No hay nada mejor que compartir, en familia, y tener un pasatiempo en común, en mi familia a pesar de que cada uno tiene sus propios gustos, ocupaciones, motivaciones e intereses, existen algunos gustos que nos une a todos. Uno de ellos es este programa colombiano. Mi cuñado por ejemplo juega softball y yo definitivamente no puedo hablar con él sobre ese deporte o sobre ningún otro porque no tengo ni idea de que se trata. Pero siempre podemos conversar sobre el desafío y no solo con él, aunque ya no vemos el programa todos juntos como antes, (yo lo veo con mi hijo, mi hermana con su esposo e hijas, mi hermanos con su esposa e hijos, y así cada quien por su lado) ya es casi obligatorio que cuando nos vemos, conversemos del desafío, cada uno dando su opinión del capítulo y haciendo pronósticos del próximo participante que será eliminado.

     Hasta los más pequeños de la casa forman parte de este hábito, mi hijo de seis años, juntos a sus sobrinitos de su misma edad, se divierten recreando en su mente el escenario del desafío, diseñan obstáculos y se ponen a competir entre ellos, cada uno escoge una región colombiana para representar en su juego. Se les oye gritar: “desafiantes” o “yo soy cafetera”. O se ponen a saltar y “hacer ejercicio”.

     Jamás me ha gustado que los niños jueguen a policía y ladrones, o juegos violentos cuyo objetivo es el de matar a una persona, por lo que me parece genial que se entretengan en estos juegos sanos que consisten en encestar una pelota desde una distancia determinada, armar rompecabezas en poco tiempo, correr más rápido, mantener el equilibrio, entre otros que los ayudan a desarrollarse físicamente y mentalmente.