Mis anotaciones de libros que he leído + reflexión #2

¡Un alegrísimo saludo para todos!

   Llegó el viernes de citar a un autor y analizar su frase, así que para recibir el fin de semana con ánimos indestructibles, a continuación les dejo una frase poderosa con una profunda reflexión mía sobre ésta. Ojalá la disfruten y puedan encontrar en ella algo que les sirva.

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«Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser»

Aunque esta frase es de Goethe, el libro en el que la leí no fue un libro de Goethe. Más bien, esta frase la leí en mi libro favorito de desarrollo personarl y liderazgo: Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, por Stephen R. Covey. El autor, al final de un subtítulo, cita esta poderosa frase de Goethe para dar más peso al tema que trataba en dicho subtítulo, ya que en este hablaba del poder que tenemos todos para mostrar a los demás el verdadero potencial que poseen: un potencial que a veces a ellos mismos les cuesta ver.

   Covey hablaba de que, aunque algunos insistan en negarlo, todos somos muy moldeables por la sociedad. De esta forma, a alguien que se le ha dicho siempre que nunca va a lograr tales cosas que se proponga probablemente no las logre. A menos claro, que éste individuo tenga una clara seguridad en sí mismo y crea tanto en su potencial que pueda hacer a sus oídos sordos ante el desprecio de los demás.

   Yo pienso que para tener ese tipo de seguridad a veces es necesario que alguien, al menos una persona, te de la confianza que necesitas como incentivo para creer en tí mismo. Todos, dice el autor, hemos estado en una situación en la que nos encontrábamos dudando de nosotros, creyendo que no éramos capaces de lograr algún objetivo; sin embargo, alguien nos animó, alguien creyó en nosotros y nos dijo que con ánimos continuáramos nuestro trabajo, pues él o ella creía que podíamos lograrlo. ¿Cómo nos hizo sentir eso? Confiados. Ese es el poder que todos tenemos sobre los demás.

   A veces sabemos lo que valemos, pero dudamos de si el mundo está interesado en valorarnos de la misma manera. Es entonces cuando alguien nos demuestra que cree en nosotros, que las dudas desaparecen, y nos desarrollamos perfectamente a la imagen superior que teníamos de nosotros mismos con confianza y seguridad.

   Es sorprendente, pero verdaderamente el creer en los demás es un poder. Covey decía que la sociedad juega un papel de espejo para todos, en el cual podemos ver perfectamente nuestra verdadera imagen o podemos verla distorsionada si es que la sociedad así nos la muestra. Entonces el autor incentivaba a que formáramos parte de esa sociedad-espejo que muestra una imagen clara a los demás de lo que son y pueden ser.

   Incluso esta frase de Goethe podemos aplicarla en nosotros mismos. Yo lo he hecho y mi espejo se ha aclarado muchísimo, tanto así que ahora la gente a mi alrededor empieza a ver mi verdadera imagen, y todo gracias a que en un principio yo he decidido ser para ellos un limpio espejo que les muestra su verdadero potencial.

   Es sorprendente cómo se puede evolucionar en tan poco tiempo. Si me hubiesen dicho un año atrás que para éstas fechas me estaría dedicando a bloguear día tras día en una plataforma de escritores y estaría recibiendo el apoyo tanto de los usuarios de allí como de mis amigos y familiares para que continuara con mi escritura, me habría costado creerlo. Y es que un año atrás me trataba a mí mismo tal y como era, y aunque eso me había servido para tener una vida tranquila, también hacía que me mantuviera siendo tal y como era. Fue cuando empecé a tratarme como podía y debía ser, que ahora puedo decir y estar orgulloso de mí por estar convirtiéndome cada día más en lo que puedo, debo y quiero ser.

   Si un año atrás me hubiesen dicho que hoy sería un joven seguro de lo que quiere y en búsqueda diaria de ello, se me habría dificultado creer eso de mí.

   Creer en los demás y creer en uno mismo tiene poder. Ayer tenía que escribir un cuento con el que me había comprometido antes a escribir, y estaba nervioso por ello. No tenía tiempo suficiente para hacer el trabajo con la comodidad que me gusta, y aunque no dudaba de si lo podría escribir, sí dudaba de que fuese tan bueno como quería que fuera.

   Nunca había escrito algo de más de 2000 palabras, pero ayer estaba tan seguro de mí mismo y creí tanto que podía lograr escribir un buen cuento, que en tres horas conseguí culminar un cuento de más de 2300 palabras. Luego lo leí con nervios todavía de que cumpliera con mis expectativas, y al terminar de hacerlo quedé maravillado con mi trabajo.

   No pretendo decir que escribo mucho y que soy el mejor, elogiándome y elogiándome. Mi intención es mostrar el nivel superior de nosotros mismos que podemos alcanzar si creemos con toda seguridad en nosotros y nuestro potencial.

   De igual manera pasa cuando creemos con toda seguridad en el potencial de alguien más y se lo demostramos: hacemos que esa persona sienta que quizás tenemos razón en lo que decimos, y entonces empieza a trabajar en un nivel superior.

   Yo aunque ahora me sienta muy seguro de lo que valgo y de lo que puedo ser, no me da miedo ni vergüenza admitir que a veces dependo del espejo social para reafirmar esa imagen mía de lo que puedo alcanzar. Parte de todo mi entusiasmo, motivación y esfuerzo diario es debido al apoyo que los demás me dan, y no hay por qué avergonzarse ni sentirse dependiente de ello. Ya he dicho que somos seres que funcionan mejor en sociedad y no en individualidad.

   Por esa razón, por entender el poder del espejo social, disfruto mucho el creer en los demás y decirles que lo hago. Y no lo digo por hacerles sentir bien; si esa fuera mi intención diría otras cosas o actuaría de otra manera. Aquí no hay duplicidad. Cuando digo que creo en el potencial de todos, lo digo de verdad, lo digo desde el corazón. Sé que cualquiera puede superarse y alcanzar sus objetivos, pero a veces necesitan un empujoncito, un espejo que cambie su imagen distorsionada por una perfectamente clara y distinguible.

   Todos tenemos el poder, todos somos espejos. Cuida bien la imagen que reflejas a los demás; te aseguro que creyendo en otros encontrarás una imagen clara de tí, por lo que también debes cuidar cómo te reflejas a tí mismo.

   Cuando sientas dudas de tu potencial, recuerda la frase de arriba, y asegúrate de no estar viéndote a ti mismo con distorsión. Limpia el espejo; deja de tratarte como lo que eres y empieza a tratarte como lo que puedes ser.

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¡Eso ha sido todo!

Agradezco muchísimo que dedicaran tiempo de su día a leer mi artículo. Ojalá les haya servido de alguna manera.

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Les deseo a todos lo mejor en éste día y,

¡nos vemos pronto!

Elieser Urbano.