Esa noche

Sali corriendo rápidamente penetrando lo mas profundo del bosque, la oscuridad de la noche confundía mis sentidos, podía sentir como esa cosa, me perseguía, mis latidos se aceleraban cada vez mas con el sonido de fondo tras mis pisadas, al querer atravesar un árbol caído, tropecé y caí, comenzó a subir por mis piernas rasgando con sus uñas mi piel, ese sonido aterrador y su olor putrefacto me tenían perplejo, paralizado de miedo, al llegar a mi cintura, de la nada una sierra corto parte de mi pierna derecha y la cabeza de aquel monstruo, quede inconsciente...
Al despertar, me haya en un cuarto lleno de almohadillas y plástico forrando las paredes, yo me encontraba en una camilla atado hasta del cuello, forceje pero no logre soltarme; el movimiento me hizo entrar en razón y el dolor se apodero de mi, la falta de mi pierna y la sangre que de ella se desprendía comenzaba a debilitarme, escuche pasos cada vez mas cerca, solo que no podía ver quien era, en eso sentí como una brasa caliente quemaba aquello que me quedaba de miembro derecho, su olor terrible hizo que me vomitara encima; otra persona sostuvo mi cara para no ahogarme; una voz en la lejanía decía: ¡RESISTE, AUN NO HA COMENZADO LA MEJOR PARTE!
Una punzada me carcomía, punzada tras punzada volvió a dejarme desmayado; corrientes eléctricas me trajeron de vuelta, mi lengua era el principio para aquellos electroshock que entraban por mi cuerpo... ¿QUE HICE? me preguntaba