Relato: Un Anciano Misterioso.

Esta historia me la contó un amigo cercano. Mas que historia es una anécdota verdadera que le ocurrió a su tío y a unos amigos de el hace ya mas de 30 años, y así como me la contó yo se las relato.
Una calurosa tarde de verano en las afueras de Salamanca en el estado de Guanajuato, el y sus amigos paseaban por un sendero que cruzaba varias haciendas abandonadas desde hace muchísimos años, de la época de la revolución Mexicana, de esas haciendas con viviendas de adobe y palma, cuarteadas por el tiempo y con muchas historias que contar, lugares verdaderamente misteriosos y congelados en el tiempo.
Contaba que en la lejanía el y sus amigos miraban una figura oscura tal cual espejismo se tratara bajo un sol de desierto que no perdonaba a nada ni a nadie. Al acercare se dieron cuenta que era un hombre, un anciano vestido con un saco negro y gastado y un
sombrero de fieltro igual de negro, tan grande como un sombrero charro, el cual se encontraba sentado en un viejo y polvoriento cajón de tomates.
Los entonces jóvenes muchachos se acercaron al hombre y le preguntaron que hacia sentado bajo el sol tan abrasador. El hombre levanto su cabeza revelando una barba larga y gris y unos ojos que parecieran haber visto mil y un horrores en toda su larga vida.
El anciano no respondió la pregunta y en cambio el pregunto con una voz ronca y profunda.
-Quieren ser importantes?
-Quieren ser alguien con grandes riquezas en esta vida?
-Yo se los puedo dar todo, yo les daré riquezas y fortuna.
-Solo denme la mano y la promesa estará sellada para siempre.
Vieron que uno de sus amigos extendía su mano con una ilusión inmensa tatuada en su cara, estaba a punto de estrechar la mano del anciano, cuando rápidamente otro de sus amigos con una sensación de desconfianza le impidió que lo hiciera deteniendo la mano de este.
El sabia por intuición quien era el sujeto, ya que sus abuelos le narraban historias de niño, las cuales contaban que el mismo diablo vagaba por los senderos de las haciendas abandonadas haciendo promesas falsas a cambio de las almas de los incautos.
El anciano, al ver la acción exclamo con una rabia terrible.

• Muy bien, ustedes ganan...
• Me retiro...
• Debajo de esta caja se encuentra lo que buscan...
  
  Ante las miradas de terror de los jóvenes desapareció como si de humo en el viento se tratara, los muchachos corrieron lo mas rápido posible del lugar asustados por lo que había sucedido.
  Pasando varios días de ese suceso recordaron lo que el anciano había dicho, fueron al lugar y la caja aun estaba en la tierra, retiraron la caja y comenzaron a escarbar, revelando así un pequeño costal con varios centenarios de oro.
  Hasta el día de hoy, los amigos cuentan la historia del día mas terrorífico de sus vidas y del día mas afortunado, y si algo debemos aprender de esto, es de no tomar la primera oportunidad que se presente para obtener lo que se desea, ya que podría ser una trampa.
  Mantente cauto, mantente desconfiado y con un ojo en la espalda, ya que nunca sabes que misterios te pueden deparar en este mundo.