Y por la  tarde  le fluye el río.

Y recuerdo las tablas del suelo allí crujieron
Que la lealtad mantenía encadenados.
Y fuiste leal a mi.
Sabes estúpido.

¿Salvar a los que lo necesitan?
Después de todo, se volverá más joven mañana.
Y cruel, traviesa boca,
Con tu caminata lenta.

Dano pasa no solo por disfrutarnos.
Llenaste de puro resplandor
Presión en la garganta, no te permite respirar.
Y no traigas fruto a Dios.

Por la sangre de infantes y niños.
Conocimiento del Espíritu de lo Santo.
Las ramas secas cayeron débilmente.
¿Cuándo en el este se quemarán los últimos transportes blindados de personal?

Y el mundo será maldito para siempre.
Los miedos declaran la guerra.
Que siempre vivió en sus corazones.
Quiero quedarme allí ahora para siempre...