A MIL LATIDOS POR SEGUNDO / by @Christopherb

in #art5 years ago (edited)

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A MIL LATIDOS POR SEGUNDO
Historia corta

Esta allí, esperándome. A unos metros se encuentra él, ese maldito, la persona que ha convertido mi vida en un infierno. Tengo que hacerlo, es el momento, no puedo dejar pasar la oportunidad. Mi madre está en la sala con mis hermanos viendo una película y él está arriba con ese idiota de Kevin, ambos ebrios y guasones, haciendo ruido y hablando la mayor cantidad de babosadas que se pueden imaginar. Debo hacerlo, debo matarlo pero… ¿cómo? Es decir, su tamaño y peso duplica el mío, además de tener el doble o triple de fuerza que yo, y esas manos…

¡Agh!

Esas manoplas enormes del tamaño de mi cara, ¿cómo diablos se supone que voy a lastimarlo? Además del otro idiota que tiene el mismo semblante. Están ebrios, es la única ventaja (que puede igual ser una desventaja).

Tengo demasiada sed y el pecho me duele de tan fuerte que late mi corazón, abro la nevera y empiezo a beber de una botella energizante – ya es mi cuarta hoy -, abro la gaveta y saco dos cuchillos enormes, de esos que usa mamá para las carnes, y los agarro con fuerza. Aún a estas alturas mi mente hace pequeños vaciles y quedadas en blanco que me hacen dudar.

¡Pero no puedo! – Me digo a mí mismo.

No dejaré que ese hombre nos siga destruyendo. Voy directo a las escaleras que está en frente de la sala, intentando evitar la mirada de mi madre, aunque es imposible. Voy rápido y agachado, sin ser muy sospechoso, con los cuchillos a mi lado izquierdo que da justo en frente de la pared por lo que mi madre no podrá verlos, o bueno, no debería.

- ¿Cielo? ¿¡Por qué traes esos cuchillos!? – Pregunta mi madre, pálida.

- Es el viejo… Me pidió que le llevara estas cosas, no sé qué idiotez se le ocurrirá ahora – Digo en una milésima de segundo, fue lo primero que se me ocurrió, espero y no note nada raro.

- ¿En serio? Af, por eso odio cuando viene Kevin, siempre empiezan a inventar cosas raras – Dice mi madre, preocupada – Por favor cielo, ¿estás pendiente? Tus hermanos están a punto de dormirse.

- No te preocupes.

Nunca he entendido como mi madre puede amar a alguien como él, y más encima preocuparse tanto por el... En ocasiones más que hasta en sus hijos. Pero está bien, ella cuida mucho a mis hermanos, cosa que justo ahora necesito, de esa manera puedo hacer todo más rápido arriba. Subo saltando los escalones sin pelarme ninguno hasta llegar a la dichosa habitación, desde afuera puedo oler la podredumbre de alcohol y cigarrillos, la música a todo volumen y risas que resuenan por toda la casa. Es como estar al frente de la última misión de “Batalla en el Castillo”, frente al hogar de esos ogros tiránicos que arrancan cabezas con los dientes. No puedo creer que aún aquí cuando voy a realizar la acción más despiadada que he hecho en mi vida, me encuentro haciendo chistes y referencias estúpidas.

Diablos, me duele demasiado el pecho, creo que tomarse 4 botellas de energizante en un solo día no es buena idea. Siento mi corazón latir por segundo, lo siento "A mil latidos por segundo", es horrible, pero... ¡Agh! ¡Basta de hablar estupideces, debes matarlo ya!

Abro la puerta de golpe. Los dos están viendo un partido mientras escuchan música, que asco. El me mira al instante, el ogro mayor, el violador, el abusador, mi Padre.

- ¡Cierra la puerta y lárgate! – Grito escupiendo.

- ¿Qué hace el enano acá? – Gruño Kevin.

Yo solo me quedé callado.

- ¿Qué pasó contigo? ¿Te comieron la lengua los ratones o qué? – Volvió a gritar.

- Solo me preguntaba si… Podía ver el p-partido con ustedes – Como detesto haber dicho eso.

