"¡Somos solistas, no solitarios!" - Texto personal

in #spanish6 years ago (edited)

En la Escuela de Música Juan Manuel Olivares, se acabó el segundo lapso y por lo tanto, todos los músicos debieron (o deberán) tener su examen final.

En los exámenes normales de piano hay un salón con al menos dos profesores: el profesor titular y un jurado. Los pianistas que van a presentar esperan afuera del salón mientras uno por uno va pasando y mientras tanto puedes pedir un salón con piano para practicar. Todo se asemeja a la antesala de un concierto, solo que esta vez estás seguro de que alguien va a juzgar si, como estudiante de piano, mereces una nota alta.

Cuando estás en ese salón frío, con un silencio abismal y dos personas mirando fijamente a que empieces, todo puede pasar y sabes que estás solo.

Mi último examen de piano se llevó a cabo como una clase magistral, en donde no había jurado más que mi profesora, y otras dos compañeras. Antes de empezar el examen nos mostramos las piezas que ibamos a tocar y expresábamos lo nerviosas que estabamos, ya que este era nuestro primer examen con la profesora Marisabel.

El pianista tiene la particularidad de que, incluso aunque toque con orquesta, estará solo: si se equivoca no hay nada que lo cubra. Los nervios que siente un estudiante, o incluso alguien más experimentado, ante cualquier prueba de música, son gigantescos.

Uno se llega a sentir realmente solo sentado en ese piano clavado en el desierto.

Foto de @hormigaobrera

Sin embargo, esta vez , en este examen, con las sonrisas de aprobación y los dedos pulgares hacia arriba de las otras compañeras, no me sentí tan sola, me di cuenta que las dudas que tenía de mí como pianista eran las mismas que ellas tenían. Los comentarios de apoyo y el "respira, y tomate tu tiempo" de la profesora ayudaron a que el examen se llevara de forma amena. Todas nos oímos y fuimos escuchadas

no hay nada más emocionante que el que más personas te oigan tocar.

Cuando terminó el examen y ya lo que podíamos sentir era alivio, la profesora nos comenzó a hablar, nos dijo que entre músicos nos teníamos que apoyar y que por eso había hecho este examen de esta manera, para que no siguieramos pensando que estabamos solas, porque no era así

"¡Somos solistas, no solitarios!

Necesitamos de los otros músicos, no solo en apoyo sino en retroalimentación. De todos los amigos que he tenido en mi vida, los músicos siempre me han llamado la atención (y por esto, no quiero quitarle mérito a otro tipo de amigo): cuando te desean suerte, pareciera que lo estuvieran diciendo de verdad y no sólo para parecer buenas personas y cuando terminas de tocar en un concierto van directo a felicitarte y abrazarte, decirte que lo hiciste muy bien y si te equivocaste, lo haras mejor la próxima,

"No se centren en sus errores, porque las personas no vienen a escucharlas a ustedes luchar porque les salgan bien los errores sino para escuchar los excelente que les salen las virtudes que tienen".

Por esto mi profesora no quiso decir que dejaras pasar los errores sino que, trabajaras tus errores y mejoraras las cosas buenas que hay en ti.

La vida y el trabajo de un músico es extremadamente difícil: todos los años que se ven, todas las materias y especializaciones que hay y todo el tiempo que toma... mi profesora diría que es una carrera que consume, por lo que tener músicos a tu lado, que te aconsejen y den su soporte, es importante, por no decir esencial.

El apoyo de parte de tus padres, tus amigos, tus familiares o parejas siempre serán bien recibidos, pero no hay nada mejor que el apoyo de alguien que ha pasado por lo que tu pasas y siente lo que tú sientes a la hora de tocar.


foto de mi autoría

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¡Felicitaciones!



Puedes consultar el reporte diario de curación visitando @entropia

Coye, creo que tus reflexiones en este texto aplican para todos los que nos dedicamos a las artes escénicas. Me ha sucedido con el teatro. Sucede que hay complicidad entre actores antes de una función, sabemos reconocernos los nervios, darnos palabras de aliento cuando creemos que se nos va a olvidar el texto y cuando termina la función, nos sentamos ya a hablar muertos de la risa sobre lo pelones, porque al final el público (en su mayoría y por lo general) no sabe la estructura ni los parlamentos originales.

Lo que tenemos que hacer es sentir y procurar dar lo mejor de nosotros mismos al presentarnos ante espectadores, sea bajo un contexto evaluativo o de taquilla. :)

Ah, te comparto que una profe me dijo hace unos días "Cada día estoy más convencida de que no se trata de la técnica con la que ejecute el instrumento, sino la calidad de lo que expresa". Creo que tiene algo de razón...

¡Saludos, Emiliana!

"Cada día estoy más convencida de que no se trata de la técnica con la que ejecute el instrumento, sino la calidad de lo que expresa".

Algo de verdad tendrá este enunciado, mas en música y pianísticamente se necesita tener un balance entre las dos: antes de llegar a la expresión artítisca hay que pasar meses puliendo la técnica que la obra requiere. Pero quizás eso es lo bello de las artes, que a veces se valora más la expresión que la técnica, aunque a mí siempre me parecerá de suma importancia la segunda.

Coye, creo que tus reflexiones en este texto aplican para todos los que nos dedicamos a las artes escénicas.

Bueno, en realidad sí, mi texto se podría trasladar a casi cualquier medio artístico, creo yo. Sin embargo, el puente que quería hacer era entre estar sentado solo en un piano con muchas personas solo viendote a ti, a darte cuenta que somos muchos los solistas y que realmente no estamos solos.

Qué fino que estés en las artes escénicas!!! Me parece que sí, que lo que escribí realmente se podrías trasladar ahí sin problema ya que, aunque están varios en un escenario (si así lo dicta la obra), cada quien de alguna manera está solo, solo el tiene ese texto y es él el que lo debe decir bien, no los demás.

Saludos! Gracias por leerme vale, me pasaré por tu blog.

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