Soy una persona indecisa, tardo horas en elegir qué prenda me pondré. En un restaurante me cuesta decidir lo que comeré. No tengo un estilo musical definido, podría decir que me gustan todos los géneros. Mis amistades son de personalidades diferentes y no sabría decir con quién la paso mejor, porque me divierto un montón con todos.

Si me pusieran a elegir un color tardaría innumerables horas porque me parecen hermosos todos ellos. De parejas ni hablar, no me decido entre Pablo y Tobías. No me mal interpretes lo que pasa es que ambos son tan diferentes y cada diferencia me gusta mucho. No estoy enamorada, de eso estoy segura (eso creo), porque de ser así ya mi propio corazón se habría decidido.

Mi tía Ernestina siempre me ayudaba a decidir, me daba muy buenos consejos y guiaba mis pasos con firmeza y confianza. La extraño demasiado, se convirtió en estrella hace ya casi un año. Sé que es una estrella ahora porque cada vez que recibo un gran regalo, ella brilla en el cielo con un inmenso destello.

Hace poco logré cumplir uno de mis sueños, anhelaba comprar una casa pero no me decidía con la ubicación. Me gustan las montañas, pero también los valles y amo los lugares cercanos a lagos o al mar, y además quería tener una hermosa vista desde mi patio.

Una tarde recibí una postal sin remitente que tenía un mensaje muy curioso, decía más o menos así: “Tu hogar espera por ti, tiene todo lo que te gusta” y anexo al escrito estaba una dirección y un número telefónico. Inmediatamente llamé y para mi sorpresa el número y la dirección eran de una hermosa casa que estaba en venta.

Como imaginarán compre la casa y ahora vivo feliz en ella. Tiene todo lo que quiero y está ubicada en el mejor lugar del mundo, cerca de montañas, valles y lagos. Lo mejor de todo es la increíble vista que tengo desde mi patio.