PROGRAMACIÓN NEUROLINGUÍSTICA - INTELIGENCIA EMOCIONAL - MECÁNICA NEUROLÓGICA

I. MECÁNICA NEUROLÓGICA

A partir de éste capítulo y en los subsiguientes empezaremos a transitar por un sendero que nos lleva hacia el logro de objetivos, pero para hacerlo con efectividad es necesario aclarar algunos conceptos. Cierto es que el conocimiento nos puede acercar a un resultado deseado, pero definitivamente se hace realidad cuando la idea va acompañada de la acción. En otras palabras, debemos poner en práctica las cosas. De nada sirve que leamos libros, asistamos a talleres, cursos, seminarios, etc. si luego no ponemos en acción nada de lo que hemos aprendido. Les aseguramos que de ser así, ni éste ni ningún otro método le serán de utilidad, y por lo tanto, su vida seguirá transitando por los mismos carriles que hasta ahora lo ha hecho.

Recuerde que si quiere obtener resultados diferentes a los que hasta hoy ha obtenido, debe hacer cosas diferentes. Mientras siga haciendo lo mismo, seguirá obteniendo lo mismo.

Ahora bien, consideramos muy oportuno que tenga una idea más clara de cómo funciona su cerebro. Emprendiendo una breve descripción de las diferentes partes que lo componen Ud. encontrará más sentido a las actividades que luego le iremos asignando.

Para ser más claro en nuestra explicación intentaremos hacer una descripción súper sintetizada y sin utilizar términos técnicos. Para ello es necesario que Ud. comprenda que en éste tratado no intentamos entregar un manual de neurobiología, sino que estamos orientados hacia el desarrollo personal y fundamentalmente hacia el logro de objetivos. En tal sentido, y para jugar un poco con nuestra creatividad, lo invitamos a que se imagine a su cerebro como a una cebolla. En donde las capas internas se corresponden con las partes más antiguas en el proceso evolutivo y las más recientes con las capas externas. De hecho podemos mencionar cuatro partes principales que empezaremos a describir desde el centro hacia fuera:

La primera capa está compuesta por el tallo cerebral, conocido como el cerebro primario. Este contiene un pequeño bulbo en la punta de la médula espinal y se puede decir que es el sector más primitivo de nuestro cerebro, ya que todas las criaturas vertebradas la tienen. Inclusive las más simples. Este sector de nuestro cerebro se ocupa de dar respuestas físicas, lo que significa que frente a determinados estímulos, reaccionamos sin que intervenga nuestro consciente. Por ejemplo si Ud. acerca su mano a algún objeto caliente, esta parte del cerebro le hará reaccionar instintivamente retirándola. Es de destacar que dentro de este sistema primario también encontramos al sistema reticular.

La segunda capa imaginaria de nuestro cerebro, es el cerebro medio o sistema límbico, que se encarga de dar respuestas a estímulos emocionales. Por ejemplo si de pronto Ud. se encuentra en medio de un incendio y siente pánico frente a la escena que lo rodea, el sistema límbico le hará correr con el solo objeto de escapar, pero Ud. todo esto lo hará sin pensar. En conclusión este sector de nuestro cerebro está relacionado con las emociones.

La tercera capa del cerebro es el hemisferio derecho, que como ya hemos estudiado al principio del curso, está relacionado con las funciones analógicas. La música, la creatividad, la imaginación, el arte en general, etc. A éste sector del cerebro también se lo asocia con el inconsciente. Se puede decir que es la puerta de ingreso a él.

Finalmente la cuarta capa del cerebro es el hemisferio izquierdo, relacionado con todas las funciones lógicas, el lenguaje, las matemáticas, el razonamiento, etc. A este sector del cerebro también se la conoce como la parte consciente.

Como Ud. podrá observar cada una de las partes mencionadas de nuestro cerebro tienen funciones distintas y por ende “hablan idiomas diferentes.”

Ahora que comienza a comprender este concepto, lo volvemos a poner en escena y le pedimos por un instante que imagine la siguiente situación. Ud. es un gran fumador, pero un día decide dejar de fumar y se dice a sí mismo “quiero dejar de fumar”…

Definitivamente aquí entró en juego una de las partes del cerebro. Para ser más preciso el hemisferio izquierdo. Ud. elaboró un concepto lingüístico. “quiero dejar de fumar”… Pero ¿Qué pasa con los otros sectores de nuestro cerebro?, ¿acaso hablan el mismo idioma? O mejor dijéramos… ¿cantan la misma canción?...

Lo más probable es que no… y entonces las señales que le enviamos a nuestro inconsciente son muy confusas y hasta opuestas, ya que su hemisferio derecho aún sigue manteniendo una imagen interna de fumador. Es decir que continúa “cantando una vieja canción”.

