Hola amigos de Steemit, hoy quiero compartir con ustedes una experiencia realmente hermosa que tuve en la universidad, en la que realicé un monólogo, desde una materia llamada: Creación libre actoral. Es una materia práctica y teórica la cual yo como intérprete tuve la oportunidad de crear un personaje desde la adaptación que realicé mediante varias investigaciones de una obra llamada “La muchacha de los libros Usados” escrita en el 2003 por el Autor Ecuatoriano Arístides Vargas. Esta obra me la recomendó un amigo del teatro, y apenas la leí sentí una profunda necesidad de llevarla a las tablas, ya que su contenido es bastante valioso, dando a conocer la dominación del hombre en la tierra, el maltrato hacia la mujer, el mundo cuadrado en el que de alguna manera el sistema nos obliga a vivir, entre otras reflexiones.

Sin más preámbulo, a continuación les presentaré parte del texto que construí para la adaptación de dicha obra teatral, espero la puedan leer, sea de su agrado y reflexionen sobre ella.

Elena: ¿Cómo hablar mal de mí como si se tratara de otra sin que esto implique una pena doble y una doble desesperación?

Todos los libros del mundo son historias de amor, desde el libro sagrado de los muertos hasta el Manual de Carreño, todos historias de amor, desde los libros de los templarios, hasta los libros de Bekunín y Malatesta.

Bekunín: Vacuna contra las agresiones estatales.

Malatesta: Analgésico para dolores de cabeza provocados por insolaciones religiosas.

Bekunín: Compuesto de 500mg, si la agresión persiste; es que necesito reírme. ¡Mentira! Lo que tú necesitas es una excusa para no hablar de tu fea vida

La escuela de primaria fue la primera advertencia: ¡Mira pequeña cretina, aquí estas sola y no necesitas ir al cine para sentir terror!

Todos los libros usados hablan de la libertad, esto significa que nadie te puede obligar. Un pájaro no tiene más remedio que volar, tú no eres un pájaro pero lo podrías ser si quisieras, solamente ten cuidado de no cagar a nadie desde las alturas. La vida está allí y nadie te va a enseñar a hacerla de nuevo, no hay método que te enseñe a hacer un día de lluvia o a construir el perro de tu infancia

¿Entonces qué sentido tiene contar una historia?

La vida me enardeció, huí como desde principio debí huir

Mi marido quería poseerme y yo preferí que me poseyera un autobús, mi romance con el bus fue duro, esa es la razón por la que el autobús sigue intacto y yo aquí destartalada, desorganizada, desparramada.

El hospital central es rectangular, el pabellón de enfermos terminales es rectangular, el cuarto matrimonial es rectangular, el cuarto donde mis padres se aman y de detestan es rectangular, el deseo de mi marido es cuadrado. Eso se llama un sentimiento diferente, todos estos rectángulos atravesados por los mismos gritos, todas estas líneas organizadas de la misma manera. Me estoy poniendo fea con todos mis huesos desordenados; oiga enfermara por favor, organíceme.

¿Y si muero?

El vendrá a buscarme pero seré otra cosa.

De las estaciones terminales salen autobuses, de los enfermos terminales salen sentimientos; ninguno de los dos sabe si llegará a destino; él vendrá a buscarme, echará abajo la puerta y me tomará entre sus brazos. Todo sería perfecto si lo amara.

Mi cuerpo clínicamente se recupera, tengo dos brazos, dos piernas, dos ojos, todo de dos en dos, así está planificado. El período de observación se acaba y él vendrá a buscarme. Clínicamente el podrá hacer uso de mi cuerpo, así está planificado, del lado sano de mi cuerpo. Él me habla y yo le contesto, él me invita a dormir y yo duermo a su lado, pero bajo la cama, sobre los muebles, en los rincones más oscuros; él vendrá a buscarme y me ducharé bajo la misma ducha el resto de mi vida. Clínicamente moriremos compartiendo esa lluvia, pero, sobre mis rodillas, aferrada a mí, a veces abrazando el aire, abrazados como se abrazan los enfermos terminales en mis pensamientos. En mi caso clínicamente mi cuerpo es uno pero mis enfermedades son varias. Mi lado sano se aferra a las cosas, mi lado enfermo no se aferra a nada. A veces visitaré a mi madre ¿Por qué te recuerdo mamá? Tal vez porque tú también estas planificada. Una línea horizontal, una línea de artefactos domésticos.

¡Amor! ¿Amor? ¿Cómo debo llamarte? ¿Peine? ¿Navaja? ¿Nieve? Navaja.

Voy a hablar de mí como si se tratara de otra, durante años la muchacha y yo tuvimos la misma edad, hasta que comencé a crecer, es decir, me hice mayor hasta que me hice su madre, entonces, por fin pude juzgarla con indulgencia, comprenderla y perdonar sus errores. Fui mayor porque intente extirpar todo signo de opresión sobre ella. Todo lo dicho quedará entre nosotras, entre ella, yo y todo evidenciará el estado deplorable en el que se encontraba nuestras almas, la de ella y la mía.

¿Qué propósito tiene contar esta historia?

Librarme de ella.

FIN

(Cabe destacar que también cree el diseño de sonido, la escenografía e iluminación para el monólogo)

Por si gustas revisar @sancho.panza - Gracias a @cervantes por su apoyo.

Todas las fotografías son tomadas por el fotógrafo Carlos Carranza desde su cámara Cannon.

El contenido es de mi autoría.