Uff, vaya repaso, no creo que hayas dejado nada importante sin mencionar. Yo también tengo esa visión romántica de las redes, somos nosotros quienes las formamos, y algo que me parece importante es la velocidad que experimenta nuestro cerebro con todos los estímulos que observamos en internet, puede que aprendamos muchas cosas (¿evolucionemos nuestra capacidad cerebral?) gracias a la intervención continua de mensajes de todo tipo.
Yo pienso que sí implica una evolución de nuestra biología. Hará falta ver qué dicen los expertos para determinar qué implicaciones ha tenido esta conectividad amplificada a la que estamos expuestos. Aunque se me viene a la mente un efecto negativo, que es nuestra incapacidad para concentrarnos. Al satisfacer nuestra enfermiza necesidad de novedad, nos hemos vuelto muy dependientes de este fenómeno. Espero que no tendamos a un detrimento de nuestras capacidades mentales, si no lo contrario. Gracias por leer :)