-_La Última Llamada_-
Microrrelato escrito en pequeño concurso local a modo presencial, con un límite de tiempo de 30 minutos para escribirlo, un límite de 200 palabras y que tuviera que empezar con la frase "El teléfono sonó a las cuatro de la madrugada"...
En este caso os muestro la idea completa que se me ocurrió allí y que sólo pude desarrollar de manera resumida, ya que como podréis observar, esta versión completa que os presento ocupa 383 palabras y excedía de lejos los límites del concurso.
El teléfono sonó a las cuatro de la madrugada y, aunque contenido entre las paredes de aquella pequeña cabaña en medio del bosque, interrumpió el silencio de la cerrada noche.
La lluvia comenzó a precipitarse con fuerza sobre la choza, chapoteando libremente en su tejado; el pequeño tintineo del agua que se filtraba por la gotera golpeando el interior del habitáculo, comenzaba a acompañar al escandaloso sonido del teléfono.
El viento, embravecido, proyectaba a rachas la lluvia sobre las empañadas ventanas y silbando vehementemente, zarandeaba las copas de los frondosos árboles que circundaban amenazantes aquel emplazamiento.
Las aves nocturnas que se guarecían en las ramas más fuertes de los árboles y que observaban el lugar de donde procedía aquel sonido rítmico característico de esa interminable llamada, comenzaron a ulular, sumándose al chapoteo de la lluvia y al sonido de la ventisca.
Los inesperados rayos rasgaron el cielo nocturno, otorgando una tonalidad distinta a la noche mientras jugaban con sus sombras; los truenos se sumaron al concierto que otorgaba la Naturaleza en aquel recóndito pedazo de tierra.
Un rayo cayó vertiginoso sobre uno de los gigantescos árboles, resquebrajando una de sus ramas con un fogonazo y un estrépito.
Aquella rama, aliada en secreto con la fuerza de la gravedad, tomó la trayectoria justa para abalanzarse sobre el tejado y las paredes de aquella construcción, derruyendo parte de su estructura.
El agua y el viento entraban ahora a placer en su interior, intentando apagar la insistente llamada de aquel artilugio.
Una de las aves emprendió el vuelo hacia la descubierta cabaña al mismo tiempo que el viento conseguía precipitar el teléfono desde esa sobria mesa de madera hacia el mojado suelo.
El ave aterrizó muy cerca del descolgado teléfono; el brillo del negro auricular descolgado se reflejaba en su gran pupila; curiosa se fue acercando más, y meneando la cabeza ligeramente hacia un lado y el otro intentando comprender, llegó a colocar uno de sus oídos sobre el callado aparato.
El prolongado y continuo pitido del aparato reverberó en la cabeza del ave antes de reemprender el vuelo ululando.
El repentino cese de la tormenta dejó en evidencia que el teléfono dejó de sonar a las siete de la mañana, con los rayos de sol de un nuevo amanecer acariciando aquel virgen bosque.
Hay imajinate que te suenen el telefono a esa hora jm,, hay a mi ya me ah pasado . y es algo horrible . pero asi es la vida .. y hablando de rayos y tormenta . esao fue esta semana . ufff me partio un arbol en la esquina de mi casa que esta muy cerquita de mi ventana . pero hayque seguir adelante . apesar de todo y esto waw .. si y si es vida real ... sabes . me facino tu post ! .
¡Que buena manera mantener la intriga, felicitaciones por tan brillante escrito! Para serte honesto tengo una leve oposición a la limitación de la expresión (eso del mejor relato en 200 palabras), me parece que coacciona un poco la libertad del escritor y no lo deja volar libremente, es sólo una opinión, aunque entiendo que eran las reglas del concurso. Has llamado mi atención, me gusta la sucesión de eventos, que nos lleva sencillamente a un final abierto en el que sólo podemos imaginar ¿de quién sería esa insistente llamada? Me encantaría conocer tu opinión de algunos de mis escritos, me considero un novato, pero soy muy entusiasta. ¡Feliz tarde día, que se exalte el arte y la expresión!