Tu y yo, Nuestra historia de amor.

draconel (60)in #spanish • 5 years ago (edited)

Tu y yo, Nuestra historia de amor.

Esta es la historia de un amor verdadero, el cual fue tan grande, que logró romper los limites del tiempo y de la muerte, pues se amaron tanto, que ni la muerte logró separarlos, e incluso ya muerto su cuerpo, su amor vivía.

Dejemos que la historia sea contada en primera persona.

Todo empezó en aquella tarde que nos conocimos, yo inmediatamente sentí una fuerte atracción hacia ti, aunque fue muy repentino, ya que las cosas no sucedieron como debían en ese momento, solo fue una vista de unos instantes, yo iba saliendo a mi primer día de trabajo, pues acababa de ser contratado, tenía mucha prisa, pues iba algo tarde, no esperaba que algo tan bello me sucediera, al cerrar la puerta y girar choqué contigo, inmediatamente, quedé impresionado y fascinado con tu belleza, no hay palabras para describir lo que en ese momento sentí, excepto, “Amor a primera vista”.

Ese día, le explique al jefe lo sucedido, y que no volverá a pasar, no hubo problema en realidad, pues casi todos llegan tarde su primer día de trabajo, me dijo él. Luego de esto no conseguía concentrarme, pues pensaba en aquella chica que por un solo momento vi... Pensaba en ti. Al día siguiente, te vi otra vez, pero esta vez fue distinto, puesto a que no había prisa alguna, pero aun así nos detuvimos, yo deseo hablarte, pero antes de poder decir si quiera una palabra, lo hiciste tú, pero, no como yo quería, ya que solo me pediste un favor, me viste entrando al edificio donde yo trabajo, pues trabajabas justo al frente, yo trabajaba en un bufete de abogados, y tu precisamente necesitabas uno, pero no tenias como pagarlo, pues no contabas con una buena posición económica, necesitabas hacer unos tramites para tu divorcio, lo que al escuchar, de una forma me lleno de alegría, pues quería decir que estarías soltera, inmediatamente me ofrecí a ayudarte, me estuviste muy agradecida, por supuesto me dijiste que me pagarías en cuanto pudieses, ¿recuerdas que dije? Pues si... Me negué a aceptar pago alguno, solo te pedí una cosa a cambio de mis servicios, te pedí que me aceptaras una invitación a cenar, de inmediato, tus mejillas se sonrojaron, y aceptaste.

En la cena, hablamos de muchas cosas, entre ellas, mis sentimientos, te conté lo que yo sentía por tí ¿recuerdas tu respuesta? perdón, pero no puedo, estoy atravesando un momento muy difícil para mi, no podría tener una relación, de mis ojos broto una lágrima, pero comprendí, despúes de todo, era un momento muy difícil para tí. Al llegar el momento de presentarnos todos con el juez, conocí a tu futuro ex-esposo, un hombre adinerado, pero ególatra, vanidoso y mujeriego, el se negaba a dar el divorcio, el te quería a su lado, no por que te amara, si no, que no te quería ver feliz con otra persona, el no podía comprender que no eras feliz.

Ya ganado el divorcio, no querías aceptar lo que te tocaba, aunque aun así lo hiciste, eso te pertenecía, por todos los años que fuiste infeliz a su lado. Te quedó la casa, un carro, y la patria potestad de tu hijo de 5 años de edad.

Al pasar un tiempo, me llene de valor al pedirte una vez mas, que tuvieras una relación conmigo, esta vez aceptaste, me llene de una inmensa felicidad al oirte decírlo, y al darte al fin ese primer beso que recordaré hasta el dia de mi muerte.

Luego de 5 meses de una feliz relación, te invite a cenar fuera de casa, en un restauran hermoso, en el cual te dije “Amor, aceptarias ser mi esposa?” Comenzaste a llorar, pensé inmediatamente que me rechazarías, por lo que baje la cara con tristeza, y escuche dos palabras que me devolvieron la alegría, “Si, acepto”, volví la cara al frente, con emoción, estaríamos juntos por siempre como marido y mujer.

Tres años después, tu hijo que para ese entonces tenía ya 10 años, enfermó de cáncer, pero juntos logramos curarlo, pero solo por un tiempo pues 3 años mas adelante, tu hijo cerca de cumplir sus 13 años, repite el cáncer, pero esta vez mucho mas grave, logramos una vez mas controlarlo, mas no erradicarlo, ya que a los 5 meses, sin poder evitarlo... Murió.

No volviste a ser la misma, dejaste de comer, ya no hablabas, pensaste que si aun estuvieras con tu viejo marido, el fuese podido costear los medicamentos necesarios, mas dentro sabias que no era así, que él murió porque fue fulminante, y vivió mas de lo que cualquiera fuese soportado aguantando esa terrible y dolorosa enfermedad, pero necesitabas desahogárte y esa fue tu forma de hacerlo.

Llegado el día del cumpleaños en que debió cumplir 14 tu hijo, lloráste, lo recordabas, recordabas todo lo que habían pasado juntos, con ayuda lograste superarlo, pero ambos lo recordabamos siempre, ya no con tristeza, si no con alegría, pues no podías rendírte, ya que te habían dado una segunda oportunidad, con otro hijo que llevabas en tu vientre.

Estábamos muy felices, aunque aun seguíamos algo tristes y ocasionalmente lo recordábamos, ya después del parto, cuando nos entregaron a nuestro bebe, era hermoso, y era casi idéntico a su hermano, que ya para entonces, estaría cerca de cumplir sus 15 años, pensamos, que podría ser que su hijo nos estaría diciendo de alguna forma que siempre estaría con nosotros, y con lágrimas de felicidad, llevamos a casa a nuestro hijo.

Ya ha pasado el tiempo, nuestro hijo tiene 33 años, se caso y tiene 2 hijos una hembra idéntica a ti, ¿la recuerdas? Y un varón igual a el.

Este momento no lo pudiste ver, porque tu, has muerto, a los 59 años de edad, por causa de un infarto fulminante que te arrebató de mis manos, quizá me estés viendo desde donde estés, pero recuerda que jamas te olvidaré...

Justo en el momento en que nuestro protagonista terminó de contar su historia, cayó, exactamente 10 años después de la muerte de su esposa. Pero no fue una muerte normal, pues esta historia la estuvo contando a su esposa, la que aun con todo su corazón amaba, lo hizo en su visita al cementerio, en la que al despedirse, cayó a un lado de la tumba de su amada esposa, y allí... Murió.

Esto demuestra que tanto se puede llegar a amar a una persona, ni la muerte logró separarlos.

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