Crónica Urbana

in #steempress6 years ago (edited)


Aunque ataviada con un tipo de ropa juvenil: jeans y franela y un paso rápido para dirigirse al mostrador de la tienda, no podría decirse que lo fuera, su ancianidad era algo que se mostraba descaradamente; cabellos grises y maltratados se esforzaban por salir de la frágil peineta que los recogía en un apresurado y descuidado moño. Tenía en una bolsa plástica una botella con la etiqueta bien visible donde podía leerse: “cloro jabonoso”.

-¿cuánto le habrá costado el cloro?, dijo a su acompañante una mujer que se sentaba cerca.

De repente la frágil figura de la anciana se apuró a sacar el recipiente, lo destapó y se tomó varios tragos.

-¡ah! Es solo agua, se apresuró a comentar otra.



Nadie anticipó ni en sus pesadillas borgianas que podría convertirse con el tiempo en una representación de lo grotesco. Que todas sus anticipaciones devinieran en lo risible, sin ser para nada gracioso. Que su presencia pasaría a ser caricatura en un país de comiquita, donde gente come gente al estilo zombie.


Cuando no se tiene otro oficio sino esperar: inertes, saturados de hastío y desesperanza, poco sorprende la nueva cotidianidad. Ojos fisgones surgen de la nada para revisar indecentes las bolsas ajenas; preguntan, sin recordar que antes eso era una intromisión, ostentan la indecencia con orgullo y entran al ataque.

-¿Cuánto le costó ese pan?

Ahora la desvergüenza campea y despunta como el antivalor más elevado. Surgen negociaciones absurdas, trueques incomprensibles, lo que una vez fue chatarra ahora es un artículo flamante y novedoso que se alquila o se vende al precio de algo que una vez llamaron gallinas gordas.

Una lavadora vieja destartalada a la que le faltan pedazos y a pesar de su uso huele mal, es llevada en una moto para ofrecerla en alquiler, de ese oficio sobrevive su dueño. La competencia ofrece dos por una, una que solo lava y la otra que solo seca y cree que el beneficio es mayor por lo que aumenta el precio.

Lo que antes se tiraba a la basura porque su fecha de caducidad había llegado, ahora es reusable y hasta recomendable. Somos los reyes del reciclaje y la reconstrucción. ¡Qué viva!


La anciana vuelve a su puesto mientras espera y saca ahora un frasco de vidrio, tan de moda hoy en día, lleno de un brebaje negro que pudiera ser café. Pudiera ser porque los catadores de esta bebida saben que cada día surge un producto nuevo que intenta parecerse al preciado líquido, pero que el sabor a palo y quinchoncho es inconfundible. La señora se toma parte de su contenido y vuelve a colocar el frasco con cuidado en la bolsa de tela, carga su pertrecho para enfrentar su día de adulto mayor.

Un televisor grande en el negocio obliga a mostrar los cuellos flácidos y llenos de culebritas y todos tragamos grueso. “Los adultos mayores tienen el peso de Venezuela en la espalda, están obligados a sacarla adelante” escucharmos de alguien que parece ser un sindicalista y cuya intención es ayudar, y no podemos evitar recordar aquella película mejicana de Tin Tan “No me defiendas compadre”

Imágenes en:






https://wordpress.org/plugins/steempress/https://charjaim.timeets.com/2018/09/07/cronica-urbana/

Sort:  

La miseria es algo que degrada y roba la dignidad. Vendemos lo poco que nos queda para no morir en el intento por vivir un día mas, en una sociedad que se desintegra. Triste y real relato de una cotidianidad que como tu dices "saturados de hastió"

Coin Marketplace

STEEM 0.20
TRX 0.15
JST 0.030
BTC 65185.94
ETH 2630.94
USDT 1.00
SBD 2.83