Infames Crónicas de híbridos equinos.

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Saludos a todos

Esta es mi participación para el #freewrite ejercicio de escritura en cinco minutos organizado por @latino.romano y @mariannewest. Ver detalles aquí.

Creci en un pueblo donde los burros, al igual que otras bestias de carga, eran el principal medio de transporte en muchas zonas. Crecí viendo a burros y mulas hacer lo suyo, patear a la gente en el pecho (y hasta en zonas más dolorosas), o hacer actos heroicos en ríos pedregosos crecidos. Pero ningún burro fue tan memorable como el burro de la canción de Noel Petro.

Los burros no duran tanto, quizás 30 años a lo sumo, pero el burro de esa canción parecía tener 100 años. Mi abuela tenía recuerdos de la infancia de esa canción. Nadie sabía que tan vieja era. Algunos decía que se remontaba a una época en que no había ni radio ni discos de acetato.

Había por lo menos tres vecinos que tenían grandes toca discos que parecían ataúdes y con suficiente volumen como para obligarnos a escuchar su selección musical aunque no quisiéramos. A todos les encantaba la música de Petro y música similar y terminé odiándola de tanto escucharla. Era un niño atrapado en un pueblo retrógrado escuchando música de viejos mientras que otros chicos escuchaban cosas de moda.

[Fin de los cinco minutos]

Pero no fue solo por esta música tan particular que no me la llevo bien con los burros. Fue un burro quien arruinó las vacaciones de mi mama después de unos 20 años de espera. Ella no había visitado en todo ese tiempo a sus parientes que vivían en los campos que rodeaban el pueblo y cuando decidimos pasar por lo menos una semana en Los Marines, me tocó montar un burro terco que se rehusaba a cruzar el río (y había una docena de posos de río). Terminó lanzándome de cabeza en un charco en el último paso de río, haciendo que nos regresáramos al pueblo para que me atendieran.

También fue un burro el que convirtió mis vigilias al cacao de mi papá en una pesadilla.

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El cacao, después de cosechado, se debe poner a curtir en sacos por varios días hasta que merme la baba que constituye la mitad de su peso. Luego, se debe secar bajo el sol por al menos tres días.

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Cuidar del cacao de mi papá fue mi trabajo por algún tiempo, pero estaba este burro de un vecino (quien, ahora que lo pienso, tenía como 100 años) y no importaba las veces que lo espantara, regresaba, me tomaba por sorpresa y se comía parte del cacao. Mi papá me regañaba por culpa del condenado burro. Nos quejábamos con el dueño, exigiéndole que mantuviera a su animal amarrado, pero a él importaba poco. Eso hasta que mi papa, que era para entonces guardia nacional retirado y no inspiraba tanto respeto como cuando andaba uniformado, mandó a meter preso al burro. Cuando el viejo fue al comando a reclamar su burro, lo metieron preso también.

_{Fuente: El Carupanero Periódico digital}

Y el idiota de Petro cantando sobre lo bueno que sería ser un burro, solo por el gran… corazón.

Aquí los dejo con el burro infame de Noel Petro

Letra
De todos los animales quisiera ser el burro,
aunque a la gente parezca mi gusto un poquitico absurdo,
por carga que me pusieran de todos modos gozaría,
porque un burro bien armado de buenas patas pide la vía,

CORO:
El burro será maluco, el burro será orejón,
el burro será cascón, el burro será… ¡burro (Rebuzna) el burro será muy bruto, el burro será dientón,
el burro será chiquito pero,
tiene grande su corazón.

II
Porque me dijeran burro a mí eso no me chocaría,
siendo el amo de las burras muy orgulloso me sentía,
si me sobriaban de noche alegre esperaría el día,
para acariciar las burras por nadie yo me cambiaría

CORO:

Gracias por tu visita

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