Las apariencias engañan o Chimuela, la mosquita muerta
Saludos a todos
Finalmente publicando via #Steempress. Me disculpan algunos detalles de markdown, las etiquetas y las imagenes. No me familiarizo aún con este nuevo menú o con los detalles para sincronizar las publicaciones. Mi agradecimiento a @hildemaro por su paciente y amable apoyo.
No dejes que esos ojos encantadores te engañen. Detras de esa carita indigente yace una personalidad agresiva, dominante, y maquinadora que está haciendo que otras gatas y humanas consideren una conspiración asesina seriamente.
Después de muchos años rogando por una mascota, mis hijas se hicieron de una gata. La decisión había sido postergada porque ellas no mostraban tener "vocación" para cuidar alguna criatura viviente (no lo hicieron muy bien con Pancha, la tortuga, quien de alguna manera no cuenta para ellas como mascota dada la poca-léase nada—capacidad de las tortugas para expresar sentimientos o interactuar socialmente).
Antes de que hubiera una Chimuela hubo una Clementina. Fue oficialmente la primera mascota de mis hijas después que dejaron que Pancha se perdiera (probablemente robada). Clemen era una gata encantadora pero con poco tino para escoger pareja. Como la mayoría de las adolescentes, se antojó del peor gato del vecindario y estaba volviendo locos a todos con sus ruidosas y escandalosas escapadas. Tuvieron la suerte de poder esterilizarla a tiempo.
Luego vino Rosy. No se pudieron resistir a sus ojos azules y decidieron adoptarla también. La esterilizarían y se ahorrarían la horrible experiencia que Clementina les había enseñado. ¿Cierto?
Falso.
Rosy resultó ser aun más precoz en asuntos sexuales y antes que pudieran parpadear ya tenía gatitos en la panza.
Y así fue como esta cosita apareció.
Chimuela es la prueba fehaciente de que los gatos tienen varias vidas (no voy a entrar en discusión sobre el número exacto. Solo sé que pueden sobrevivir imposibles encuentros con la muerte). Este pequeño diablillo usó su primera vida para sobrevivir la camada. Sus hermanos murieron durante las primeras semanas.
La sigilosa Chimuela, "la gatica que vivió," fue obviamente consentida más allá de lo que pudo merecer. Pero, al poco tiempo, hasta su madre se dio cuenta que tenían que hacer algo al respecto. Chimuela se convirtió en la dueña de la casa; sentía que podía zarandear a todo el mundo, incluyendo a las humanas de la casa, a las que mordía inmisericorde a su antojo.
Rosy no se cree ninguna de sus supuestas monadas. Hablando de puestas, así es como mis hijas y su mamá empezaron a desarrollar cierta animosidad contra ella. Chimuela mostraba un desprecio total por los rituales escatológicos instintivos de los gatos. A ella le importaba poco si le ponían una cajita con arena o le ofrecían un jardín con tierra. Una cama, preferiblemente una con sábanas limpias, era su lugar favorito para ponerla. Rosy y Clementina empezaron a resentirla porque más de una vez pagaron por la irreverencia de Chimuela.
Al diablo con los instintos maternales!
Y así fue como Chimuela usó su segunda vida. Una tarde, después de perdonar sin olvidar incontables mordidas, vómitos, camas y almohadas cagadas, y tropezones (supuestamente causados intencionalmente por la susodicha), mi hija, Vivian llegó a casa del liceo, cansada y hambrienta solo para ver a Chimuela, quien aparentemente quería que mi hija la viera hacerlo, ¡montarse en la mesa y robarse su comida!
Esa fue la gota que derramó el vaso. Mi hija, después de perseguirla alrededor de la casa, agarró a la malhechora y la lanzó por encima de la pared del patio.
Segundos más tarde, se arrepentiría de su impulso criminal. Stand y Doche estaba justo en la zona y acorralaron a la pobre criatura.
Pueden ver a Stan aquí, elegante macho alfa, y mata-gatos certificado, como un indeseado intruso arruinando una foto familiar.
Y aquí está Doche, la campeona asesina de gatos de la urbanización. Yo tengo que darle galletas cada vez que visito a mis hijas o no me deja pasar. Engaña esa sonrisa bobalicona, ¿verdad?
Para el momento que mi hija dio la vuelta a la casa para rescatar a Chimuela de las fauces de la muerte era demasiado tarde. Ambos perros había hecho de las suyas. La mordieron sin piedad e incluso le arrancaron parte de la cola. Pueden imaginarse la consternación de mi hija. La mutilada bola de pelos fue dejada por muerta.
Una vez más, se convirtió en el objeto de adoración y preocupación de todo el mundo. Todos los cuidados, atenciones y amor inexplicablemente tanto por humanas como por gatas de la casa le fueron prodigados a esta fuente inagotable de mortificaciones. Y unos dias despues, ahí estaba ella, como si nada. Sanó tan bien que la cola le creció. No exagero. Si la miran no podrían imaginar que en algun momento dos perros rabiosos le masticaron la cola hasta arrancarla y la apuñalearon con dientes inmensos.
¿Cómo agradeció ella a mis hijas y a Clementina y Rosy por todo su amor? Robando más comida, rompiendo cosas, mordiendo y haciendo tropezar y cagándose por todas partes.
Chimuela en acción
Y así llegamos a esto.
Rosy y Clemen conspirando para deshacerse de la endiablada Chimuela. Se lo que están pensando. Esa primera foto. ¿Cómo puede ella ser...
Ya saben lo que dicen de los gatos, "como los políticos y el lobo de la caperucita, lo único que le preocupa a los gatos es cómo “engañarte” mejor la próxima vez."
Este post fue elegido para ser votado por THEUNION en colaboración con steempress
Gracias por el apoyo, @theunion
Muchas gracias, @mosqueteros. Un gusto tenerlos por acá.
wao, que historia... me impresionó lo que hicieron los perros... Sinceramente soy más de tener perros que gatos, los gatos son algo misteriosos. Cuando vivia con mis padres (en una casa) tuve muchas mascotas, pero nunca un gato.
Ahora vivo en apartamento y no nos gusta tener animales en apartamentos porque sería triste... así que mi hija mayor estaba desesperada por una mascota, quería aves pero le dimos opción de peces y dijo que eran aburridos, que no hacian nada emocionante... jajaja
Hahaha. Tengo que mostrarle a tu hija un video de un pecesito que nadaba al revés.
Siempre es un reto tener mascotas, por "sencillas" que sean. Y no te culpo por no querer tener en un apartamento. El reto se multiplica por el numero de paredes, piso y techo compartidos.