La Sonrisa de Sofía... el final. Capítulo III
Una Historia de Amor marcada por la Tragedia
Capitulo III
Transcurridas dos horas, llegan al hospital el padre de Sofía acompañado de su hijo mayor. Ambos estaban muy alterados por la noticia, de inmediato abraza a su esposa y un par de lágrimas se hacen testigos de la tristeza y desesperación de esta familia. La señora dice que el estado de su hija es grave y que los médicos han solicitado hacerle unos estudios a él con la esperanza de que su sangre sea compatible. Aquel hombre comienza a temblar de preocupación y corre en busca de un doctor para la realización del examen; las enfermeras toman la muestra y media hora después, el resultado arroja un porcentaje muy alto de incompatibilidad sanguínea. Uno de los cirujanos se acerca a la sala de espera y le dice a la mamá de Sofía que desafortunadamente han agotado todos sus intentos en salvar la vida de su hija. Ella enmudece por un segundo, luego da gritos diciendo que su niña no puede morir y pregunta por qué la sangre de su esposo no funciona si se trata del padre biológico; El médico responde que esos casos a veces ocurren y existía esa posibilidad en estas circunstancias.
Paula presencia en silencio todo lo que está sucediendo y sin poder resistir más el dolor, sale del hospital con lágrimas en los ojos buscando cualquier cosa que la ayude a tranquilizar la angustia que siente.
El padre de Paula estaba sentado conversando con su secretaria; de repente Paula aun caminando lo mira y descubre que la secretaria de toda la vida de su papá, es nada menos que la madre de Sofía. Ella impresionada por semejante coincidencia, saluda con temor, ellos responden calurosamente y su padre pregunta por qué esta allí. Sonríe y contesta que la hija de su secretaria es también su compañera de clases. El señor coloca una mirada pensativa por un momento y dice riendo que el mundo no es tan grande como lo imaginaba. Todos ríen por el comentario e intentan cambiar el dolor por un poco de alegría; Paula toma asiento y al colocar la mano sobre una superficie filosa, recibe una herida sangrante. El padre en seguida le dice que vaya al departamento de enfermería para parar el sangrado, ella dice que no es tan grave pero él insiste y la acompaña velozmente. La enfermera de guardia comienza a limpiar la herida mientras que el papá de Paula habla acerca de la fortaleza de su hija. Dice que ella heredó lo valiente de su madre y que se parece tanto a ella que hasta tiene su mismo tipo de sangre.
Con toda la rapidez posible, la enfermera extrae una muestra y la envía al laboratorio para realizar el análisis de rigor. Veinte minutos más tarde, le informan a todos en la sala de espera que el resultado dio positivo en casi un cien por ciento. Comienzan la extracción de la sangre de Paula y de inmediato preparan a Sofía para llevarla al quirófano. Después de transfundirla, inician con urgencia la operación.
El padre de Paula se despide de su secretaria dándole palabras de apoyo y consuelo; le dice a su hija que debe irse a descansar un poco porque ya están interviniendo a su amiga. Paula dice que por nada del mundo se movería de allí sin saber que ella está fuera de peligro. Su papá insiste no logrando hacerla cambiar de opinión, por lo que asegura que muy temprano al día siguiente, la pasaría buscando para llevarla a descansar, luego de un afectuoso abrazo y un beso en la frente, se marcha.
Horas después, un doctor sale del quirófano y es interceptado por la madre de Sofía, quien pregunta por la operación. El cirujano dice que la intervención acaba de terminar, de forma exitosa lograron extraer el tumor que le había causado la hemorragia. Pero por haber perdido tanta sangre, su estado era delicado y la trasladaron nuevamente a la sala de cuidados intensivos por un día más hasta que Sofía estuviese completamente fuera de peligro. La emoción y la alegría se apoderaron del momento, los familiares de la paciente junto con Paula se regocijaron por saber que finalmente su hija había resultado ilesa de todo. El padre de la chica pregunta al galeno si pueden entrar a verla; responde que primero deben colocarse un traje especial y luego pueden pasar por unos cuantos minutos solamente.
La madre de Sofía entra primero a verla, se acerca despacio y comienza a susurrar algunas palabras en agradecimiento a Dios por haber devuelto la vida de su hija; llora de felicidad, la besa en la mejilla y sale de la habitación. Así, uno a uno de los familiares fueron entrando para ver a una Sofía que se encontraba acostada con los ojos cerrados como la bella durmiente en un cuento de hadas; salvo por el hecho de que aquella doncella no tenía un montón de monitores y mangueras a su alrededor como los que estaban conectados a Sofía.
