolescente, el camino entre mi casa, ubicada en el llamado casco central de la ciudad de Maracaibo, en las inmediaciones del museo Rafael Urdaneta hasta el Conservatorio "José Luis Paz", para cursar el primer año de Teoría y Solfeo y el primer curso de Guitarra de Concierto.
En las mañanas, cursaba el primer año de lo que en mi país, Venezuela, se denomina el ciclo diversificado, procurando alcanzar el título de Bachiller (en mi caso en la mención Ciencias), requisito indispensable para acudir a la Universidad.
Mi ruta de encuentro físico con "El Principito"
Una de aquellas tardes, me acerqué a la sede de una librería muy cercana a la plaza principal de la ciudad, la cual como sucede en todas las ciudades en Venezuela, se llama Bolívar, para obtener una copia fotostática de una partitura para guitarra del Minueto en Sol Mayor escrito por Johann Sebastian Bach en honor a su segunda esposa Anna Magdalena.
Minueto en Sol Mayor J. S. Bach
Mientras esperaba el turno para que me atendieran, me permití recorrer el establecimiento de la Papelería "Esteva" preguntando por dos libros que me llamaban la atención de los que me había tocado estudiar, en aquel entonces, en la cátedra de Castellano y Literatura: "La Iliada" de Homero y "Amadís de Gaula" de autor desconocido, los cuales no se encontraban a la venta. La amable vendedora, percibiendo mi interés por las novelas, me sugirió que comprará "El Prinicipito" a lo cual accedí, especialmente cuando noté el número reducido de páginas en comparación con otra novela que leía para aquel entonces "Doña Bárbara" de Rómulo Gallegos.
Y aquella noche a mis dieciséis años, me encontré, de frente, con "El Principito". Y tal como el zorro le entregó un preciado tesoro a través de la divulgación de un secreto, el libro de Saint-Exupéry, con este maravilloso personaje, brindó a mi vida diferentes fuentes de energía e inspiración.
Fuente
Una brújula para encontrar mis almas gemelas.
Debo reconocer que, a lo largo de mis 50 años, me he enamorado muchas veces. Especialmente, entre los 15 y 25 años de edad, tuve la oportunidad experimentar sentimientos hermosos de atracción física e intelectual en varias oportunidades, historias que tuve la oportunidad de relatar a la comunidad de Steemit en una serie que titulé "Nueve inconclusas historias de amor".
Cada vez que me enamoraba seguía al rito de mostrar a mi pretendida esta imagen para preguntarle, sin ofrecer mayores explicaciones, ¿qué es lo que ves?, tal como Antoine cuenta en "El Principito" que El Aviador hacía cada vez que conocía a alguien que le parecía interesante.
Me emociona, incluso, ahora mientras escribo, al recordar la gran fortuna que tuve de encontrar y amar a dos mujeres maravillosas, entre ellas mi esposa, que lograron atinar, casi con desgano, la respuesta correcta a este tierno y profundo acertijo.
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Una perspectiva para ver el mundo más allá de lo evidente...y confiar.
Con "El Principito" logré de manera temprana, y gracias a su interacción con "El Zorro" ver escrita y documentada una letanía, que solamente puedo atribuir a lo que manera atrevida llamo "la conciencia cósmica", que me ha acompañado desde que tengo uso de razón:
Lo esencial es invisible a los ojos (el secreto compartido entre "El Principito" y "El Zorro")
En la medida que avanzó en mi vida adulta y crecen mis experiencias, he tenido que lidiar esta manera, para mi natural, de relacionarme con el mundo, procurando afianzar la observación, pues es una tentación muy grande, sentir e interpretar, en lugar de percibir y codificar la imagen sensorial.
Igualmente, el encuentro entre estos dos personajes, me regaló la razón, la domesticación, que muchos años después fue analizada a través de un muy interesante test auspiciado por la Organización Gallup, que determinó que dos de mis cinco principales talentos tenía que ver con mi capacidad y predilección por crear lazos especiales con personas de las que me sintiera prendado y mi convicción que todo en el vasto cosmos, está conectado.
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Una licencia para sentir la compañía permanente de la melancolía y la esperanza.
La melancolía, entendida como la añoranza de algo pasado o algo que tuvimos y ya no tenemos y, que necesitamos, de alguna manera y la esperanza, definida en el contexto de esta reflexión agradecida como la convicción inexplicable que nuestros sueños pueden ser alcanzados más allá de nuestras aparentes limitaciones y los obstáculos que se presenten en nuestro camino, tienen en "El Principito", una expresión genuina que como mantra y credo, me ha acompañado desde que llegué, emocionado hasta las lágrimas, a la imagen final de este maravilloso libro, que con tanta urgencia presenta y describe Antoine.
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"...Este es para mí el paisaje más hermoso y el más triste del mundo. Es el mismo paisaje de la página anterior que he dibujado una vez más para que lo vean bien. Fue aquí donde el principito apareció sobre la Tierra, desapareciendo luego. Examínenlo atentamente para que sepan reconocerlo, si algún día, viajando por África cruzan el desierto. Si por casualidad pasan por allí, no se apresuren, se los ruego, y deténganse un poco, precisamente bajo la estrella. Si un niño llega hasta ustedes, si este niño ríe y tiene cabellos de oro y nunca responde a sus preguntas, adivinarán en seguida quién es. ¡Sean amables con él! Y comuníquenme rápidamente que ha regresado. ¡No me dejen tan triste!..."
El Principito, una historia que cada vez que la lees aprende algo nuevo. Uno de mis libros favoritos. Abrazos ;)
Un abrazo Neira de los Ángeles. Estaba seguro que el primer comentario a la publicación sería el tuyo. Gracias por domesticarme.
Hola @mjcarvajalp!!
Epa!! me gusto la manera en que presentaste el libro. El principito llego a mí primeramente a través de una obra, y luego fue que tuve la oportunidad de leer el libro, el cual admito que al final me hizo llorar. Yo creo que la frase"lo esencial es invisible a los ojos", muchas personas la llevan en su corazón como yo lo hago.
Excelente post. Saludos!!
Rafael: gracias por brindarme tu tiempo en la lectura y comentario de esta entrega de los "50 rayos de luz en mi camino". Lo aprecio mucho.
"El Principito" es, y será una influencia para todos aquellos seres humanos que estén en la búsqueda permanente de lo mejor de nosotros mismos, lo que nos conecta con algo más sublime y amoroso que nos permita vivir y, especialmente, ser, con plenitud.