- ¿Qué dijo? – Preguntó el sordo de Kevin.

- ¿Ah, sí? ¿Y a este qué le pico? – Respondió sonriendo. Por primera vez en años veía una sonrisa de su parte hacia mí – Bueno, si gustas sentarte puedes hacerlo acá conmigo.

¿Me invitó a sentarme con él? ¿A qué grado de alcohol habrá llegado?

- Está bien… - Acepto y me dirijo al asiento, pero no el que él me recomienda, si no el que está detrás del suyo.

- ¿Qué haces allá atrás? ¡Siéntate conmigo! – Grito el ogro.

- No gracias, acá estoy bien – Expliqué sereno. Los tengo a ambos sentados, borrachos y pegados a la silla en frente de mí. Esta es mi oportunidad.

No puedo arruinarlo, ¡no debo! Así que me levanto rápido y le clavo a Kevin en la cien el cuchillo.

¡Dios, no puedo creerlo! ¡Acabo de acuchillar a Kevin!

La sangre sale por montones y me quedo paralizado. El cuerpo de Kevin cae muerto en el suelo, manchando la alfombra y el sofá.

- ¿¡Pero qué diablos hiciste bastardo!? – Dijo el ogro.

¡Se levantó, se levantó! Me agarra por el brazo y el otro cuchillo se cae, ¡demonios! ¿Ahora qué hago?

- ¿Para eso entraste acá? ¿para cometer homicidio? ¡Pequeño idiota, ni para eso funcionas! – Dijo gritándome como siempre.

Aun cuando asesino a su mejor amigo sigue siendo el, ¿acaso le parece tan normal el que su compañero de borracheras esté sangrando en el piso justo ahora?

Me duele demasiado el pecho, no puedo respirar. Debo hacer algo, ¿pero qué diablos? Me está apretando demasiado el cuello, no sé qué hacer.

- ¡Eres un maldito, un maldito! – Grita y grita sin parar, mientras me ahorca con sus manopla.

Esto está mal, pienso en mil cosas que puedo hacer pero ninguna resultaría, ¿qué hago…? ¡Un momento! ¡Tengo sus bolas en mis pies! Puedo patearlo... ¡Y lo hago! Pateo con fuerza su parte baja y de inmediato me suelta y empieza a chillar, me le escabullo como puedo por su costado e intento alcanzar el cuchillo pero el desgraciado me agarra por los pies. Le meto una patada en la cara y le lanzo una de las botellas vacías que rondaban en el suelo por toda la cara.

Grita aún más fuerte.

Realmente no sé qué diablos está diciendo, solo me preocupo por alcanzar el cuchillo para salir de esto.

Consigo agarrar fuerte el cuchillo con las manos y espero solo 2 segundos a que se me lance encima para entonces acuchillarle el estómago… ¡Y el animal lo hace! ¡Se me lanza encima y empieza a gritarme, entonces aprovecho para clavarle el cuchillo y que por fin cae rendido!

Y lo logro.

Está allí, tirado en el suelo, sangrando. Los dos lo están. Los dos ogros inmensos están muertos en el salón, sangrando como cataratas rojas. Estoy completamente desentendido del mundo. No sé qué diablos sucede a mí alrededor, lo único que escucho es la voz lejana de mi madre que intenta abrir la puerta a gritos, tras escuchar el alboroto.

Ya lo hice, lo asesiné. Mi misión está completa. Lo que sucederá después no me importa, sé que será mucho mejor que todo lo que ha sucedido antes. Eso me alivia, y me deja estar tranquilo.

Pero… todo empieza a estar negro.

A de ser porque estoy muy cansado, todo este alboroto me ha dejado exhausto. Tengo mucho sueño, y me cuesta un poco respirar… A lo mejor si descanso se me pasará y podré ayudar en lo que sea que me necesite mi madre más tarde. Mis ojos se cierran, que cómico, no aguanto el sueño. Ya me iré a dormir, dejaré que la oscuridad me guíe un rato.

Buenas noches, ogro.


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Excelente!! Felicitaciones hijo!!

Muchas gracias má!

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