Luego Paula se marcha del hospital llorando sin decir nada y en la salida la estaba esperando su padre en la camioneta. Se sube y le dice que la lleve a casa, él no responde ninguna palabra porque la veía muy triste. Entran a la vivienda, Paula busca una maleta y comienza a recoger la ropa que estaba en su habitación. Su padre pregunta para dónde se dirige y por qué esta tan apurada. Ella permanece en silencio por unos minutos y luego estalla diciendo:
-me voy lejos papá, sobre todo me voy muy lejos de ti. Y si quieres saber, es porque me enamoré profundamente de una chica y sí, es la hija de tu secretaria, la misma que hasta hace algunas horas estaba a punto de morir. Pero no te preocupes porque no la volveré a ver. Así tu reputación de padre ejemplar, no será quebrantada.
Al instante cierra la maleta y se dirige con mucha prisa hacía la puerta. El padre queda consternado sin saber cómo reaccionar e intenta detenerla, pero sus intentos fallaron porque Paula ya se había marchado sin decir a donde iría.
Sofía se recupera rápidamente y no deja de preguntar por Paula, sus familiares le dijeron que ella estuvo allí hasta que salió de la operación, pero luego se marchó sin decir nada. Meses después, Sofía dice a sus padres que ya está lista para regresar a la universidad; lo único que la motivaba era pensar que pronto vería a Paula. Ellos le dicen que debe esperar un tiempo más para su plena recuperación.
Pero nada iba a detenerla en su deseo de encontrar a su enamorada. Al llegar, la busca en la facultad de derecho. Sus antiguos compañeros dicen que ella congelo el semestre y que no la han vuelto a ver.
Durante un año completo Sofía estuvo en busca de Paula. Trato de localizarla en todos los lugares que pudo; finalmente se resignó y dejo que el tiempo la borrará de su corazón.
El tiempo pasó, unos veinte años aproximadamente; Paula se convirtió en lo que siempre había soñado. Llegó a ser una de las mejores surfistas de la historia del deporte y ganó tantos premios que perdió la cuenta. Se mudó a una isla de surf y allí vivió practicando el deporte que amaba. Pensaba que aquella isla escondía los recuerdos más felices de toda su vida. Se planteó la meta de formar una escuela de surf para enseñar la disciplina a jóvenes y niños; logrando formar una academia con otros profesionales que la apoyaron. Su corazón no pudo amar nunca a nadie más que a Sofía, por lo que vivió siendo una mujer agradecidamente soltera.
Sofía se graduó con honores de la universidad y su trabajo fue el mejor en el mundo de la ingeniería. Tuvo una exitosa carrera que la llevo a cumplir su meta de viajar alrededor del mundo dos veces. Se caso con un reconocido ingeniero con quien además, tuvo dos hijos hermosos. Mantuvo a su familia alejada de los afanes de sus negocios y compró un condominio en una isla poco poblada. Se retiró en la plenitud de su profesión, dejando la fundación de una importante empresa a cargo de su esposo para dedicarse por completo al cuidado de sus hijos.
Un día, como de esos en los que la vida te sorprende. Paula había organizado un campamento de verano en la isla, para jóvenes aprendices en el surf, contactó a algunos atletas para que la apoyaran con las prácticas y con la recreación. La hija mayor de Sofía oyó acerca de un campamento de surf que se realizaría en la misma playa donde ella vivía y le pidió a su madre que la inscribiera para pasar sus vacaciones fuera de casa divirtiéndose; ella aceptó sin discusión porque ese deporte significa algo especial en su vida. El campamento dio inicio y fue todo un espectáculo, los jóvenes pasaban el día aprendiendo la disciplina y por las tardes eran libres de divertirse a su manera.
Al cabo de tres semanas, Paula preparó junto con los recreadores una fogata de despedida, para los pequeños aprendices a la orilla del mar y bajo la luz de las estrellas. Ella se sentó a contemplar la vista, cuando de pronto voltea su mirada y queda impactada al ver el rostro de una de las chicas que estaba en el campamento. La curiosidad la invadió y se acercó a la joven para preguntarle por su familia.
En la mañana del día siguiente Paula estaba en la orilla del mar despidiendo a sus estudiantes y conversando un poco con sus representantes. De momento se percata que una hermosa mujer se baja de un auto color negro y se encamina a abrazar a su hija. Se da cuenta desde la distancia que se trata de Sofía, los nervios comenzaron a apoderarse de ella como solía suceder cuando la veía. Sólo pudo voltearse con rapidez y permaneció con la vista hacia el océano. Sofía se acerca para saludar a la entrenadora de su hija, cuando está casi a su lado reconoce que es Paula. Queda totalmente paralizada de la emoción y no se atreve a esbozar palabra alguna, Paula se desliza suavemente y escribe con sus dedos en la arena:
¡Fin!
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Nos vemos en una próxima publicación.
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Este relato es de mi autoría y tambien se encuentra públicado en mi cuenta oficial del sitio web www.fanfiction.com
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Hola, este post ha sido votado por Cervantes, en conjunto con steempress. Saludos
muchas gracias... saludos :)