Fuente: Álbum Familiar
Hola queridos amigos. Deseo de todo corazón que la estén pasando muy bien y que se estén cumpliendo todos sus objetivos. Bienvenidos a las memorias de Juan, el joven provinciano que va migrando de empleo en busca de una mejora económica.
Juan estaba adquiriendo mucha experiencia en el café de pepe, en pocos meses se encargó de comprar el cariño de sus compañeros y los supervisores directos, todos y cada uno de ellos solicitaba a pepe que incluye a Juan en sus equipos de trabajo, algo que pepe no estaba de acuerdo, la manera arrolladora de trabajar del joven era vital en la atención del negocio.
Pepe no tenía mucha opción para detener a Juan en su sector y no prestar al joven a colaborar en otros sectores, la temporada de vacaciones había comenzado y no valía la pena contratar personal temporario, teniendo a Juan dentro del equipo.
El joven había adquirido mucha experiencia cubriendo los francos del personal, además las cosas las hacía con mucha pasión, el rendimiento de trabajo era casi el doble de cualquier empleado, lo que una personas hacia en ocho horas de trabajo, Juan las hacía en media mañana.
El sector en que se desenvolvía juan no había tareas pendientes, no importaba si fuera un sector operativo o administrativo, todo estaba en orden. El sector más notorio era el de las ordenes de pagos y compras, nunca hasta la llegada de juan estaban al día, los proveedores debían esperar varias horas en el negocio, hasta recibir las ordenes.
La eficiencia de Juan afectaba al sector de pepe, al no esperar tanto los proveedores en recibir las ordenes, no tomaban tanto café como de costumbre, algo que a pepe no le causaba gracias, pero no podía pedir a Juan que haga mal el trabajo solo por algunos café.
Pepe observaba desde la distancias como los proveedores se acercaban a Juan y les dejaban una tarjeta personal de presentación, las propinas también sufrieron grandes aumentos, pero en ese aspecto Juan era muy correcto, todas las que recibía las ubicaba en la caja para empleados.
La caja para empleados era una caja de cartón en donde los clientes depositaban propinas cuando no identificaban al empleado que los había atendido o para el personal que no estaba a la vista, Juan esto sabia, no tenía ninguna obligación en compartir sus propinas personales, sin embargo el joven con esta actitud logro a que todos los empleados depositaran la propina y al finalizar la semana se repartían en partes iguales entre los empleados.
El café de Pepe era el más reconocido de la ciudad, su fama de atención de las 24 horas y los 365 días del año era una gran atracción. Esta diferenciación atraía a grandes celebridades de la farándula, cualquier momento era ideal para un café, el café de pepe siempre estaba disponible, una buena excusa para sentirse bien atendido. ¡La atención debía ser una prioridad! Incluso superior a la calidad del café. (Había de admitir que era muy bueno y distintivo) Pepe traía su propio café de España.
En el turno que trabajaba Juan, el resto de los mozos descansaban, los clientes solicitaban la atención del joven, y no tenían ningún inconveniente de esperar, anqué esto preocupaba a pepe, nada podía hacer, era la voluntad y solicitud de los clientes, en cierta forma era una buena promoción para el negocio. ¡Siempre estaba lleno de clientes! Para aquellos clientes de paso, esto era extraordinario, recibían una excelente y rápida atención por el resto de los mozos.
La zona en la que estaba ubicado el café de Pepe era muy comercial, y todos los dueños de los negocios era clientes habituales del café, inclusos acudían varias veces al día, algo que llamaba su atención era la fortaleza y vitalidad de Juan, siempre que acudían al negocio el joven estaba presente y dispuesto a brindarle una excelente atención.
La distintiva atención que proporcionaba el joven provinciano era muy apreciado por los propietarios de otros negocios, todos querían tener un empleado igual en sus negocios, muchos hacían propuestas de trabajos, pero Juan estaba muy agradecido con pepe, no importaba si la propuesta era mejor remunerada, lo que el dueño del negocio había hecho por él, no tenía precio.
Algunos clientes de años se consideraban amigos de pepe, por esta razón se pasaban haciendo bromas al dueño del café en que robarían a su empleado, José Luis, era el propietario de unas de las perfumerías más grande de la zona, Lin era un japonesa propietaria de una casa de telas, Aníbal del Pino un estilista muy famoso, Kling era el propietario de una fiambrería y una sastrería, Aguirre era el gerente del Banco que estaba justo frente al negocio. Etc.
En algunas en situaciones extremas, los amigos de pepe se cruzaban hasta el negocio para solicitar una ayuda de Juan, el joven era ideal para descargar cualquier camión de mercadería en tiempo extra. Lin lo apreciaba mucho por su voluntad de trabajo, descargaba un camión de telas en menos de una hora.
José Luis lo utilizaba en los inventarios de mercadería que se hacían en el horario nocturno, el gerente del banco ofrecía trabajo cada vez que un personal de limpieza nocturna no acucia a trabajar. Kling lo utilizaba para hacer entregas nocturnas en la sastrería, el gerente del supermercado utilizaba sus servicios cuando se acumulaban las entregas a domicilio, el dueño de la Perlita lo convocaba para que asistiera como mozo en algunos eventos nocturnos.
Las propuestas de trabajo llovían y Juan aceptaba a todas, muchas veces está trabajando más 72 horas sin dormir, era muchas y muy peligrosas si se quedara dormido, pero con solo recordar que tenía una familia en su provincia que ayudar, sacaba fuerza de donde sea para poder cumplir.
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Muchas gracias queridos amigos @don.quijote por el gran apoyo que brindan a mis trabajos, estoy eternamente agradecido
Les deseos a todos una feliz noche