El año pasado hice un especial de Halloween y es que en mi opinión, cuando nos volvemos adultos los monstruos se convierten en realidad, podemos palparlos, sabemos que están allí y que si luchamos con ellos a diario en algún punto se irán; o bueno es lo que a mí me gusta creer.

Cada uno tiene sus propios monstruos con los que lucha a diario, nadie más lo sabe porque a nadie le gusta hablar de sus monstruos, así que vivimos en una sociedad donde los miedos son tabú y todo el mundo vive una vida aparentemente normal.

Precisamente por eso es que amo esta fecha, porque es la única época del año donde se acepta el miedo. En esta fecha está bien aceptar que los monstruos, brujas, y cuanta cosa rara se nos pueda ocurrir, hagan travesuras y nosotros podemos temerle.

Estaré toda semana haciendo el especial de Halloween y demostrando que los monstruos sí existen.

El miedo es una emoción básica y muy primitiva, que aunque muchos dicen que es parte de la cultura, desde el punto de vista psicológico vemos que es parte innata del ser humano. El miedo es instintivo, y todos sufrimos de miedo, es la respuesta a ciertos estímulos que nos ponen alerta ante una situación de peligro.

El miedo es una emoción desagradable y pasiva, ya que esta nos hace sentir mal y de paso nos hace huir de aquella situación que nos enciende las alarmas por temor.

Es un error creer que el miedo es una emoción negativa, si bien es desagradable, hay que reconocer que el miedo es nuestro instinto más puro de sobrevivencia. Sentir miedo siempre es positivo, sea cual sea la razón, porque no solo puede salvarte, porque te hace huir de un entorno que tu mente no reconoce como seguro, también te ayuda a ver todo aquello que va mal tanto interna como externamente.

Se han llegado a preguntar ¿por qué todos sentimos miedo? Pues porque somos humanos, el miedo es una respuesta en función de nuestros patrones mentales.

Cuando te paraliza, cuando es tanto el temor que te impide hacer cosas cotidianas, o salvarte de eso a lo que le temes, cuando es tanto el miedo que se convierte en pánico y te obliga a quedarte inmóvil, sin hacer nada para solucionar el problema o situación que tienes ante ti. Cuando el miedo te paraliza, debes entender que es el momento preciso para buscar ayuda profesional.

Sé que anteriormente les acabo de decir que la huida es una acción involuntaria que se manifiesta como respuesta al miedo en sí. Pero vamos, somos pensantes y puede que huyamos una vez y hasta dos, pero… ¿vamos a pasar la vida entera huyendo? No podemos, ¿cierto? Entonces el primer paso es dejar de huir, no sigas huyendo de la situación porque sabes perfectamente que aunque mucho huyas, en algún momento la situación te alcanzará y tendrás que afrontarla.

El hecho de negar tus miedos no va a hacer que desaparezcan. Aunque no lo aceptes tienes ciertos miedos y para superarlos es primordial aceptarlos. No queda otro camino. No digo que publiques tus miedos en primera página del periódico nacional, pero si es importante que los aceptes, con que lo hagas con sinceridad y de manera consiente bastará, es decir, con que sepas y aceptes por ejemplo que le tienes miedo a la soledad, basta, que sientes un miedo horrible a quedarte solo el resto de la vida, solamente saber que está allí ese miedo y no intentar negarlo.

Yo solía crearme historias para justificar mis miedos, pero solo eran excusas, eso también es una manera de negarlos.

Si te pones a luchar en contra de tus miedos solo perderás fuerzas y energía, harás el camino más complicado, porque no es como que lucharas contra otra persona, ¡NO! Recuerda que los miedos están dentro de ti y que al luchar lo haces contra ti mismo, así que simplemente deja de luchar contra ellos y comienza a fluir. El miedo no es tu enemigo, el miedo te alerta y te hace ver ciertas cosas internas que no conoces.

Mi consejo más personal es que te hagas amigo de tus miedos, porque el miedo representa crecimiento. Una vez que hayas aceptado el miedo permítete a ti mismo sentirlo, siéntelo y analízalo. Una vez que lo hayas sentido pregúntate ¿por qué sientes ese miedo? ¿Qué te ha llevado a temerle a esa situación o cosa determinada? ¿Qué ha ocurrido?

Una vez que te vayas familiarizando con el miedo, podrás entenderlo y así afrontarlo, que en sí es uno de los pasos más importantes. Cuando te permites afrontar tus miedos te estás dando la oportunidad de crecer y de serle fiel a uno de los lados más humanos que tienes. Afrontar tu miedo consiste en hacer eso que te da tanto temor, en intentarlo, en estar cara a cara con él y saber que eres lo suficientemente valiente para estar allí.

No te sientas débil por pedir ayuda, si ves que definitivamente no puedes tú solo con el miedo y que éste te paraliza, pues busca la ayuda de un profesional, ellos están capacitados para ayudarte a superar cualquier cosa. También es de valientes reconocer que no puedes solo y pedir ayuda nunca está de más.

Queridos lectores, espero que les haya gustado esta entrada, no saben lo feliz que me siento por este especial. Si tienen un aporte a mi artículo, siéntanse en la libertad de dejarlo en los comentarios, me encanta leerlos.