Las casas de las ciudades tradicionales de América cuentan con espacios emblemáticos. Las ventanas son de los más importantes, atractivos y significativos, en mi visión. Seguramente muchos de los que visiten este modesto post habrán estado parados frente o detrás de algunas de ellas, y sabrán apreciar el valor de su presencia. Hace unos años me dediqué a fotografiar, entre otras cosas, ventanas de la zona tradicional de Cumaná (considerada la primera ciudad de tierra firme del continente americano fundada por los conquistadores y colonizadores españoles), la ciudad donde vivo, y que vive en mí. Elaboradas de maderas nobles por artesanos y carpinteros que ponían en ellas su arte decorativo, quizás nutrido de herencia española, árabe o de otras procedencias; con sus postigos (¡que palabra tan bella de nuestro español!); con sus hermosas rejas de madera o hierro, más por sentido ornamental que por seguridad; también con su inevitable decadencia y su impávida memoria.

Les dejo a continuación solo tres, captadas en la zona más antigua de Cumaná, el llamado "Barrio San Francisco", de gran arraigo en mi vida, pues en él nací y viví. Las acompaño con fragmentos de un poema publicado en mi libro Breviario de sombras titulado "Ventana".