La vida de Emily cambió, cuando su abusivo ex-esposo falleció, su vida era mucho mejor, más alegre, más activa y más tranquila, comenzó a pintar y a leer de nuevo. No logro recuperar todos los viejos amigos que había perdido por culpa de los celos y amenazas de Rogelio pero conoció a personas nuevas e hizo buena amistades. Sus hijos también parecían estar mucho mejor sin la presencia de su violento padre. La paz reinaba en su hogar. Poco a poco los recuerdos de los años de maltrato y acoso de Rogelio se iban desvaneciendo, Emily estaba enfocada en sus metas. Los niños en sus hobbies y estudios, Carlos de 12 años practicaba fútbol, era excelente jugador, mientras que Julio de seis, disfrutaba de sus clases de karate.

     Todo parecía marchar bien, ya no tenía que preocuparse por la locura de Rogelio o por lo menos eso creía Emily hasta que comenzó a salir con hombre llamado Jorge y algunas cosas extrañas comenzaron a suceder en su hogar, lo primero fue ver su cama llena de pétalos de rosas blancas, al verlas se asustó mucho, ya que Rogelio cuando estaba vivo le compraba rosas blancas en forma de disculpa luego de haberla golpeado o de haber lastimado alguno de los niños, la última vez que le compró rosas, las esparció en la cama y violó a Emily. Ver los pétalos era revivir todo de nuevo, Emily preguntó a sus hijos pero ninguno había traído rosas blancas a la casa. Jorge no tenía acceso a la casa, todavía no tenía esa confianza por lo que no pudo ser él. En la noche se empezaron a escuchar sonidos raros, como si movieran muebles de un lado a otro, Emily se despertaba una y otra vez e iba a ver a sus pequeños, pero ellos siempre dormían tranquilamente

     Una vez al acostarse, le pareció escuchar pasos cerca de ella, al preguntar si había alguien allí escuchó claramente como si le pidieran callar: “Shsss”. Al prender la luz no había nadie allí.

     Emily comenzó a sufrir de insomnio a causa de los extraños sonidos, la ansiedad y el miedo empezaba a ocupar un lugar en su noches, cada vez que se acostaba a dormir tenía la sensación de estar siendo vigilada, como si no estuviera sola del todo, alguien estaba allí acechándola pero ella no podía explicar quien ni cómo, solo sentía la extraña sensación de que algo malévolo la acompañaba durante la noche.

     Emily lo acompañó hasta la sala y como ella esperaba no había nadie allí. “Estaba aquí mamá, de verdad” insistía Julio, pero la insistencia del niño no era lo único que le infundía miedo sino además el hecho de que se percibía un fuerte olor a perfume de hombre, el mismo perfume que usaba Rogelio en vida, Emily le repitió a Julio que fue solo un sueño pero se siente extraña, Julio nunca habla de su papá, apenas lo recuerda, si es que lo recuerda, tenía solo dos años y medio cuando su ex falleció.

     Luego de eso, llamó a su mamá quien a pesar de mostrarse incrédula le recomendó orar mucho y “hablarle a Rogelio” pidiéndole que se marche, que ya es libre de irse. Luego de hablar con su madre, Emily conversó con una de sus amigas y le contó todo lo ocurrido, para su sorpresa la amiga le creyó todo lo que le contó y no mostró asombro alguno, “eso sucede más de lo que te imaginas, algunas personas no son tan fácilmente de sacar de este mundo” le comentó la amiga y luego le recomendó ir en busca de un ·”vacunador” y un “sellador” en el mercado, una persona que se encarga de sacar a los espíritus rebeldes y luego otra que “sella” tu casa para que no vuelva a ser visitada nuevamente. Emily rezó mucho esa noche y durmió con los niños, escuchó ruidos durante toda la noche pero está vez, sus hijos también podían escucharlos. A la mañana siguiente, después de dejar los niños en la escuela, investigó y preguntó sobre “selladores” y “vacunadores” pero solo causo risas o incomodidad en las personas, nadie sabía de lo que hablaba. Emily buscó a los niños de la escuela y los llevo a sus actividades fútbol y karate de una vez, por lo que tuvieron que esperar un rato antes de comenzar y luego de que culminaron daba vueltas con ellos de un lugar a otro para no ir a su casa, almorzaron y cenaron afuera, pero más tarde ya no sabía a dónde ir y tuvo que volver a su hogar con sus hijos.

     Apenas entró percibió el olor fuerte a perfume, sintió pavor, comenzó a preparar un postre y sentía que le movían los utensilios de lugar, colocaba el azucarero en un lugar y este aparecía en otro. Los niños no querían estar solos en sus cuartos porque decían que escuchaban cosas extrañas y les daba mucho frío. Pero la cocina también se estaba poniendo bastante fría a pesar de no tener ningún tipo de ventilación. De pronto recordó lo que le dijo su mamá acerca de despedirse de Rogelio, entonces comenzó a hablarle como si estuviese allí: “Rogelio, ya está bueno, es hora de partir, es hora de que me dejes” - Emily no pudo seguir hablando, parecía que sus palabras solo sirvieron para enojarlo, pronto comenzó a sentir como algo la ahorcaba, era como una fuerza invisible, al principio intentó mantener la calma por los niños, fingiendo que no ocurría nada pero cuando sintió que la apretaban con más fuerza no puedo disimular más, sus dos ojos se abrieron de par en par y mientras con sus manos rasguñaban su cuello intentando liberarse. Los niños comenzaron a gritar y a llorar mirando a su madre. Luego escucharon extraños murmullos, voltearon y vieron a dos extraños hombres detrás de ellos, todo quedo a oscuras y solo se escucho un fuerte golpe, era Emily cayendo al suelo, cuando todo se iluminó de nuevo, uno de los hombres corrió a ver a Emily que apenas reaccionaba, los niños corrieron y abrazaron a su madre. El otro hombre se fue detrás de una sombra negra que se metió en la habitación de los niños.

     Lamentamos haberte ignorado en el mercado esta mañana, pero lo que hacemos no es algo que debamos pregonar… – le sonrió a Emily el extraño hombre y luego se fue a la habitación, Emily no podía entender lo que ocurría, solo se abrazaba a sus hijos, mientras platos y vajillas se rompían de la nada. Después de “vacunar” y “sellar” la casa, ni Emily ni los niños volvieron a sentir algo extraño en la casa, pero jamás olvidaron lo ocurrido y siempre temen el regreso de… Rogelio.