La cruda realidad que sobrepasa nuestra imaginación

Buenas tardes queridos Steemians, hace unos días compartí con ustedes una publicación donde relataba un hecho de la realidad que superaba por mucho a escenas de las pelícuas de ficción que vemos por televisión, con ese mismo enfoque quisiera contarles sobre algo que para los venezolanos representa un suceso trágico y lamentable, les estoy hablando en esta oportunidad de la llamada ¨Masacre del Junquito¨.

Bajo el contexto de un régimen que se alejó de cualquier principio democrático y al mismo tiempo corrompió las instituciones civiles y militares, además que se ha encargado de ejecutar políticas orientadas a la eliminación de la libertad y a la instauración de un modelo de control total, causando en los habitantes del país pobreza, hambre, enfermedad y muerte. Seguramente al leer estas líneas pensarán que trato de narrar algo parecido de la obra 1984 de George Orwell, se imaginarán que solo estoy tratando de redactar una historia ficticia y no una realidad, pero, como me gustaría que se tratara de eso y no el estado en el que se encuentra mi país: Venezuela.

Dentro de esta oscura situación, surgió desde lo interno de un organismo de seguridad un personaje que encarnaría en su ser el descontento, la indignación, la ética y rebeldía que reposan en muchos de los que hoy forman parte de algún organismo de seguridad del Estado, ese personaje del que les hablo se llama Oscar Pérez, quien aparece en la escena nacional desde un helicóptero alzando una bandera con un mensaje: 350 LIBERTAD.

Hasta ahora, si les dijera que les hablo de una película o un videojuego bélico, estoy muy seguro de que me creerían, pues este tipo de cosa no son muy comunes que digamos. Pero, a veces la ficción supera la realidad y mi país creo que esa frase cobra más fuerza.

Volviendo con el relato, Oscar se hizo presente en varias manifestaciones de la mano con la Resistencia y mediante videos fijaba sus posturas y le hablaba al país, de hecho, los venezolanos por vivir en un país que constantemente pasan cosas fuera de lo normal, hemos perdido la capacidad de sorprendernos y por eso, muchos vieron la participación de Oscar con muchas dudas, mientras que otros si creyeron en su acto de rebelión.

Sus actos demostraron debilidad en el control que ejerce el régimen dentro de las instituciones públicas, por esa razón, al sentirse burlados y en amenaza, iniciaron una campaña de desprestigio y búsqueda hacia su persona, colocando carteles ofreciendo recompensa por él, así como en las películas de vaqueros.

Todo esto parece sacado de un Call of Duty o de una película de Hollywood, y no es todo; esta búsqueda y persecución siguió hasta que pudieron dar con él, por traiciones internas de personas que lo acompañaban en su gesta. El identificar el lugar donde se apostaba Oscar Pérez junto a su equipo, el régimen movilizó, entre varios organismos de seguridad alrededor de 1000 efectivos, un despliegue desproporcional.

Al verse rodeado y vencido, Oscar recurrió a rendirse y negociar una entrega, sin embargo, la orden de la dictadura era de eliminarlo a cualquier costo, lanzando contra la casa donde se encontraban desde granadas hasta disparar lanzacohetes, utilizaron todo tipo de armamento contra ellos, y pese a los esfuerzos de Oscar de difundir su rendición y sus exigencias para negociar, no hubo tregua y el régimen logró acabar con su vida y las de varios de sus compañeros. Violando de esta manera una serie de tratados y convenios internacionales aplicables a estas situaciones.

Con esto, quiero cerrar esta publicación dejando en claro que en primer lugar el propósito de esta publicación es evidenciar y rechazar lo que esta pasando en Venezuela, en segundo lugar para aclarar que jamás podemos subestimar la realidad, porque muchas veces sobrepasa nuestra imaginación, tanto en las cosas buenas como en las malas. Ojalá este tipo de acontecimientos solo pasaran en videojuegos, películas o libros.