Alrededor del mundo personas de todas las edades están aprendiendo a hablar inglés, algunos porque es un requisito en su colegio o universidad, es parte del currículo, otros porque desean viajar o incluso mudarse a otros país. Algunos lo necesitan para poder desenvolverse mejor en comunidades digitales, en el mundo de los negocios o simplemente es necesario para su trabajo.

     Estamos también los que nos sentimos completamente apasionados por el idioma y simplemente no queremos dejar de aprenderlo, ya el inglés es una parte importante de lo que somos y no queremos dejarlo a un lado.

     En cuanto a la forma de aprender algunos prefieren cursos en academias, otros vía online y hay muchos autodidactas también. Los métodos de enseñanza varían de una academia a otra, algunas utilizan el enfoque comunicativo funcional, otras de traducciones, pero por lo general muchas utilizan el típico enfoque gramatical, explicando formulas y el uso del “do” or “does”, verbo “to be”, entre otros tópicos que son estudiados exclusivamente desde un enfoque estructuralista. Se adquiere conocimiento importante que nos permiten evitar equivocaciones básicas, sin embargo, una concentración total en gramática, evita que los estudiantes obtengan el tipo de entrada de lenguaje natural que se necesita para utilizar el idioma en una comunicación real, es decir se pierde el sentido de comunicar ya que en vez de intentar transmitir un mensaje se está tratando de formar un oración que aunque gramaticalmente sea correcta puede estar descontextualizada. Es por esto que tener un espacio donde te veas estimulado a pensar, hablar y escribir en inglés de forma natural (sin tener un texto para guiarte, o un dialogo previamente memorizado) es de suma importancia para poder aprenderlo.