Mi gato “yuyu”

Érase una vez un gato llamado “yuyu”, de color gris con blanco y su nariz era de color champagne, tenía una “M” en la frente y sus patas delanteras eran rayadas como las de un tigre, era precioso y educado, muy interactivo, todas las mañanas sin falta hacia su maratón por la casa. Le encantaba jugar con los dedos de mis pies y me maullaba pidiendo su comida.

“Yuyu” era un gato muy amistoso, cuando llegaba visita, salía de su escondite casero, para saludar con cariño a los visitantes, le encantaba que lo acariciaran, hacia pequeñas travesuras, pero aun así era adorable, me agradaba que me buscara en cualquier momento.

En un tiempo se desapareció por tres días y me angustié, pensé que se había ido para siempre, pero afortunadamente regresó, lo regañe para que no se perdiera otra vez, pero “yuyu” fue desobediente, siguió desapareciéndose; un día gris llego mal herido en una de sus paticas delanteras con una lesión profunda, trate de curarlo, porque no tenía los recursos económicos para pagarle a un veterinario, ese día “yuyu” se quedó dormido para siempre.

Hoy día lo recuerdo y lo llevo en mi corazón, era un gato muy peculiar, educado y poco común a los gatos callejeros, nunca fue sopón, demostraba respeto en la cocina y el comedor de mi casa.