Concurso de cuentos #fotocuento - Semana 10: El viaje
Amigos, dejo para la bondad de su lecturas mi entrada al Concurso de cuentos #fotocuento, en su décima edición.
Este concurso es promovido por @rahesi, quien, hasta el momento ha logrado sostenerlo exitosamente (en la plataforma de Steemit) y con un número de participaciones en crecimiento. Se trata de la escritura de un texto en prosa a partir de una fotografía realizada por la misma @rahesi y que, semana a semana, ofrece como elemento de inspiración. Para quienes se sientan atraídos por la propuesta, dejo el link a la última convocatoria. Podrán leer allí, además, a los clasificados y a los demás participantes. Es una gran experiencia.
Me he propuesto hacer semana a semana, en el marco de mis participaciones, un experimento narrativo. Es valiosa para mí la oportunidad y el estímulo y lo agradezco.
Sin más, dejo mi relato.
El viaje
Había dejado su propio lugar hacía muchos, muchos kilómetros. Escogió la marcha como su amparo (y voluntario exilio). Luego del diagnóstico y los duros meses de quimioterapia, le dijo a su madre que necesitaba marcharse, y comenzó a arreglar todo para irse. Su madre le besó la frente. Le dio un largo beso apretado y tibio que atesoraba dulcemente. Sus amigos le hicieron una despedida ruidosa.
Desde entonces, durmió en muchos pueblos de la costa. Había evitado el transporte automotor e hizo a pie todo el camino que pudo. Escribió un diario; guardó un guijarro pequeño por cada estación de su viaje. Podía sentir el considerable volumen que había alcanzado la bolsa donde los conservaba. Se entretenía revolviéndolos mientras esperaba al barquero que la uniría al destino que había elegido. De vez en cuando tomaba alguno entre los dedos y trataba de recordar el sitio de donde lo había arrancado. “Tú eres tan extranjero como yo”, pensaba. Tomaba otro y el recuerdo le venía nítido: lo tomó del jardín de aquella posada donde el chico rubio la besó —pero él quería ir a estudiar Lenguas Clásicas, y ella no quería enamorarse. Este otro canto azulado lo tomó de su propio jardín lejano…
El sol quemaba bajo el arbusto en el que se refugiaba. Levantó la vista. Ya el barquero arribaba a la orilla y ataba el bote al muelle. Se acercó al piloto: un anciano de manos callosas y músculos enjutos. Parecía reseco por muchos soles. Tenía el torso cubierto escasamente por una camisa marrón muy gastada. El rostro huesudo, los ojos negrísimos, le conferían un aspecto fosco. No obstante, ella le sonrió y él le correspondió con una sonrisa de dientes amarillos. Los ojos de él se dulcificaron y ella se sintió traspasada. “Usted es muy joven y hermosa”, dijo. Su voz era apacible. Ella le dio una moneda y el viejo la desapareció en su bolsillo con gesto grácil. Tomó el remo con la mano derecha y le extendió la izquierda para ayudarla a subir. El tacto frío de su mano la alivió profundamente.
“Llámeme Carón, querida niña. Estoy para servirle”.
Y emprendieron ligero el viaje.
Gracias por la compañía. Bienvenidos siempre.
Posted from my blog with SteemPress : http://adncabrera.vornix.blog/2018/08/25/concurso-de-cuentos-fotocuento-semana-10-el-viaje/
Muy buena historia @adncabrera, la manera en cómo enfocaste la muerte de la chica es muy emotivo.
Creo que todos tememos eso en algún momento. Un abrazo y gracias por participar :)
Creo que la muerte, aún cuando le temo tanto como cualquiera, está para servir a la vida y completar el círculo sagrado.
Gracias por tu lectura y por contar la historia detrás de la foto. Esa también fue muy hermosa.
Hace tiempo que escucho las historias del barquero que ha de llevarnos en ese tránsito, pero al encontrármelo aquí, frente a tu personaje, simplemente lo he encontrado muy cercano, admirable, me ha sacado una lágrima en vez de una moneda el anciano!! Es un relato muy bueno, @AdnCabrera, te deseo lo mejor para el concurso!!
¡Va un abrazo bien Grande llevado por los vientos amables!
Muchas gracias, @lleveuf. Le temo a la muerte, por supuesto, mucho. Pero también creo que existe para ayudar a completar el círculo sagrado de la vida. Cómo debe ser.
Un abrazo enorme, que tengas buen viento, querido @leveuf.
Hay que temerla, pues es muchas veces inesperada, pero hay que enfrentarla también, con la intención de disfrutar de cada instante de la vida. En este relato nos permites mirarla y también nos permites su aprendizaje.
Van de vuelta más abrazos, @AdnCabrera, de fuerzas aumentadas!!
Gracias, @leveuf. Tus palabras siempre son dulces y levantan el ánimo. Es bueno que neveguemos el mismo mar.
Gracias, @adncabrera, por compartir estos textos tuyos, tan buenos, tan bien hechos, como todo lo tuyo, hermosa mujer. Me llegó hondo esa historia, por lo cercano a mi experiencia de vida con la quimioterapia. La imaginaba y me imaginaba yo recogiendo esas piedras del camino. Excelente historia .