Desafortunadamente, estás describiendo en letras las vivencias de una Venezuela que se está quedando a oscuras en todos los sentidos. Lo básico, se ha convertido en una proesa, muchas veces dificil de alcanzar. Y citando tu ejemplo de los bombillos, inevitablemente nos estamos apagando poco a poco y la oscuridad está llegando, incluso a los rincones donde antes tenías que protegerte los ojos para no quedarte ciego. En mi caso, he vivido toda la vida con este gobierno, sin embargo me niego a creer que podrán hacerse de la vista gorda hasta que les dé la gana. El cambio de está en cada uno de nosotros. Vamos a tratar de encender la luz que llevamos por dentro y seguramente las cosas serán distintas. Y si por alguna razón, no podemos seguir adquiriendo bombillos, pues compraremos velas e incluso haremos fogatas. Lo que si te puedo decir, es que la luz del venezolano es tan fuerte, que cuando nos unamos como hermanos y empecemos a brillar de nuevo juntos, los que se van a quedar ciegos, son los que en este momento están viéndonos cómodos desde arriba, demostrando claramente que no les importamos. Saludos desde Caracas.