Crítica de la película La invención de Hugo

“Si alguna vez te has preguntado de dónde vienen tus sueños, echa un vistazo, aquí se fabrican”.

Parece adecuado empezar una crítica sobre esta película con uno de los mejores diálogos que posee, donde muestra de forma concisa uno de los mensajes que busca transmitir la obra maestra que fue catalogada como “una carta de amor” al mundo del cine cuando se estrenó en el año 2011.

El film “La invención de Hugo” nos adentra en el París de 1930, donde influye de manera protagónica la imagen de uno de los grandes pioneros de los efectos especiales en el medio cinematográfico: George Mélies. Envolviendo al público en un ambiente antiguo, haciendo surgir el amor por el cine clásico y todo lo que fue el gran período de invenciones de sus inicios, presentándolo con la magia de la nueva tecnología 3D de la actualidad.

Martin Scorsese es el director de esta pieza, la cual está basada en un libro con el mismo nombre, escrito por Brian Selznick. El actor y director estadounidense nos brinda una propuesta totalmente nueva dentro de lo que era hasta el momento su línea de trabajo (ya hemos sido testigos de éxitos suyos como “Taxi Driver”, “El Aviador” y “La isla siniestra”, que son géneros muy diferentes).

Nos presenta una obra familiar que narra la historia de Mélies (interpretado por el actor Ben Kingsley) sobre su desaparición en el medio cinematográfico y posterior retorno. Aunque claro, novelando los hechos de la vida real y usando como canal de unión de cada acontecimiento al personaje inventado en el libro, de un pequeño huérfano que se escondía tras los muros del terminal de trenes de París, llamado Hugo, el cual es llevado a la pantalla por el joven actor Asa Butterfield.

Butterfield da vida a un niño que ha sufrido la pérdida de todos sus seres amados, pero que jamás ha dejado de lado la esperanza y las ganas de descubrirse a sí mismo.

Para cumplir con la tarea que se propuso su padre antes de morir, se empeña en reparar él mismo un autómata, un pequeño robot que supuestamente puede escribir por sí solo, pero en el proceso se mete en muchos problemas con Mélies, quien es dueño de una juguetería en el terminal de trenes donde Hugo vive y donde se desarrolla casi toda la trama.

Los misterios sobre la vida del gran ilusionista y cineasta quedan resueltos cuando finalmente el autómata es activado y dibuja la portada de una de sus más famosas películas, lo que hace a Hugo y la ahijada de los Mélies, Isabelle, investigar sobre el pasado de su padrino y descubrir todas sus grandes obras, así como la razón de su retiro, para finalmente ayudarlo a hacer un retorno triunfal.

En la ficha técnica del largometraje podemos encontrar a grandes actores y productores del cine, los cuales, gracias a su talento, profesionalismo y creatividad, hicieron juntos una obra maestra que permanecerá en la historia como un regalo de devoción al cine.

La producción fue llevada por el propio Scorsese, Johnny Depp, Graham King y Timothy Headington. El guion, realizado por John Logan, muestra una estructura bastante clara, de una historia que enlaza cada detalle minuciosamente, para a posterior ser presentados en cámara a la perfección, donde resaltan enormemente los planos detalle.

El ambiente, tanto en la escenografía como vestuario completo de cada uno de los integrantes de la historia, te adentra en la Europa de los años 30, mientras que la iluminación se encarga de resaltar los tonos azulados, que resaltan la impresión de frío y antigüedad.

Esta era la primera película hecha por este director con formato 3D y en reiteradas ocasiones comentó que fue un deleite para él poder pasar por ese proceso, algo que sin duda se nota en el resultado del producto.

En todos sus aspectos, La invención de Hugo es una historia muy bien elaborada y que transmite un mensaje conmovedor, el cual deja en la mente y el corazón de todos los espectadores no solo la gran evolución del cine a nivel mundial, sino también la importancia del amor propio y el instinto de superación.

Podemos cerrar ésta crítica, con un diálogo del pequeño Hugo que plasma de manera sublime ese mensaje:

“Imagino que el mundo es un enorme mecanismo. Las máquinas jamás vienen con piezas extras, siempre las hacen con la cantidad precisa. Así que creo que si todo el mundo es una enorme máquina, no puedo ser una parte extra, debo estar aquí por una razón”.

Puntuación personal: 10/10