Como decía Descartes: «Pienso luego existo».

Es interesante toparme con tus publicaciones cuando vengo de tener experiencias (en mí cotidianidad), las cuales, resultan útiles para aportar algo en los comentarios.

Hoy me encontré frente a un profesor que hablaba sobre la lógica de las cosas, pero lo hacía de una manera muy peculiar. Aclaro no tener nada en contra de quien cree en deidades o lo sobrenatural, para nada. Sin embargo, me opongo a quienes intentan imponer dichas creencias, pasando a ser fanáticos religiosos. Resulta que él pidió en medio de clases que levantaran la mano quienes creían en Dios, quedé asombrado al ver que fui el único que no lo hizo y que, inmediatamente, pase a ser el centro de atención.

El tema es muy largo para contarlo todo. Resaltaré el hecho de que a él le molestó saber que mi visión del mundo raya en el escepticismo tendiendo a ser nihilista, lo que terminó en un debate donde quiso tener la razón de una forma muy errada. Es increíble que personajes como ese adornen su discurso de palabras que hablan sobre el razonamiento y la libertad de escoger en que creer, cuando en realidad, tras un lenguaje enrevesado y adornado de manera muy comedida y condensada, pretenden avasallar al otro con una postura cerrada a opiniones de terceros.

Diré que fue algo molesto hablar con alguien que se comportó como una pared. No sé que tan difícil era para él, aceptar que simplemente la idea de creer en dioses, me aburre, que para mí todo es un absurdo y que, concuerdo con Camus en muchos aspectos de la vida. Por más que intenté comprender su posición, desistí de hacerlo al notar su tono de voz y su recurrente y garrafal error de meter a Dios en cada cosa que decía.

Honestamente, no tengo nada en contra del tipo ni de cualquier otra persona que pueda sentirse ofendida por mi comentario. Me resulta gracioso que la gente hable de la evolución sin conocerla; que hablen de la ciencia sin nisiquiera informarse un poco al respecto; que critiquen sin antes indagar e investigar sobre dicho tema del cual quieren opinar. Todo esto de alguna forma tiene que ver con tu post, ya que, por más que yo pueda decir esto o aquello, no dejó de ser ignorante y eso me invita a jamás dejar de informarme y aprender.

Como puedes haber previsto, para el final de la clase no quedó de otra que hacer como si nada pasó y respirar. Sin embargo, él continuó insistiendo y queriendo hacer de mi opinión objeto de burla; me enfoqué en ignorar y no perder mi tiempo.

Seguro se repita, mas no daré mi brazo a torcer cuando quien me exige bases y fundamentos, pretende dar por concluido el debate con un: no lo acepto. Ojalá la vida fuera así de fácil y pudiésemos desechar las cosas sin más, dejar de lado teorías, ensayos, experimentos, avances, pensamientos filosóficos, entre otras cosas... Opino que la ignorancia reside en quien no ve más allá del pensamiento en cual yace sumergido.

Un gusto leerte querida inspiración. Siento mucho drenar esto por acá, a pesar de que ya lo he hecho como tres veces el día de hoy XD.

Saludos!!!