La celebración de la Navidad sería prohibida legalmente en la colonia de Massachusetts durante 22 años, entre 1659 y 1681, pero serían necesarios muchos años más para que fuesen celebradas abiertamente como un día de descanso y encuentro familiar. En realidad, no sería hasta mediados del Siglo XIX, en que la Navidad se pondría de moda en la ciudad de Boston.

Con la llegada de los primeros Peregrinos, padres fundadores del territorio que hoy en día se conoce bajo el nombre de Estados Unidos, en 1620 a bordo del buque Mayflower huyendo de la persecución e intolerancia religiosa de la que eran víctimas en su natal Inglaterra; llevarían con ellos un sencillo y estricto estilo de vida amparado bajo un rígido código de leyes, además de sus creencias religiosas que incluían un gran desprecio por la Navidad, a pesar de que esta se celebraba ampliamente en el resto de Europa como fiesta cristiana que marcaba el nacimiento de Jesús.

Los puritanos veían la Navidad como un falso día de fiesta, mas vinculado al paganismo que al cristianismo, basta recordar que este día no sería instituido como fecha del nacimiento de Cristo sino hasta varios siglos después de su muerte. Como cristianos piadosos y reservados, tenían una fuerte aversión a la bebida y a los bailes asociados con los días de fiesta.

A medida que los asentamientos en Nueva Inglaterra y particularmente en la bahía de Massachusetts crecían, las tensiones entre los pobladores también aumentaban, especialmente entre los puritanos y los presbiterianos que recién llegaban. En 1659, la prohibición se haría oficial.

Con anterioridad, los gobernantes puritanos ingleses en 1647 con el político y militar Oliver Cromwell a la cabeza, quien instaurara en la isla una república bajo la denominación de Mancomunidad de Inglaterra; prohibirían la celebración de la Navidad. El pueblo se rebelaría contra esta ley, realizando varios motines hasta tomar ciudades importantes como Canterbury, donde decoraban las puertas de las casas con pancartas y escritos que hablaban de la santidad de la fiesta. La restitución de la monarquía inglesa en 1660, pondría fin a esta absurda prohibición.

En Nueva Inglaterra, el Tribunal General de la Colonia prohibiría las celebraciones navideñas y otros días de fiesta, al mismo tiempo que prohibiría los juegos de azar y otros comportamientos que en su opinión, atentaran contra la moral y las buenas costumbres. El Tribunal dispuso una multa de cinco chelines a quienes fuesen encontrados festejando o celebrando la fecha de forma pagana.

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