¡Lo Conocí!

Relato basado en una historia real.

Ella es Marie, una mujer realmente hermosa (color de cabello castaño con destellos rojizos, ojos color verde como la esmeralda, labios carnosos con un color natural parecido al carmín que recorre las venas, una figura envidiable como la de una miss, en fin una mujer esplendorosa), gerente de una prestigiosa marca de cosméticos, profesional con varios títulos universitarios, creció bajo un seno familiar bastante unido pero lleno de tabúes donde hablar de sexo era como decir groserías en la mesas a la hora de comer. Marie tuvo muy pocas experiencias en el amor y para ser más específicos en el sexo. ¿Se preguntaran por qué? Bueno una pregunta sencilla de responder, Marie solo tuvo un novio, novio que se convirtió en su esposo y padre de sus dos hermosas hijas.

Marie tenía muchas inseguridades y a la vez era muy tímida para conversar de sus problemas maritales con un profesional en relaciones de parejas, además que John se negaba a admitir que existía algún problema en su matrimonio. Él era un hombre ocupado lleno de responsabilidades y en cierto punto solo veía por su satisfacción personal a la hora del sexo.

Un día Marie en una de sus tantas reuniones de trabajo se encuentra con Raúl, un amigo muy cercano a Marie, ellos eran muy cercanos pero por un encuentro inesperado (se dieron un cuantos besos fogosos cuando Marie y Jhon era novios) y Marie no podía con la culpa y dejó de tener comunicación con Raúl, se distanciaron por varios años. Pero como el destino es una cosa sería, los unió de nuevo.

Marie al ver a Raúl, le tiembla las piernas, sus manos sudaban, su corazón latía como si fuese a sufrir un infarto, su respiración se agitaba y sus mejillas se ruborizaban a toparse con los ojos café intenso de Raúl. Raúl, ni corto ni perezoso se acerca a Marie y no espera dos pedidas para invitarla a salir. Marie estaba completamente impresionaba, le costaba hablar y solo asentó con la cabeza.

Era viernes y el reloj apuntaba las 4:00 PM, hora y día en que Marie y Raúl se encontrarían después de tanto tiempo. Marie pensaba y se repetía que estaba mal lo que estaba haciendo, su mente le decía que si volvía a hablar con Raúl podría ocurrir algo que jamás se perdonaría ni perdonaría John, pero su cuerpo, su esplendoroso cuerpo le decía otra cosa, ella quería volver a probar eso labios, quería sentir esas manos por su cuello, quería oler ese perfume que tanto la seducía. Marie en busca de esto, llama a Jhon y le dice que llegará tarde que tuvo una reunión de imprevisto.

Raúl espera en el restaurant favorito de Marie, él sabía que Marie no había explorado su sexualidad que nunca se había sentido satisfecha sexualmente con John. Raúl la ama con locura y en silencio, pero sabe que si en esta ocasión las horas solo se quedan en compartir una buena comida y un rico café no podrá mostrarle a Marie todo lo que tiene para ella. Después de comer y tomar café, Raúl le comenta a Marie que su apartamento nuevo queda muy cerca de allí, que le gustaría que conociera el lugar donde vive para que lo visitara continuamente y volver a retomar esa comunicación que se había perdido.

Marie asustada, con un remordimiento de consciencia nada normal, pero con su cuerpo más vivo que nunca decide acompañar a Raúl a su apartamento. Llegan y ambos se quitan los abrigos, Marie estaba totalmente nerviosa y deja caer su cartera. Este imprevisto accidente hace que las manos de Marie y Raúl se toque y se miren fijamente. Raúl sin esperar más se acerca aún más y la besa, Marie no puede creer lo que está pasando, su mente de nuevo le dice que pare pero su cuerpo quiere más, pide más, quiere sentir más.

Marie nunca ha tenido un orgasmo, siempre pensó que era su culpa, que había algo mal en ella, John en vez de acompañarla a que se descubriera como mujer, lo que hacía era menospreciarla y decirle que no servía para eso, un día le llego a decir que un huevo sin sal tenía mucho mejor sabor que ella. Rápidamente Raúl la carga y la lleva a su habitación. Marie asustada por no saber qué hacer, si le gustara o no, si será suficiente mujer para él, en fin, Raúl nota con facilidad esta preocupación. Y le susurra al odio, tranquila solo disfruta, esta tarde es solo para ti, hoy te encontraras contigo misma, yo solo soy tu herramienta.

Poco a poco Raúl le quita la ropa, le dice, eres perfecta al morderle con suavidad la oreja recorre cada centímetro de su piel con sus besos y lengua. Con sus manos llega a las zonas erógenas y húmedas de Marie. Para sorpresa de Marie, Raúl le dice hoy no harán lo que está acostumbrada hacer.

Raúl besa sus pechos, acaricia sus muslos, toca lenta y delicadamente esa zona, zona que para Marie era un tabú tocar, pero esta vez ella quería seguir no le importa los prejuicio, los dejo atrás, solo quería seguir sintiendo, seguir viviendo, seguir conociéndose, seguir disfrutando del placer sexual que estaba concibiendo. No aguanto más, en ese pequeño instante, su piel se erizo, sus muslos se tensaron, su visión se nublo, sus manos apretaban fuertemente a Raúl, su sudor recorría todas su piel. Llegó el momento, no pudo callarse más, gimió y grito de placer ese placer que tantos años había esperado, que tantos años había soñado, placer que era de ella.

Marie sorprendida de lo que había experimentado, le sonríe a Raúl y le dice Gracias, no sabes lo felíz que me has hecho. Me siento completa. Marie le da un beso en la frente a Raúl, toma una ducha, se viste y se despide. Mientras se dirige a su casa, no se siente mal, ni culpable. Se siente satisfecha, se siente mujer. Y se dice a ella misma, LO CONOCÍ, LO CONOCÍ A EL, ya se lo que eres... Ya sé cómo se siente… Ya sé que es tener un Orgasmo.

Transcurre una semana, y es viernes 4:00 pm, Marie se prepara para encontrarse con Raúl, pero ahora Marie es distinta, y quiere ir por más. Quiere conocer a otro, quiere conocer como la fusión de dos personas llegan y experimentan una explosión y éxtasis de sensaciones. ¡Ella quiere más y va por eso!

Bueno mi gente nos estamos leyendo…

Saludos. Besos y abrazos.