EL MAESTRO: EUNUCO POLÍTICO?

in #steemit6 years ago

La educación constituye en las sociedades el pilar fundamental de progreso, desarrollo, civilización y permanencia en el tiempo de las distintas formas y modos de vida que convergen en los grupos humanos. De igual manera, a través de ella se transmite las formas y modos de producción a la vez que se innovan y crean nuevas habilidades que permiten a los pueblos un crecimiento constante y sostenible. Todo ello gracias a la acción directa e indirecta de los maestros en las instituciones educativas y en el ámbito comunitario y social en general.
Lo anterior, centra su atención en el docente como ejecutor y moldeador de las cualidades sociales que desarrollan determinados pueblos y/o comunidades lo que le asigna un papel principal dentro de las sociedades. Sin embargo, la carrera y el ejercicio docente han venido enfrentando una serie de limitaciones en todos los órdenes que los ha llevado en algunos casos a perder el rumbo de su actuación, y en otros más extremos a perder sus derechos como persona y como ciudadano de la nación. Tal es el caso, de sus derechos políticos, los cuales aún en la actualidad son discutidos y cuestionados cuando son ejercidos por docentes en ejercicio.
En este sentido, el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, aclara: “Si el maestro es un ciudadano, tiene el pleno goce de sus derechos civiles y políticos, pues el ejercicio del magisterio no puede producir un capite diminutio que lo coloque en la categoría de entredicho político”. Siendo así, es claro que los docentes tienen el pleno derecho de militar en cualquier tendencia política de su elección, teniendo en cuenta, que lo que no debe hacer es confundir sus funciones como docente con ideales partidistas y proselitistas, tal como lo establece el Artículo 12, de la Ley Orgánica de Educación (2009) en donde explícitamente se aclara que: “No está permitida la realización de actividades de proselitismo o propaganda partidista en las instituciones y centros educativos del subsistema de educación básica, por cualquier medio de difusión, sea oral, impreso, eléctrico, radiofónico, telemático o audiovisual” (p. 12).
En este contexto, la función política del maestro queda relegada a su ámbito geográfico y personal sin que ello afecte su carácter de formador de ciudadanos y ciudadanas y constituya un factor de intriga y conflictos en sus relaciones sociales debido a su parcialidad política. En este aspecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela CRBV (1999) en su artículo 61, expresa que: “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y a manifestarla, salvo que su práctica afecte su personalidad o constituya delito…” (p. 16). Por ello, entre los docentes y en general entre todas las personas debe existir la madurez y el respeto a las ideas de los demás, evitando al máximo el prejuicio o juzgar a otros por su inclinación política, ya que lo que debe hacerse como profesionales es canalizar esas diferencias e ideales hacia la formación y el progreso de la nación.
Por otra parte, el magisterio venezolano se rige por los principios esenciales de la nación establecidos en la legislación vigente. Ellos obedecen a un proyecto político del gobierno de turno, lo que hace que los docentes se vean obligados a participar en las políticas y planes de estado relacionados con el desarrollo y el progreso del país. Hoy por hoy, el papel del maestro en la “cosa pública” debe ser activo y consciente, y por encima de su inclinación política debe considerar en su ejercicio docente la formación de ciudadanos y ciudadanas con visión de futuro y progreso, libres e independientes, pensantes, críticos y reflexivos.
Finalmente, vale considerar las aseveraciones del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa en cuanto a la educación y al maestro: “La educación es una función política y la más política de las actividades del hombre, porque por medio de ella se forja la nación se orienta el porvenir y se impulsa el progreso de los pueblos. Según esto, el más político de los ciudadanos debe ser el maestro y siendo el más político será el menos politiquero, porque será el hombre que crea, el hombre del pensamiento y de la idea, el que orienta y estimula, el que detendrá todo amago de arbitrariedad y toda opresión…” lo anterior resume la importancia de la función política del maestro a la vez que establece las limitaciones de su actuación como docente, en donde resalta la función formadora y social del maestro por encima de politiquerías y partidismos.
A modo de conclusión, resumiré lo anterior a lo establecido en el artículo 3 de la CRBV, (1999), considerando que el docente juega un papel principal en el estado y como estado, se entiende que:
El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines (p.7).

Saludos Comunidad de steemit, espero sus comentarios al respecto...

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Es contradictorio que en la constitución diga algo, y en las aulas se haga lo contrario, los niños y/o estudiantes son permanentemente bombardeados con ideología política, en algunos casos disimulada y en otros descaradamente. En mi infancia nunca recuerdo referencia alguna de mis profesores sobre el presidente o modelos económicos. Y hoy se le inculca a los jóvenes que la izquierda es buena y que la derecha (Todo aquel le sea contrario) Es mala.
En otros casos el solo hecho de que un docente tenga un mínimo de conciencia y la imparta a sus alumnos ya representa una amenaza. Cosas que se ven solo en nuestro bello país. Saludos maestro @yanez espero leerle pronto.

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