REFLEJOS DE MIS SOMBRAS 19: Lucía encuentra un refugio.

in #spanish7 years ago (edited)

No dio tiempo a más. Lucía fue empujada por militares fuera de la sala, intentó mirar atrás hacia el cura aquel que la había llamado “Quely” ¿O fue su imaginación?

La subieron a un coche de carabineros, sin mediar palabras, aún olía a vómito y orines. Intentó mirar en la calle, pensando que tal vez su madre aún la esperaba, pero no era así. Estaba sola con 15 años en manos del enemigo; porque sabía, que tras el golpe militar, lo que dijera una jueza sería ley, sólo, si la voluntad de los uniformados lo decidían.

La niña ya no quiso aparentar valentía, agachó la cabeza y metió las manos entre las piernas, cerró los ojos y respiró suplicando por hacerse invisible. Los policías no hablaron. Pero el traqueteo del automóvil, cada giro, cada bache, hacía que el corazón de Lucía se detuviera.

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Ya, bájate cabra chica, dijo el paco abriendo la puerta. Abrí los ojos y ví un muro, el carabinero me agarró del brazo y me llevó a la puerta. En la puerta estaba una monja.

-Busco a la madre superiora. Dijo el Carabinero, haciendo el ademán de entrar en el recinto.

-Soy yo. Respondió ella interponiéndose, acto que molestó al uniformado, pero ella continuó. Dígame Carabinero ¿Tiene la orden judicial?

-Si, señora ¿Puedo entrar a inspeccionar el recinto?

-Este recinto está abierto a inspecciones, por supuesto. Dijo la monja con un acento extraño y con mucha calma, entonces el carabinero, casi excitado, intentó entrar. Pero la religiosa se volvió a interponer. Pero siempre deben ser uniformadas femeninas ya que este no es sólo un internado femenino, es una congregación… es el acuerdo que tenemos firmado con la actual junta de Gobierno ¿Quiere ver el acuerdo?

El hombre al escuchar “Junta de Gobierno” dio un paso atrás y entregó a Lucía como si fuera un paquete, junto con la orden judicial, subió al coche y se fue. Como curiosidad, el hombre se asustó tanto, que no se llevó la copia y mi madre aun la tiene guardada en algún sitio. Detrás de la puerta salió otra monja con una manta y taparon a Lucía.

Durante mi tiempo en la revolución, durante mi tiempo en los bosque en Concepción, me enseñaron a reirme de los creyentes y aún más de las “monjas” mujeres que durante toda la historia habían sido entregadas a la iglesia católica o habían utilizado la religión como medio de escape. Pero me vi ahí, en brazos de una monja “¿Qué te han hecho muchacha?”

Ese fue el día que conocí a la Hermana Celina, mi segunda madre y no es un decir: me parió otra vez en ese colegio. Me hizo leer, me enseñó a pensar, curó mis heridas. La historia de tu “abuela monja” es una historia aparte de una mujer que tomó los votos porque le dio la gana, porque creía.



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Gracias por leer esta crónica de una historia que nunca debió suceder, pero me ha creado.

Aquí los capítulos anteriores.

  1. Reflejos de Mis Sombras

  2. Pedro Lagos con Victor Manuel

  3. Chaullin con Aeropuerto

  4. El melón con vino y la revolución

  5. El vuelo de Lucía

  6. Reencuentro en Golpe

  7. El golpe, el miedo y Pablo

  8. El nacimiento de Quely

  9. La arrogancia de Rosario

  10. Fusil y Hallullas

  11. La primera muerte de Lucía

  12. De Sacramentinos a Marcelo

  13. El Horror

  14. Los desaparecidos

  15. Cristo y la sed de Justicia

  16. Pablo y la ingeniería

  17. Entre muerte e infierno

  18. El juicio de Lucía

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