Pero siguiendo con la hipotética idea de que Ud. es una persona decidida y toma más acción asistiendo a un seminario en donde le enseñan a desarrollar ejercicios repetidos de afirmaciones y visualizaciones, entonces mediante este proceso ahora comienza a enviarle mensajes más concretos a su inconsciente para que éste, tome cartas en el asunto y proceda. En otras palabras, Ud. puso en funcionamiento ambos hemisferios cerebrales para que canten una misma canción. Pero es aquí donde empezamos a darnos cuenta cuales son las verdaderas causales y el por qué, muchos cursos, seminarios, etc. no funcionan en un importante número de personas.

Si recuerda la anterior descripción, le habíamos dicho que existían cuatro áreas cerebrales, y debe comprender que cada una de ellas juega un importante roll en todos los procesos. De manera que siendo observador se dará cuenta que, en el caso que hemos dado como ejemplo, aún hay dos sectores de nuestro cerebro que siguen cantando una vieja canción. Por lo tanto, esas dos partes que restan, aún continúan enviando órdenes desencontradas u opuestas. En conclusión su anhelo consciente no penetra con la eficacia que debiera hacerlo en su inconsciente.

Pero seremos más claros para que lo comprenda.

Volviendo al caso del fumador que se propuso dejar el cigarrillo, apenas terminó de comer siente la necesidad profunda de experimentar el placer y la satisfacción que solo le puede brindar “un buen cigarrillo”, (esta es la canción que canta el sistema límbico), y quiere tenerlo en sus manos y/o succionar “algo”. De allí que no es difícil encontrar a personas que cuando intentan dejar de fumar necesitan llevar a la boca algo, lapiceras, caramelos, chupetines, etc. (ésta es la canción que canta el sistema cerebral primario).

Como podrá comprender entonces, este cuarteto sigue desentonando a pesar de que Ud. se visualiza dejando el cigarrillo y acompaña a esas visualizaciones con una inmensa batería de afirmaciones.

Cada una de sus partes cerebrales continúan cantando su propia canción y el inconsciente sigue recibiendo una infinidad de órdenes y mensajes contradictorios. En conclusión este último es muy probable que termine por cancelar sus nuevas intenciones y siga respondiendo a las antiguas costumbres que bien arraigadas ya están.

Ahora quizás Ud. se pregunte ¿cuál es la intención de hacer toda esta introducción? Pues, la respuesta es que cuanto más conocimiento tengamos del tema que queremos abordar, más éstos nos permiten acercarnos a los resultados deseados.

Si leemos a la mayoría de los autores de libros relacionados con temas de superación personal y auto-ayuda, casi con unanimidad podremos encontrar que se nos afirma que el Universo es mental. También se nos dice, y de hecho está demostrado, que el universo físico es energía. ¡¡¡Definitivamente es así!!!, pero mientras exista desorden mental, llevaremos una vida desordenada y probablemente acompañada de sufrimiento y dolor.

Todo lo que hay en nosotros y todo lo que nos rodea está hecho de energía. La energía vibra a diferentes velocidades, y por lo tanto, presenta distintas características que la hacen más ligera o más densa.

El pensamiento no es más que otra forma de energía. Rápida, ligera y móvil y se manifiesta instantáneamente. Cuando creamos algo, empezamos a hacerlo en forma de pensamiento. Este siempre precede a su manifestación real. Pensar que va a preparar la cena es la idea que precede a la presentación de la comida en su mesa.

El mero hecho de tener una idea o pensamiento alojado en nuestra mente es una energía que tenderá a atraer y crear la forma en el plano físico. Si pensamos constantemente en enfermedades, podremos acabar enfermos, en cambio si pensamos en salud o en algo hermoso, es muy probable que acabemos experimentándolo.

Por ello es necesario comprender la importancia que tiene lograr un orden mental. El desorden mental, definitivamente, solo puede atraer en su manifestación, desorden físico en todos sus matices, órdenes y grados. Desde lo más profundos, (casos patológicos), hasta los más sutiles, (experiencias difíciles y dolorosas de la vida).

Para culminar queremos dejar un último concepto. Solemos leer y escuchar en muchos de esos tantos autores de libros de auto-ayuda que el universo es mental y si nosotros nos concentramos en un objetivo y lo mentalizamos, éste se terminará cristalizando, ya que el universo siempre nos terminará dando lo que queremos. ¡¡¡ Error !!!... El universo no nos da lo que queremos. Nos dará lo que somos…

Si diariamente visualizamos durante una hora escenas anheladas y le ponemos mucha emoción, obviamente estaremos elevando un pedido al universo, pero si luego, durante el resto del día, pensamos y sentimos lo contrario, el efecto se termina anulando. Por lo tanto el trabajo para la cristalización de objetivos requiere de mayor profundidad.

Recuerde… El universo no le dará lo que usted quiere, le dará lo que usted es.

Fuente : Conocimiento propio.